Los 10 errores más frecuentes a la hora de crear tu propio negocio
Los primeros meses de un emprendimiento son determinantes para su futuro: es el momento de cometer errores, a veces generados incluso por el entusiasmo o el optimismo con relación al éxito del proyecto. Pero si es inevitable equivocarse, tal vez la clave sea hacerlo rápido y tener buenos reflejos para corregir.
Para la psicóloga Luciana Goldstein, directora de Entre Emprendedores, una organización dedicada a generar intercambio y alianzas en el ecosistema emprendedor, hay al menos diez errores que se repiten como patrones y que aparecen tanto en el concepto global del nuevo proyecto como en el plano de la comunicación, el marketing, la administración y las finanzas.
1. Pasarse de entusiasmo
Desarrollar productos extremadamente artesanales o con muchísimos pasos en la producción impide escalar a mediano plazo el volumen de venta. Está muy bien que quieras que tu producto sea especial, pero se trata de encontrar un delicado equilibrio entre la originalidad en los procesos de producción y la posibilidad de producir en cantidad para crecer.
Para Rodrigo Córdoba, emprendedor reincidente y creador de las máquinas de patisserie Tigoût, el mal manejo de las emociones es una de las debilidades de los que arrancan un negocio. "A veces la ansiedad es algo bueno, que te empuja hacia adelante, pero si no la sabes administrar es un problema porque se la trasladás a todo el equipo y te lleva a tomar decisiones impulsivas", dijo, y agregó: "Si bien no sos una multinacional que se tiene que ajustar a los procesos, tampoco tenés que irte al otro extremos de lanzarte sin consultar".
2. Descuidar del packaging
El encuentro con el producto es tan importante como el producto mismo. "Muchos emprendedores se olvidan de destinar tiempo a esta instancia y eligen a último momento algún contenedor que resuelva, sin integrar conceptualmente la presentación".
3. Ser más de lo mismo
Algunos proyectos se lanzan sin investigar suficientemente a la competencia. Seguro que anteriormente alguien ya está haciendo lo que querés hacer, y ¿cómo vas a justificar a existencia de tu proyecto en el mundo? El desafío es entender en profundidad por qué alguien que no me conoce habría de comprarme (y no mi familia y amigos que me quieren mucho).
4. Creerle al "no trabajarás nunca más"
La falsa creencia de que amar lo que uno hace reemplaza la instancia del esfuerzo y el trabajo, puede generar altos niveles de frustración. Emprender es duro, exigente, no es para todos y definitivamente no es de color rosa.
5. Ser un vendedor ambulante online
Usar las redes sociales como canal de venta muchas veces supone la falsa idea de que crear una cuenta de Instagram y a continuación vender, es muy fácil. Las redes sociales no son para decir "vendo, vendo". Hay que conocer las herramientas de cada plataforma y utilizarlas con una estrategia inteligente, que permita hacer crecer el negocio.
6. Desconocer el funcionamiento de SEO&SEM
Una vez que se desarrolla la tienda online, la misma funciona sola. Nadie entra "de la nada" a una web y se requieren grandes esfuerzos para traccionar visitantes. En este sentido, es crucial conocer el funcionamiento de las tecnologías de SEO & SEM para lograr un mejor posicionamiento en los motores de búsqueda.
7. Guiarse plenamente por la intuición
Muchísimos emprendedores no miden resultados, desaprovechando todas las herramientas del marketing digital. Hoy en día podemos saber exactamente quien visita nuestras redes y quién está realmente interesado en nosotros y usar esa información para reperfilar el negocio.
8. "Lo hago yo porque amo lo que hago"
El amor no paga el monotributo. El error aquí es no incluir el costo de trabajo del emprendedor en el costeo de productos. Si tuvieras que derivarle a alguien las tareas que hacés, ¿seguiría siendo rentable? Es clave preguntarse eso.
9. Gasto versus inversión
Todos los pasos de crecimiento requieren invertir e incluso tercerizar procesos y tareas. Por ejemplo, muchos emprendedores creen que alcanza con las fotos tomadas por ellos mismos para mostrar su producto y ven la contratación de servicios profesionales como un gasto que su estructura "no se permite". Con ese razonamiento, impiden el crecimiento del proyecto.
10. Ser un "todólogo"
La clásica de todo emprendedor novato: no detectar a tiempo la necesidad de contratar especialistas que profesionalicen y profundicen los procesos e instancias de su emprendimiento.
Para Rodrigo Córdoba es fundamental aprender a delegar, a confiar y estar abierto a modificar la idea original. "Muchas veces los emprendedores se enamoran de su producto y pierden de vista qué están resolviendo, la mirada del usuario. Y cuando salen se dan cuenta que no le interesa a nadie: no tiene mercado", apuntó.
Bonus track nacional: baja tolerancia a la frustración
"En este país el ecosistema para los emprendedores no es muy amigable. Tenemos un gobierno muy pro-emprendedores, pero un Estado que es la máquina de impedir, que atrasa", apuntó Córdoba, para quien se pierde demasiado tiempo llenando formularios y tratando de avanzar con los trámites burocráticos. La resiliencia es, en este sentido, una cualidad necesaria para quien quiere hacer avanzar un proyecto.
Además, Cródoba sostuvo que es difícil encontrar inversores o socios estratégicos locales con baja aversión al riesgo. "Todos dicen 'Me encanta tu idea, pero primero mostrame cómo funciona en la calle'".
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