Los estadounidenses no ahorran lo suficiente para jubilarse, pero un cambio podría ayudar
La mayoría de ellos no logran alcanzar la edad de retiro con fondos suficientes para poder mantenerse
NUEVA YORK.- Hay algo que toda familia estadounidense que no sea rica debería saber: es probable que se queden sin dinero cuando se jubilen.
En promedio, la familia trabajadora típica en la antesala de la jubilación -encabezada por alguien de entre 55 y 64 años- sólo tiene alrededor de US$ 104.000 en su fondo de jubilación, según la encuesta de la reserva Federal de Finanzas de los Consumidores. Eso no está ni cerca de ser suficiente. Y la situación va a empeorar.
El Centro para estudios de la Jubilación del Boston College estima que más de la mitad de todos los hogares estadounidenses no tendrán suficientes ingresos jubilatorios para mantener el nivel de vida al que están acostumbrados antes del retiro, aunque los miembros del hogar trabajen hasta los 65 años, dos años más que la actual edad promedio de jubilación.
La prescripción habitual es que los estadounidenses debieran colocar más dinero en inversiones. La recomendación, sin embargo, no toma en cuenta un motor crítico de esta situación: Wall Street está desangrando a los ahorristas.
"Todo el mundo dice que tenemos que ahorrar más", dijo John C. Bogle, fundador y ex CEO de Vanguard, el coloso de administración de inversiones. "Una gran parte del problema es que los inversores no logran obtener lo que les correspondería de ganancias en el mercado."
Su observación sugiere una prescripción diferente: apuntalar la jubilación de los estadounidenses requiere en primer lugar alinear los intereses de los asesores de inversiones y sus clientes.
Un trabajo de investigación de Bogle publicado en Financial Analysts Journals plantea el tema. Los fondos mutuos manejados activamente, en los que muchos trabajadores invierten sus ahorros para la jubilación, son enormemente costosos.
Primero está la tasa de gastos administrativos, de alrededor de 1,12 por ciento de los activos para los fondos de capitalización muy grandes. Luego están los costos de transacción y de distribución. Los fondos activos también son penalizados por mantener una parte de sus activos en efectivo que rinde poco.
En total los costos suman 2,27 por ciento al año, estima Bogle.En contraste, un fondo de índice pasivo, como el Fondo del Índice total de la Bolsa de Vanguard, cuesta apenas 0,06 por ciento al año en total.
Por supuesto que Bogle tiene un caballo en la carrera. Fundó el Vanguard Group. Inventó el primer fondo índice para el público. Pero sus argumentos son poderosos de todos modos.
Suponiendo una ganancia anual del mercado del 7 por ciento, dice, un trabajador de 30 años que gane US$ 30.000 al año y recibe un aumento anual del 3 por ciento podría retirarse a los 70 con US$ 927.000 ahorrando 10 por ciento de su salario cada año en un fondo de índice pasivo. Si lo colocara en un fondo administrado activamente típico terminaría con sólo US$ 561.000.
Podríamos haber visto esto hace décadas. Al eliminar gradualmente las compañías, las jubilaciones con beneficios establecidos que en un tiempo proveían a las familias trabajadoras su aporte principal a la Seguridad Social, los trabajadores se encontraron con que tenían que cargar con la responsabilidad y el riesgo de ahorrar e invertir para la jubilación en gran medida por su cuenta.
En 1979 casi dos de cada cinco trabajadores del sector privado tenían un sistema jubilatorio de beneficios definidos que les pagaría un cheque hasta su muerte. Hoy sólo el 14 por ciento lo tiene. En cambio, uno de cada tres solo cuenta con una cuenta de ahorro para jubilación para complementar el cheque de la Seguridad Social.
Si hay un sector lleno de conflictos de intereses es el de estos conglomerados financieros que asesoran a los estadounidenses en cuanto a la inversión de estos ahorros. Pero nadie estaba prestando atención a los resguardos que podrían necesitarse cuando los fondos de retiro corporativos administrados por profesionales sofisticados fueron reemplazados por el sistema individual conocido como 401(k) -una cuenta de jubilación con contribución fija - y las cuentas Individuales de Jubilación.
Sendhil Mullainathan de Harvard y colegas del MIT y la Universidad de Hamburgo enviaron "compradores misteriosos" a visitar a asesores financieros. Encontraron que los asesores mayormente recomiendan estrategias de inversión que se corresponden con sus propios intereses financieros. Reforzaron las inclinaciones equivocadas de su clientes, alentándolos a buscar mayores ganancias y les aconsejaron no elegir opciones de bajos costos como fondos índice de bajos aranceles.
El presidente Obama ha tratado de atacar un costado del problema, aplicando consejos de gerentes de Arreglos de Retiro Individuales (IRA, por sus siglas en inglés).
Por más fallas que tengan los planes 401(k) tienen la responsabilidad de actuar en interés de los participantes. En cambio muchos administradores de IRA no están obligados legalmente a defenderlos. Deben ofrecer productos "adecuados": un estándar mucho más confuso.
Traducción Gabriel Zadunaisky