Los cuatro factores que mueven el precio del dólar
El dólar se convirtió, para sorpresa de muchos, en una de las mejores apuestas de inversión del primer bimestre de 2018. Sin embargo, los analistas estiman que el billete norteamericano está llegando a su "techo": al Gobierno y el Banco Central ya no les conviene que siga subiendo y en las próximas semanas se van a liquidar las divisas provenientes de la cosecha.
A continuación, los principales factores locales e internacionales que explican el alza del dólar y el impacto de la intervención del BCRA.
1) Relajamiento de la política monetaria
El cambio en las metas de inflación, que modificó la banda de 8 a 12%, a un objetivo de 15% para este año, es la principal razón que explica que el dólar haya subido de $17,87 el 18 de diciembre al actual $20,69 en el mercado minorista.
Esa relajación en la política monetaria se debió al temor de un posible enfriamiento en la actividad económica, donde las altas tasas del BCRA amenazaban con desacelerar el crecimiento del PBI y alejaban el 3,5% de crecimiento al que aspira el Gobierno este año.
El cambio en las metas de inflación redundó en una política monetaria menos restrictiva, con recortes en las tasas de interés que se tradujo automáticamente en un aumento del dólar, y en un tipo de cambio más competitivo.
"En términos de tipo de cambio real bilateral con Brasil, el peso tuvo una devaluación acumulada de 10%", dice Leonardo Chialva, socio de Delphos Investment.
2) Suba de la tasa de interés internacional
Con la llegada de un nuevo presidente a la Reserva Federal (la Fed, el Banco Central norteamericano), Jerome Powell dio inicio a un nuevo ciclo de subas de tasa de interés, algo que repercute directamente en los mercados emergentes.
"Una mayor tasa de interés por parte de los Estados Unidos genera tensión cambiaria en los países emergentes, especialmente en la Argentina. Los capitales salen de estos mercados y buscan lugares de inversión más seguros, como el norteamericano. Esto impulsa una suba del dólar", explica Federico Furiase, director de la consultora EcoGo.
En este escenario, los tenedores internacionales de activos en el país venden sus títulos de deuda y, como complemento, se hacen de dólares para comprar activos más seguros.
3) La dependencia argentina del financiamiento externo
Mientras el país siga teniendo más gastos que ingresos, el Gobierno seguirá dependiendo del endeudamiento para financiar ese déficit. Al momento, el tamaño del mercado financiero argentino no alcanza para cubrir los más de US$30.00 millones que necesita el Estado para cubrir el déficit estimado y el pago de intereses de deuda.
"La Argentina es más vulnerable a las suba de la tasa de interés internacional porque tiene una agenda de gradualismo fiscal que la hace depender más de los capitales que se van. Es por eso que el dólar sube más que en otros países", señala Furiase.
La intervención en el mercado de cambios del Banco Central acotó el nivel de volatilidad, un factor necesario para generar confianza en el inversor internacional que demanda pesos para financiar el gasto.
"Hacienda y Finanzas necesitan de los inversores extranjeros, y si bien el Tesoro pudo hacer una colocación grande en pesos la semana pasada, tuvo que vender un bonos a menor plazo [a dos y cinco años], y sumarle la cláusula gatillo contra la inflación", dice Juan Manuel Pazos, jefe de Estrategia en Puente.
"El mercado aumentó el costo al cual el Tesoro tuvo que colocar el bono en pesos. El Gobierno tiene que reconstruir esa confianza inicial [con los inversores] que tuvo cuando llegó al poder. La intervención del Banco Central marca con claridad que no hay una intención de acelerar el deslizamiento del tipo de cambio", agregó.
4) La sequía
El ingreso de divisas está directamente relacionado con la cosecha, que este verano sufre la peor sequía en la pampa húmeda para el campo de los últimos 44 años. En soja, la cosecha quedaría con 10,5 millones de toneladas menos respecto del ciclo pasado. Si se suma el maíz y otros cultivos, la pérdida económica sería de US$4350 millones, según estimó la Confederaciones Rurales Argentinas (CRA).
"Los últimos tres meses del año son los peores para el peso, porque hay mucha demanda de dólares y poca oferta. El Gobierno necesitaba que aumentara el precio de la divisa norteamericana, para ayudar a las exportaciones, pero llegado un punto puede ser peligroso si no hay demasiado motivo para devaluar", dice Chialva, de Delphos Investment, quien se anima a anticipar un precio menor del dólar para abril y mayo.
El poder del BCRA
La entidad monetaria no busca, en principio, hacer retroceder el valor del billete; interviene en el mercado con montos pequeños -en la semana utilizó en total US$50 millones de los más de US$62.600 millones de reservas que tiene-, buscando que luego aparezca la oferta privada y se equilibre el mercado. Los analistas acusan este comportamiento a un "BCRA más politizado".
"El Banco Central está mostrando que tiene más de un objetivo: además de contener la inflación para que no se devalúe el poder real adquisitivo, tiene que mantener un tipo de cambio competitivo, para que aumenten las exportaciones, y no puede subir la tasa de interés, porque se enfría el mercado de créditos y así, la economía", señaló Amílcar Collante, del Centro de Estudios Económicos del Sur (Cesur).
Una de las razones de la intervención, según los analistas, son las negociaciones paritarias que se aproximan en estos meses. Otros, en cambio, opinan que era necesario que el Banco Central mandara una señal de estabilidad para calmar el mercado, a fin de evitar una suba mayor.
"La Argentina tiene un tipo de cambio flotante sucio: el BCRA interviene para amortiguar las expectativas cuando no son las acordes. Podemos ver que ahora el precio del dólar va a moverse como cualquier otro precio de la economía; va a estar más vinculado al movimiento de la inflación ", agregó Collante.
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