Los dueños de la oficina: cómo sobrevivir a psicópatas, narcisistas y maquiavélicos
Los liderazgos tóxicos son cada vez más comunes lo que obliga al resto de los empleados a habilidades para la convivencia
"El gerente general es un psicópata: la semana pasada echó a dos directores que llevaban décadas en la compañía y no se le movió ni un pelo. Es más: hasta bromeó sobre el asunto en la última reunión con su equipo". "Julieta es una narcisista insoportable. Siempre se atribuye los trabajos que hacemos juntas. Está convencida de que es el ombligo del mundo y ni lo registra". "Creo que renuncio. No lo soporto a Ángel, mi jefe. Es el maquiavelismo llevado a su máxima expresión: es manipulador, sólo le interesa su agenda y no tiene escrúpulos en hacer lo que sea para imponerla".
Es habitual que expresiones como las anteriores resuenen en los pasillos de muchas organizaciones. Aunque existen pocos profesionales de la psicología o de la psiquiatría, en toda empresa pululan los aficionados a aplicar las teorías de Sigmund Freud y de B. F. Skinner. Lo llamativo es que hay estudios que muestran que hay bastante de cierto en sus diagnósticos. Prepararse para convivir con estos personajes es un asunto de vida o muerte profesional.
En su libro Office Politics, el psicólogo inglés Oliver James realiza un detallado análisis de las maneras en que se manifiesta cada una de las tipologías mencionadas en el mundo empresarial. Veamos las características típicas de cada uno.
Psicópatas
Son impulsivos y adictos al riesgo. La falta de empatía es su característica más llamativa: actúan sin preocuparse por lo que siente el resto. Los estudios muestran que hay cuatro veces más este tipo de personas entre los ejecutivos de alto rango que entre la población general.
Narcisistas
Vanidosos y propensos a la grandiosidad. Se sienten superiores a los demás y quieren dominarlos. Tienen inflada la confianza (en general con humo), que, como un enorme globo aerostático, les permite elevarse hasta alturas inimaginables. Creen tener el derecho de ser los amos. Dentro de los altos ejecutivos son más comunes que en los neuropsiquiátricos.
Maquiavélicos
Fenomenales calculadores y conocedores de la naturaleza humana. Son expertos en política y adictos al poder. Su capacidad de anticipar el futuro les da el sostén necesario para manipular a las personas y los hechos en pos de sus objetivos. También aparecen con mayor frecuencia cerca del vértice superior de la pirámide jerárquica que entre el común de la gente.
Para complicar más las cosas, lo habitual es que las cualidades se den combinadas en el mismo individuo.
Una tríada de características que lastima a las personas pero que parece mejorar la performance en el corto plazo, el sueño de cualquier inversor. Por eso -aunque depende de cada cultura, tanto nacional como organizacional- su presencia es tan usual a medida que aumenta la presión por los resultados económicos, ya que la competencia y el triunfo son sus principales motivadores.
Hay ciertas señales que permiten reconocerlos con relativa facilidad. Los psicópatas son expertos en bullying. Son fáciles de identificar por su humor sarcástico, por su prepotencia y por su facilidad en explotar a otros, en especial los más débiles.
Por el contrario, los narcisistas son carismáticos, histriónicos y seductores. Son populares y tienen miles de seguidores en las redes.
Por último, los maquiavélicos tienden a mantener un perfil bajo, que es la manera de observar y operar sobre lo que ocurre sin ser notados. Como "monjes negros", suelen ocultarse tras la sombra de un líder visible que confía en sus instintos e inteligencia para ganar poder. Si forma equipo con un narcisista, es capaz de dominar en cualquier ámbito.
Aunque siempre alguna predomina, tener una de estas cualidades aumenta las probabilidades de poseer las demás. Por eso, los portadores de la tríada pueden adaptarse a cualquier circunstancia para crecer en las compañías.
Con el paso del tiempo este tipo de ejecutivos se convierten en una suerte de agujero negro organizacional: por su posición, es inevitable que atraigan al resto mientras se nutren de la masa de los no pueden escapar de su campo gravitatorio. La clave para resistirlos es mantener suficiente distancia emocional y sentido crítico como para no ser absorbidos por completo.
Para cerrar, tengamos en cuenta una de las sugerencias más sabrosas de James: "Si no se desarrollan las habilidades para negociar con ellos, te comerán en el desayuno".
Señales de alarma
- Expertos en acoso
Los jefes psicópatas son fáciles de identificar por el humor sarcástico y el maltrato que dispensan a los más débiles
- Poder de seducción
Los líderes narcisistas son carismáticos e histriónicos, y es común que tengan un alto nivel de popularidad entre sus subordinados
- Perfil bajo
Los maquiavélicos tienen a mantener el perfil bajo y suelen ocultarse tras la sombra de un líder más visible.
Los autores son profesores de la Escuela de Negocios de la UTDT