Bajan los depósitos del Gobierno en dólares, pero el BCRA estira su racha positiva de compras
Las cifras oficiales muestran que al viernes había US$458 millones en cuentas del Tesoro Nacional; la entidad monetaria sumó hoy US$245 millones
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Los depósitos en dólares del Gobierno cayeron hasta los US$458 millones durante la primera semana del mes, al retroceder en US$287 millones, tras efectuarse la última transferencia al FMI, lo que dejó esa tenencia en el menor nivel desde mitad de año.
El dato, paradójico en medio de las muestras de abultada liquidez en moneda extranjera que dejó el blanqueo y de la racha de compra de reservas que exhibe el Banco Central (BCRA), cobra relevancia en vista que, a poco de iniciar el año próximo, hay que afrontar pagos de la deuda reestructurada (bonos Globales y Bonares) por unos US$2800 millones, en concepto de devolución del capital, y por otros US$1500 millones, por intereses. Es decir, por un total aproximado de unos US$4300 millones.
Si bien el Gobierno, como parte de una maniobra para reforzar el compromiso de pago, giró hace poco más de un mes al Bank of New York (BoNY), que actúa como fiduciario de los pagos de capital e intereses de esos títulos más de US$1000 millones, faltarían poco más de US$3400 millones para honrarlo y en sus cuentas locales apenas cuenta hoy con 13,3% de ese monto.
“Digamos que, redondeando, le faltan juntar unos US$3000 millones, si se quiere evitar canjes”, apuntaron hoy en un informe desde la consultora Outlier.
El análisis hace notar que si esos US$3000 millones van a salir de las reservas del BCRA, para que su aún muy endeble y negativa tenencia neta no sufra, esa entidad debería estar en condiciones de adquirir un monto similar o mayor mediante intervenciones sobre el mercado cambiario local hasta fin el año.
Eso supondría un promedio de adquisiciones sin pausa por US$90 millones durante las 33 ruedas que restan, monto que hoy es incluso 22,5% superior al promedio de US$73,6 millones adquirido durante la impactante racha actual de compras que lleva 32 jornadas.
En especial, porque en paralelo, el BCRA debe pagar unos US$300 millones durante noviembre y diciembre por los Bopreales que emitió para honrar pagos a importadores que habían quedado pendientes durante la administración pasada.
Sin embargo, a la luz de los US$245 millones que esa entidad compró hoy (el mayor monto en casi seis meses y durante una rueda en que se quedó con casi el 60% de las divisas operadas), son cada vez más lo que creen que esa posibilidad no es para nada desechable.
“Con la dinámica actual del mercado, no es una cifra que hoy luzca imposible, en especial tomando en cuenta que llegarán en breve las liquidaciones relacionadas con la cosecha fina. Pero, a la vez, revela que, sin un repo a la vista, aún es poco probable que las reservas netas mejoren de forma muy significativa de acá a fin de año”, señalan.
Dentro de esa misma lógica pareció moverse el vicepresidente del BCRA, Vladimir Werning, ayer al esbozar en el Simposio del Mercado de Capitales y Finanzas Corporativas del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), la posibilidad de que las reservas crezcan en unos US$10.000 millones en los próximos meses gracias a la reducción de la liquidez en dólares en efectivo de los bancos. “Hoy los bancos mantienen cerca del 40% de su liquidez en efectivo, un nivel que podría bajar al 10%, como ocurrió tras el blanqueo anterior, y eso liberará recursos hacia las reservas”, explicó, al estimar que las reservas podrían crecer en hasta US$10.000 millones por ese movimiento.
La opción de un canje
Las cifras surgen de la última actualización estadística del balance del Banco Central (BCRA), que al viernes contaba con reservas totales o brutas por US$29.838 millones, (US$25 millones menos respecto al viernes previo) afectadas básicamente por la fuerte depreciación que registró el yuan, aunque durante el mismo período los encajes que las alimentaron subieron US$1046 millones.
Y explican que en el mercado crece la especulación en torno a la posible convocatoria de un canje voluntario para tenedores de los bonos por vencer en los años 2029 y 2030, para reducir el compromiso de pagos no sólo previsto para enero sino ya también para julio, y para que el Gobierno esté en condiciones de plantearse avances mucho más concretos hacia la apertura del cepo, en lo que hace a la operatoria comercial y financiera corporativa, entre marzo y abril, según se proyecta en el mercado.
“El Tesoro deberá afrontar vencimientos por unos US$9500 millones por bonos el año que viene y enfrenta compromisos más cercanos a los US$10.000 millones anuales hasta 2027. Para hacer frente a estos compromisos, cuenta con tres opciones: hacer los pagos en efectivo, refinanciarlos u ofrecer un canje voluntario de deuda”, explica Leonardo Chialva, de Delphos Investment.
“La primera opción resultaría incierta, aunque no imposible, dado el nivel de reservas actuales. Y la segunda necesita de la colocación de bonos, algo que requeriría que el riesgo país mantenga una tendencia a la baja, idealmente alcanzando niveles en torno a los 500 puntos básicos, una posibilidad lejana. Lo que parece más factible es un canje voluntario que resulte favorable tanto para los inversores como para el Tesoro, aliviando su perfil de pagos”, detalla.
Para Chialva la alternativa es muy viable por la evolución que mostró el mercado, por el atractivo que fueron ganando los bonos argentinos en las últimas semanas y “porque casi no hay en el mundo países que realicen cancelaciones netas de deuda: lo natural es que se paguen los servicios por intereses y se refinancien”, explica.
En un ejercicio que volcó en un informe, planteó que si se modifica la estructura de los bonos 2029 y 2030 introduciendo un período de gracia de cinco años, asumiendo que se realizan los próximos dos pagos (enero de 2025 y julio de 2025) y aumentando el cupón al 5% fijo, el punto de equilibrio entre el valor presente de este nuevo bono y los actuales ya está cerca. “Eso hace factible esta operación, que al país le permitiría una mayor sostenibilidad en el manejo de la deuda (ya que el perfil de pagos mejoraría con una reducción del desembolso anual de aproximadamente US$5000 millones hasta 2029), y a los inversores, pasar a tener un bono de mayor duración y mejor tasa de interés”, concluye.
Las versiones en torno a una posible convocatoria a canje crecieron tras el alivio que el Gobierno mostró al frustrarse ayer una convocatoria a sesión en el Congreso que, en su temario, incluía la posibilidad de voltear el Decreto 846/2024 del Ejecutivo que modificó la Ley de Administración Financiera para flexibilizar las condiciones para avanzar en un eventual canje de deuda en moneda extranjera bajo legislación local. Pero desde el Ministerio de Economía lo relativizan asegurando que esa modificación sólo se hizo buscando más herramientas “para administrar pasivos, a precios de mercado, ante posibles contingencias”.