Los efectos del estímulo japonés se propagan a otros mercados
El yen cayó a su nivel más bajo contra el dólar desde mayo de 2009 tras las medidas de estímulo implementadas por el banco central de Japón.
Los inversionistas globales llevan meses deshaciéndose en masa de sus yenes anticipando las compras de bonos anunciadas la semana pasada por el Banco de Japón. El yen acumula un declive de 29% frente al dólar desde fines de septiembre.
Ahora surge otro factor que contribuiría al debilitamiento de la divisa japonesa: algunos inversionistas nipones se están replegando del mercado de bonos denominados en yenes, el blanco principal del programa de compra de activos del banco central, en busca de un mejor rendimiento en otras partes. A menudo, los inversionistas identifican las políticas de relajamiento monetario con una moneda más débil, en parte porque las tasas más bajas hacen que la divisa pierda atractivo.
El lunes, un dólar compraba 99,37 yenes en Nueva York, en comparación con los 97,55 el viernes.
Los inversionistas japoneses están inyectando dinero en el mercado de deuda soberana europea, indicaron analistas, lo que hizo caer a mínimos históricos los intereses de los bonos de algunos países. Pese a las recientes turbulencias en los bonos europeos, a los inversionistas japoneses les interesa el gran tamaño del mercado y la relativa estabilidad del euro.
"Es evidente que el flujo japonés hacia la renta fija extranjera ha repuntado" desde la decision del Banco de Japón del jueves, dijo Jens Nordvig, director de estrategia de divisas de Nomura Securities, en Nueva York. "Se trata de un giro histórico para el que los inversionistas tratan de posicionarse", añadió.
Los mercados financieros del mundo han empezado a sentir las repercusiones de las medidas de estímulo económico en Japón.
Algunos analistas y corredores creen que las decisiones del Banco de Japón podrían recalibrar los mercados. Grandes flujos de Japón hacia otros mercados podrían impulsar los precios de algunos activos, lo que reduciría sus rendimientos. Entonces, otros inversionistas podrían verse obligados a buscar retornos más altos en otros lugares.
Algunos analistas comparan el fenómeno con el "muro de efectivo" que la Reserva Federal de Estados Unidos levantó en 2008, cuando lanzó su propio programa de estímulo. El banco central de Japón, al igual que la Fed, busca reducir las tasas de interés de largo plazo para fomentar la inversión y el consumo. La principal meta del Banco de Japón, no obstante, es combatir la deflación, que ha postrado a la economía durante 15 años.
De todos modos, algunos inversionistas no creen que el Banco de Japón sea el único responsable de los últimos movimientos en los mercados de bonos y divisas. Los desalentadores datos laborales de Estados Unidos sugieren que es improbable que la Fed reduzca sus medidas de estímulo en el corto plazo, lo que refuerza la confianza de los inversionistas para asumir más riesgos.
Gavin Redknap, estratega de divisas de mercados emergentes en Nikko Asset Management, en Londres, opina que el impacto del Banco de Japón ha sido marginal. "Es demasiado prematuro para decir que los flujos japoneses afectaran estas divisas. Estas cosas deberían medirse en términos de años, no semanas", aseveró.
De todos modos, los mercados de deuda soberana de Europa se han beneficiado de la búsqueda de activos de mayor rendimiento en una moneda más estable que el yen.
En las últimas dos jornadas, los costos de endeudamiento de Francia, Holanda, Austria y Bélgica, indicados por los intereses de sus bonos a 10 años, cayeron a nuevos mínimos.
Incluso las economías más atribuladas del continente se han beneficiado. El rendimiento de los bonos a 10 años de España descendió a su menor nivel en un año. Los bonos soberanos italianos volvieron a niveles que no se veían desde las elecciones parlamentarias de febrero.
Los inversionistas japoneses podrían aumentar sus compras de bonos internacionales en hasta 45.000 millones de euros (US$58.480 millones) este año, según las estimaciones de J.P. Morgan. La entidad estadounidense proyecta que el Banco de Japón comprará 1,6 veces más deuda de la que venderá el gobierno japonés, lo que quiere decir que los inversionistas tendrán un incentivo para vender bonos soberanos japoneses y usar las ganancias para comprar otros instrumentos. Las medidas del banco central japonés también se sienten en los mercados cambiarios. El viernes, el peso mexicano se fortaleció frente al dólar, a pesar del decepcionante informe sobre el mercado laboral estadounidense.
En una situación así, usualmente el peso cae frente al dólar o se mantiene sin cambios porque las economías de los dos países están fuertemente entrelazadas, explicó Sebastian Galy, estratega de Société Générale SA en Nueva York. El peso se apreció aún más el lunes, cerrando en 12,1848 unidades frente a 12,1758 pesos el viernes.
—Min Zeng contribuyó a este artículo.
Ira Iosebashvili, Jessica Mead y Neelabh Chaturvedi
The Wall Street Journal