Los fabricantes corren contrarreloj para que los autos bajen de peso
DETROIT.- Las grandes automotrices que tratan de aprovechar mejor la energía eléctrica y solar han encontrado una manera más rápida para ahorrar combustible: reinventar la forma en que se fabrican los vehículos para hacerlos perder peso.
Durante el último siglo, los autos han sido predominantemente de acero. Pero frente a la presión de producir vehículos que recorran más kilómetros por litro de gasolina, las automotrices están disminuyendo su peso, recurriendo a plásticos, aluminio, magnesio y otros componentes que antes estaban reservados para los autos de carreras.
Apenas un puñado de partes hechas con los nuevos materiales ultraligeros se utiliza en los modelos actuales, como la compuerta de cola del Explorer, el todoterreno de Ford Motor Co. En los próximos cuatro a seis años, no obstante, las automotrices lanzarán vehículos completamente rediseñados que usarán una amplia combinación de materiales especializados.
Ford está probando un prototipo para un nueva camioneta pick-up F-150, cuyo lanzamiento está programado para 2015, que está hecho con paneles de aluminio en vez de acero para la carrocería. La empresa calcula que pesará 317 kilos menos que el modelo actual, una reducción de aproximadamente 15%.
Otros vehículos más ligeros serán exhibidos esta semana en el Salón Internacional del Automóvil de Norteamérica, que se inaugura hoy en Detroit.
BMW AG presentará un modelo eléctrico con una estructura de plástico reforzado con fibra de carbono, el mismo material usado en el Dreamliner 787 de Boeing Co. El nuevo sedán Lincoln MKZ tendrá un techo de aluminio y el nuevo Corvette, de Chevrolet, sustituirá el acero por aluminio en su parte inferior.
"Los vehículos lucirán muy distintos en unos 12 años", presagió Robert Bienenfeld, gerente sénior de estrategia energética para Honda Motor Co. en Estados Unidos, durante un simposio reciente sobre ahorro de combustible. "Vamos a redefinir lo que es un auto convencional".
El gobierno de Barack Obama exige que las automotrices produzcan para 2025 flotas de vehículos que puedan circular con un desempeño promedio de 23,17 kilómetros por litro de gasolina. Europa también ha fijado límites a las emisiones de dióxido de carbono que imponen metas de eficiencia de combustible similares.
Reducir el peso es una de las estrategias que usarán los fabricantes para alcanzar dichos objetivos. Ducker Worldwide, una firma de investigación, predice que el vehículo promedio adelgazará 181,4 kilos para 2025 al duplicar el uso de aluminio. La firma prevé que el uso del acero, que ahora representa 56% del peso promedio de un vehículo, disminuirá 46%.
El Consejo de EE.UU. para la Investigación Automotriz, una colaboración de GM, Ford y Chrysler Group LLC, estimó que para 2020 se utilizarán unos 158 kilos de magnesio en un auto promedio, en reemplazo de 226 kilos de acero.
El reciente simposio sobre ahorro de energía que tuvo lugar en Ann Arbor, Michigan, proporcionó un vistazo al futuro.
Matthew Zaluzec, el gerente de investigación de materiales de Ford, mostró cómo una hoja de cristal en una ventanilla lateral de la camioneta Transit Connect de Ford podía sustituirse por plástico policarbonato. "Apenas 1,6 kilos", dijo, "un ahorro de 40%".
Ford también demostró su C-Max Energi, propulsado por un motor a gasolina o eléctrico alimentado por una batería recargable. Se supone que rinde casi 20 kilómetros por litro de gasolina, si bien la revista especializada Consumer Reports asegura que rindió 16,5 kilómetros por litro en sus pruebas.
Zaluzec afirmó que la versión actual utiliza pocas partes de aluminio y magnesio. Emplear estos materiales más livianos impulsaría su desempeño a cerca de la meta de 23,17 kilómetros por litro. "Confío en que podamos lograrlo", observó.
Las automotrices dicen que los materiales ligeros ofrecerán la misma protección a los pasajeros que el acero porque las partes pueden fabricarse con la misma fortaleza. Los autos de carreras, por ejemplo, están hechos con materiales ultraligeros que protegen a los pilotos en choques a altas velocidades.
De todos modos, la estrategia introduce cierta incertidumbre en la industria. El aluminio es más caro que el acero y el magnesio cuesta aún más. Las automotrices no tienen ninguna garantía de que puedan elevar los precios para cubrir el alza en los costos. Los nuevos materiales también son más difíciles de manejar que el acero. Sellar las partes de magnesio, por ejemplo, es complicado porque el metal tiende a volver a su forma original.
La tendencia marca un giro significativo en el sector. Hasta 2010, las automotrices competían sobre todo en caballos de fuerza. Ahora, los ingenieros están aprovechando los principios básicos de la física: autos ligeros pueden acelerar más rápido con motores más pequeños. Una versión del subcompacto Fiesta, de Ford, que saldría en 2014, es impulsada por lo que en su día se habría considerado un chiste: un motor de tres cilindros. "Hoy en día, miramos a la reducción de peso donde podamos", reconoció Zaluzec.
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