Los dueños de propiedades de lujo en Brasil quieren hacer su agosto en junio
La casa de tres pisos y paredes de vidrio del ex ejecutivo de modas Arif Noor sobresale en uno de los cerros de Rio de Janeiro tan empinado que parece que sus balcones flotaran sobre el mar. Un jardín vertical de flora tropical se eleva desde un spa en la planta baja. En una mañana reciente, una actriz y modelo brasileña llegó para una sesión de fotos.
La casa de cinco habitaciones y ocho baños puede ser suya durante el Mundial de fútbol... por US$150.000 a la semana.
El torneo, que dura un mes y arranca el 12 de junio, se llevará a cabo en 12 ciudades anfitrionas en todo Brasil. El Ministerio de Turismo del país estima que 3,1 millones de brasileños y turistas extranjeros asistirán a los partidos y las trasmisiones de la FIFA en lugares públicos, algo que se conoce como Fan Fest. Se prevé que Rio sea el destino más concu-rrido, con 554.000 visitantes.
Por eso, los propietarios buscan hacer su agosto. Algunas residencias de lujo en Rio han sido alquiladas por cientos de miles de dólares durante el mes del torneo, según agentes de bienes raíces locales.
El mayor acuerdo negociado para las cuatro semanas del Mundial hasta ahora por WhereInRio, la agencia de bienes raíces de lujo que administra la casa de Noor, alcanzó unos 1,5 millones de reales, o US$677.000, por un penthouse de tres piso en Ipanema, afirma el dueño de la agencia, Frederic Cockenpot. El agente prefirió no nombrar al cliente ni al dueño de la propiedad, y resaltó que la discreción es clave para hacer negocios con el jet set.
Cockenpot cuenta que en su lista de visitantes para el Mundial hay un presidente africano y su equipo de 30 personas. Más allá de eso, anota, su empresa busca clientes corporativos porque es más probable que alquilen las propiedades por todo el mes.
La posibilidad de conseguir estos negocios lucrativos desató una competencia entre los dueños de propiedades de lujo que esperan atraer a fanáticos dispuestos a pagar mucho dinero.
"Todos los días recibo llamadas de 10 o 15 personas que buscan casas para alquilar", señala Sven dos Santos, un expatriado alemán de 33 años, cuya firma de bienes raíces, Agencia Heidelberg, gestiona el alquiler de unas 180 propiedades en Rio.
En el inventario de la firma hay un penthouse de 320 metros cuadrados y tres dormitorios en Copacabana. Ubicado a una cuadra de la playa con vista al océano, tiene una sala de estar aireada y una amplia terraza con un jacuzzi. Dos Santos afirma que el apartamento ha sido alquilado durante la mayor parte del torneo, pero aún le queda una semana disponible por US$12.205.
La alta demanda también ha elevado los precios de propiedades de menor categoría y ha generado cierta competencia cuestionable. Algunos hostales cobran US$100 o más la noche por una cama de camarote. Y los sitios web de alquiler están llenos de propiedades nada lujosas a kilómetros de distancia de las zonas turísticas populares. Esas ubicaciones incluyen campamentos, moteles y casas en las muchas favelas de la ciudad.
Como resultado, muchos turistas regulares y viajeros de negocios han sido ahuyentados. Ahora que el Mundial se aproxima con rapidez, algunas propiedades no encuentran quien las alquile y los agentes dicen que los precios están cayendo.
Lo mismo sucede con las tarifas hoteleras. En enero, los hoteles en Rio cobraban un promedio de 1.441 reales, o US$650, por una habitación para la noche del 13 de julio, cuando la ciudad será anfitriona del partido final. Para mayo, ese precio había caído 41%, según el sitio web de comparación de precios Trivago.
Las excepciones a los precios a la baja son las opciones de súper lujo, sostienen agentes de bienes raíces. Los dueños de estas propiedades pueden esperar que aparezca una opción lucrativa.
Noor es uno de ellos. Le vendió una casa anterior en Los Ángeles al actor Ashton Kutcher por US$8,46 millones, según documentos públicos.
El ex ejecutivo dice que compró la casa en Rio para rentarla parte del tiempo. Pero más allá de la tarifa, Noor indica que quiere asegurarse de que los inquilinos aprecien la propiedad. "Rechacé muchas ofertas", asegura. "Si tiene una casa única, necesita una persona única".
Incluso ahora, sus inquilinos —como muchos otros— tendrán que enfrentar inconvenientes fuera de sus magníficas mansiones. La vía empinada que conecta la casa de Noor con las playas, los restaurantes y vida nocturna de Rio, por ejemplo, está en mal estado. El viaje de 10 kilómetros a Leblon o Ipanema se demora mucho tiempo cuando el tráfico está pesado, y pasa por debajo de una de las favelas más grandes de la ciudad.
Ese tipo de problemas, y el contraste de la riqueza en medio de la pobreza, llevó a miles de brasileños a salir a las calles a protestar contra el Mundial, que consideran que se hará a expensas de inversiones públicas en infraestructura, asistencia y servicios muy necesarios.
Para los visitantes acaudalados, los agentes inmobiliarios han sumado una larga lista de comodidades a algunos paquetes. WhereInRio llevará a los viajeros a los eventos en helicóptero y ofrece servicios como viajes en yate y spa.
Cockenpot señala que su agencia enfrenta un desafío extra en sus propiedades en Rio este año: encontrar suficientes generadores eléctricos de emergencia.
La peor sequía de Brasil en décadas redujo las reservas hidroeléctricas del país. El gobierno dice que no necesitará racionar energía, pero Cockenpot debe estar preparado.
"Los rusos, en particular, son muy exigentes", indica. "En Brasil es difícil encontrar una propiedad de un nivel similar al de la Riviera francesa, así que no comprenderán si también hay un apagón".
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