Los empresarios reclaman más infraestructura y reactivar el postergado diálogo con el Gobierno y los gremios

En el Día del Camino, los empresarios reunidos en la Convención Anual de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) reclamaron un camino que conduzca al diálogo y al desarrollo de infraestructura, en un país que adolece de ambas cosas y que las necesita imperiosamente para ganar competitividad, aumentar la producción y generar empleo.

Los hombres de negocios pusieron como ejemplo de su compromiso el recientemente creado Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI), respaldado por el Consejo Económico y Social. Sus voces se hicieron oír en el panel “La inversión en infraestructura. Y su impacto en el Desarrollo Productivo de la Argentina”, en el que participaron Iván Szczech, presidente de Camarco; Daniel Funes de Rioja, presidente de la Unión Industrial Argentina; Natalio Mario Grinman, presidente de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios; Gerardo Martínez, secretario General de la Unión Obrera de la Construcción (Uocra); Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina, y Gabriel Katopodis, ministro de Obras Públicas de la Nación.

Grinman destacó que hace muchas décadas que a la Argentina le faltan políticas de infraestructura, algo que incide directamente en los costos. “Hicimos en su momento un trabajo sobre el costo argentino, que marcaba que el mal desarrollo de la infraestructura complicaba y encarecía ese costo”. Dicho esto, el directivo agregó: “Un país como el nuestro necesita que el sector privado le haga aportes al Estado porque nosotros usamos y sufrimos la falta de infraestructura”.

En el mismo sentido se expresó Pino, que dijo que en los últimos años llama la atención de la ausencia de lo que se necesita en infraestructura. “Por eso, desde el lado nuestro vamos a marcar lo que hace falta. Creemos que lo que se generó con el CPI va a ser muy virtuoso y apostamos a que se trabaje más en eso”, enfatizó el empresario.

Por su parte, Funes de Rioja usó la palabra que tanto se repitió en el panel: diálogo. “Debe haber diálogo entre nosotros, el Grupo de los Seis, los trabajadores y el Gobierno. En ese sentido, la construcción nos puede dar muchos puntos para articular posiciones, con la idea de tener un diseño de política pública para la infraestructura. Lo que rescato es la visión del empresariado coordinado, no la del empresariado antagónico”, destacó el directivo.

Asimismo, Martínez opinó que quienes gobiernan tienen a su alcance todas las herramientas necesarias para generar la concertación política, con la que pueden darle a los argentinos la posibilidad del diálogo. En ese sentido también esgrimió como ejemplo al CPI: “Esta iniciativa del grupo de los 6 es nuestro aporte para poder llevar a cabo eso”. Y agregó: “Cuando uno habla de una política de desarrollo de infraestructura es porque busca que el país sea competitivo para adentro y para afuera. Creo que tenemos todo para realizar eso y lo importante es la sincronización, por eso es importante que el Estado tenga una visión de largo plazo”.

En medio del núcleo empresarial escuchaba atentamente Katopodis, quien “se puso el sayo”, tomó nota de lo que se le pedía como parte integrante del Gobierno y coincidió en que la Argentina necesita rutas y caminos que la integren federalmente. “Hay más de 2500 obras en ejecución en el país, cuando asumí había en ejecución activa 116 obras. Nos tocó reactivar más de 200 que estaban paralizadas, con empresas que estaban a punto de quebrar y con una gran deuda del Estado”, dijo.

También coincidió el ministro de Obras Públicas con la importancia del consenso. “Nosotros debemos garantizar que la obra pública sea transparente, por eso construimos un observatorio con ese fin en el que participan varias cámaras y sectores. Esto debe ser un gran acuerdo entre el sector privado, el Estado y los trabajadores. Esto nos va a costar mucho a todos, pero es el diálogo entre los argentinos lo que tiene que permitir que la infraestructura se ponga al servicio del desarrollo y la producción”, comentó.

Para ilustrar la falencia que hay en infraestructura, Pino usó el ejemplo de las vías de comunicación por las que se traslada la producción del agro. “La Argentina tiene 400.000 kilómetros de caminos de tierra y eso pega en la competitividad, porque nos hemos mantenido en esa cantidad de kilómetros de camino de tierra cuando la producción ha aumentado enormemente en el mismo período. Seguramente la mejora de una red vial va a ir de la mano de mejorar la competitividad de nuestros productos. Además, un buen camino genera arraigo”, indicó.

Grinman insistió con la necesidad de un diálogo público y privado, y señaló: “Necesitamos ser un país normal, no un país en lo que lo único que crece es la pobreza. Para salir de la pobreza se necesita crear riqueza y eso lo puede hacer el sector privado, pero se necesita el clima adecuado para poder hacer las inversiones adecuadas”.

Funes de Rioja se preguntó por qué no se ha encontrado hasta ahora un camino común e introdujo una variable que, en su opinión, debe ser central: todo debe ir acompañado de un modelo educativo integrador. “Tenemos que trabajar, como lo hacen muchos sindicatos, para lograr una transformación en ese sentido. El camino al desarrollo sostenible va de la mano de la infraestructura resiliente y la innovación. Nosotros queremos la tecnología para desarrollarla y queremos la gente para trabajar con ella. Ahora, nosotros podemos tener injerencia, pero la gran responsabilidad la tiene el Estado”, subrayó.

Los empresarios del G6 se fueron con una promesa de Katopodis, quien dijo que ahora que no va a tener que construir hospitales modulares en 40 días, va a poner su esfuerzo en consolidar la agenda de infraestructura. Y recordó un reto que le propusieron desde el primer día Szczech y Martínez: recuperar el mejor nivel de inversión en infraestructura, que llegó a ser de 2,5% del PBI. “Hoy estamos ya en 2,4%. Siempre que la Argentina salió de estas crisis lo hizo de la mano de la obra pública y de la industria nacional, entonces no hay dudas de cuál es el rumbo y de que el Estado, el Gobierno y la política tienen una responsabilidad primaria de convocar al diálogo y transformar ese diálogo en metas muy concretas”, concluyó.

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