Los desafíos de Ajay Banga, el nuevo protector de MasterCard
PURCHASE, Nueva York— Desde que se incorporara a las filas de MasterCard Inc. En agosto del año pasado como director general y director general de operaciones, Ajay Banga ha sido el defensor más entusiasta de la compañía, transformando su discreta cultura con abrazos y saludos efusivos en los pasillos.
Ahora, mientras se prepara para asumir la presidencia ejecutiva el 1 de julio, Banga ha asumido el rol de guardián. Su labor es defender a la segunda emisora de tarjetas de crédito y débito de los legisladores estadounidenses, quienes han puesto la mira en la industria, incluyendo los 357 millones de tarjetas que llevan el logotipo de MasterCard en el país.
El proyecto de ley de reforma financiera que fue aprobado el mes pasado por el Senado contiene ciertas disposiciones que podrían hacer que los consumidores prefieran el uso de efectivo y cheques en desmedro de los pagos electrónicos. Si el proyecto se promulga, también le podría restar a la empresa miles de millones de dólares en ingresos anuales provenientes de los bancos que emiten tarjetas con el logotipo de MasterCard.
Los cambios legislativos arrastran aBanga, de 50 años, a un peliagudo debate justo cuando se prepara para reemplazar a Robert Selander, quien ha llevado las riendas de MasterCard desde 1997. Banga, que lanzó Kentucky Fried Chicken en India en los años 90 cuando trabajaba en PepsiCo Inc., también busca nueva formas de presentar un producto muy conocido pero que carece de un contacto directo con el consumidor.
La razón es que los clientes de Master- Card son los bancos que emiten las tarjetas, no las personas que las llevan en sus billeteras. Al igual que su rival Visa Inc., MasterCard no fija tasas de interés, ni realiza cobros ni impone cargos. En su lugar, gana dinero transmitiendo información por todo el mundo para que las transacciones se aprueben en cuestión de segundos. "Tengo un producto de consumo, pero no se lo puedo vender a los consumidores", lamenta. Más allá de lo que ocurra en Washington, Banga también debe encontrar nuevas fuentes de crecimiento para depender menos del saturado mercado estadounidense. Otro desafío es el menor acceso al crédito y la tendencia de los usuarios a reducir sus deudas y gastar menos.
Antes de llegar a MasterCard, Banga trabajó en Citigroup Inc. durante 13 años, donde llegó a dirigir su negocio global de tarjetas de crédito. Durante los últimos meses, Banga ha estado en una gira extenuante para promover MasterCard en Asia, Europa y Sudamérica. También ha incitado a los ejecutivos a seguir su ejemplo y pasar más tiempo con los clientes de Master- Card en el mundo. Cerca de 55% de los ngresos proviene de las operaciones internacionales de MasterCard. La filial de la empresa en América Latina y El Caribe reportó recientemente un alza de 16,2% en sus resultados operativos en moneda local y un aumento de 5,1% en la emisión de tarjetas con la marca de MasterCard.
Hasta el 31 de marzo, había en la región 252 millones de tarjetas emitidas por MasterCard y Maestro (su servicio de tarjetas de débito). El estilo de Banga es muy distinto al de Selander, que lideró a MasterCard durante su transición desde una cooperativa de bancos a una empresa que cotiza en bolsa. Desde su salida a bolsa en 2006 las acciones de MasterCard han subido desde US$38 a más de US$200 la unidad.
"Ajay es muy energético, abierto y cautivador, lo que va a ayudar a cambiar la cultura de MasterCard de una forma positiva", opina Tien- Tsin Huang, analista de J.P. Morgan Chase & Co. Al contrario que Selander, que es más propenso a quedarse en su oficina, a Banga a menudo se lo puede encontrar conversando en la oficina de otro empleado.
El año pasado, cuando recién había llegado a la compañía, sorprendió a media plantilla al entrar a sus oficinas y presentarse: "Hola. Soy Ajay. ¿Cómo se llama y cuáles son sus funciones?", preguntaba, según un ejecutivo. Hasta ahora, Banga ha reducido la burocracia de la empresa y les ha pedido a sus 5.100 empleados que se relajen y asuman riesgos, un proceso que ha bautizado como "incentivar el fracaso".
El mes pasado, formó un nuevo grupo de investigación y desarrollo, conocido como MasterCard Labs. Su misión es desarrollar nuevas tecnologías de pago y lanzarlas rápidamente al mercado. Banga controla su presupuesto. Sin embargo, aún quedan varios
obstáculos por delante. Los bancos, por ejemplo, pueden ser renuentes a adoptar nuevos productos en un momento en el que han sufrido los embates de la crisis financiera y están concediendo menos crédito. J.P. Morgan Chase, por ejemplo, ha señalado que eliminará al 15% menos rentable de sus titulares de tarjetas debido a los costos impuestos por las nuevas normas en Estados Unidos.
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