Cuáles son los cuatro desafíos que deberá enfrentar Nicolás Dujovne
El desempeño de Hacienda tuvo altibajos, con algunos ciertos en la política financiera opacados por pasividad y falta de transparencia en la política fiscal. El comienzo no fue afortunado, con el anuncio, para 2016-1019, de un programa de gradualismo fiscal sin plan financiero y de metas de inflación sin programa monetario.
La gestión repuntó luego con el exitoso acuerdo con los holdouts al que arribó su secretario de Finanzas, que permitió acceder a un financiamiento clave para que el gradualismo fiscal tuviera algún fundamento y crucial para que el Presidente asegure gobernabilidad en 2016.
La unificación cambiaria alcanzada con el Banco Central, y los avances en la baja de la inflación permitieron otro éxito, como fue la emisión de deuda en pesos a plazos de hasta 10 años. Y también tuvo buen desempeño el programa de Letes, para tomar ventaja del aumento de los depósitos en moneda extranjera, producto de la mayor confianza y más recientemente del blanqueo.
Pero la política fiscal no siguió el mismo curso. Es dudoso que se cumpla con el déficit de 4.8 % anunciado para 2016. La meta de déficit para 2017 fue abandonada en el Presupuesto. Y las de 2018 y 2019 han sido aumentadas
Ese deslizamiento de las metas fue comunicado a través de canales informales, en una señal de incomprensión de que un país con elevado déficit y altas necesidades de financiamiento tiene que anunciar con la mayor formalidad y autoridad un compromiso plurianual de encuadrar las cuentas fiscales, para alimentar la confianza de los mercados y de los organismos internacionales.
La desatención del programa fiscal cobró nueva dimensión luego del triunfo de Trump y el alza de tasas de la Fed. El cambio en los mercados internacionales, con incertidumbre en la oferta de fondeo y aumentos de las tasas a lo largo de toda la curva de rendimientos, ya generó improvisaciones en el financiamiento del Tesoro, con colocaciones de deuda más intensas en entes públicos, intensificación del programa de Letes y habilitación a los bancos para que presten al Tesoro.
Los desafíos de Dujovne
- El anuncio formal de un programa fiscal plurianual creíble de reducción del gasto público y de eliminación del déficit fiscal, acompañado de su plan financiero, debe ser el primer ítem de la agenda de Dujovne .Sería ideal que lo anuncie el Presidente y se busque el acuerdo de otras fuerzas políticas responsables.
- El segundo ítem que, en simultáneo, debe poner Dujovne en la agenda es asegurarse un programa de reducción del gasto hasta 2019, coordinado con los Ministros de otras áreas. La baja deberá distribuirse entre lo que exijan la necesaria reforma tributaria y la reducción del déficit.
- El tercer ítem es diseñar una política de financiamiento que no comprometa las políticas del Banco Central ni genere atraso cambiario, como ha sido el caso del financiamiento externo usado para obligaciones en pesos.
- El cuarto ítem es llevar transparencia a las cuentas públicas, abandonando la costumbre de su antecesor de computar rentas de la propiedad que no son tales -Banco Central, Fondo de Garantía de Sustentabilidad- y emular la accountability del Banco Central, que no solo compromete metas, sino que también expone periódicamente los resultados, sujetándose transparente y públicamente a preguntas, consultas y críticas.
Prat-Gay no fue CEO ni es macroeconomista. Quizá por eso no atacó el gasto ni atendió la política fiscal. Dujovne es macroeconomista. Para la reducción del gasto debe convocar a especialistas preparados.
El autor es economista y ex gerente general del Banco Central
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