Los capitales vuelven a los mercados emergentes
En contra de las predicciones de que las inversiones en los países en desarrollo se encaminaban a un nuevo retroceso, los capitales internacionales están volviendo a estos mercados.
En enero, el Índice de Mercados Emergentes MSCI avanzó 0,6%, por encima del índice bursátil S&P 500 por primera vez desde julio, y el índice de bonos denominados en dólares de mercados emergentes de J.P. Morgan Chase & Co. subió 0,3%.
El mes pasado, los inversionistas destinaron US$18.000 millones a acciones y bonos de mercados emergentes, según el Instituto de Finanzas Internacionales. Ese flujo revierte la salida de US$11.000 millones en diciembre, que fue la mayor desde el alboroto que se produjo a mediados de 2013 ante las expectativas de una reducción del programa de estímulo del banco central de Estados Unidos.
Los avances son notorios porque muchos inversionistas han venido expresando su recelo hacia los mercados emergentes, desde Brasil, India y China hasta Rusia y Venezuela, tras una década de auge que terminó con la crisis financiera de 2008.
En 2013 y 2014, un período en el que las acciones estadounidenses se elevaron a niveles récord, el Índice de Mercados Emergentes MSCI cayó casi 5%. El índice de bonos de mercados emergentes de J.P. Morgan quedó el año pasado por debajo de los bonos del Tesoro de EE.UU., con un rendimiento de 1,5% comparado con 6,2% de la deuda estadounidense.
"Los mercados emergentes son una de las pocas gangas que hay en un mundo cada vez más caro", dice Jeffrey Kleintop, es-tratega jefe de inversión global de CharlesSchwab Corp., que a fines de 2014 gestionaba US$2,5 billones en activos para clientes.
Kleintop agrega que las bajas valuaciones podrían ofrecer "una especie de amortiguador" cuando la volatilidad se dispare, aunque las acciones de mercados emergentes se vieron fuertemente afectadas en la venta generalizada de títulos de la semana pasada.
De todas formas, se espera que los mercados emergentes crezcan a un ritmo más rápido que los desarrollados, impulsados por precios de commodities más bajos.
En lugar de ver a los emergentes como un conjunto, algunos inversionistas se han vuelto más selectivos respecto de algunos.
India es visto como un país sólido, tanto por su posición como importador de petróleo como por el interés de su gobierno en reformar la economía. Indonesia es vista con nuevos ojos y también está atrayendo atención de gestores de fondos, al igual que México y Taiwán, que se beneficiarían de la recuperación estadounidense.
Algo que también favorece a estos mercados es el plan de estímulo de 1 billón de euros (US$1,3 billones) que el Banco Central Europeo anunció en enero, lo que ha aliviado los temores de una crisis de liquidez global que pudiera golpear con fuerza a los mercados emergentes, dicen operadores y analistas.
En su sondeo mensual a inversionistas de mercados emergentes, Société Générale SA halló que casi 70% de sus clientes eran optimistas sobre esos países en el corto plazo, la lectura más alta desde marzo. Entre las mayores preocupaciones está un menor ritmo de crecimiento que podría dificultar que las empresas que emiten acciones y bonos mantengan una buena salud. En enero, el Fondo Monetario Internacional redujo de 4,9% a 4,3% su proyección de crecimiento para mercados emergentes este año.
Otras trabas incluyen el fortalecimiento del dólar, gracias en parte a la expectativa de que la Reserva Federal elevará este año las tasas de corto plazo en EE.UU. por primera vez desde 2006. Un dólar más fuerte usualmente es acompañado por una salida de capital de inversión de economías menos desarrolladas.
Algo más que afecta a los países en desarrollo es el desplome en el último año de los precios de varios commodities, incluyendo el petróleo, al que muchos países emergentes están tan fuertemente ligados.
Como resultado, muchos inversionistas dicen que están volviéndose más selectivos sobre qué acciones y bonos compran, y buscan compañías y países mejor posicionados para capear un alza de las tasas de EE.UU. y un fortalecimiento del dólar.
Emery Brewer, que dirige el fondo de mercados emergentes JOHCM de US$1.400 millones y que ha estado invirtiendo en el sector desde 1996, está comprando acciones de empresas que fabrican bienes en países en desarrollo pero que venden sus productos en EE.UU. Estas pueden sacar ventaja de cualquier ganancia del dólar este año, sostiene.
Algunos inversionistas dicen que las inquietudes por los precios del petróleo son exageradas. Sólo un par de grandes mercados emergentes, como Rusia y Venezuela, son importantes exportadores de petróleo, señala Ronald Frashure, presidente del directorio de Acadian Asset Management, que maneja US$19.000 millones en acciones de mercados emergentes.
"En general, los mercados emergentes se benefician de precios del crudo más bajos", dice Frashure. Dos tercios de los países en el Índice de Mercados Emergentes MSCI eran importadores netos de crudo a fines del año pasado, incluyendo China e India, según la Administración de Información de Energía de EE.UU.
Pocos creen que este terreno será declarado libre de riesgos en el futuro inmediato. Muchos gestores de portafolio siguen temerosos de que las acciones y los bonos emitidos en países como Brasil, Rusia, India y China sigan siendo altamente vulnerables a una caída en el ánimo de los inversionistas, una mayor desaceleración del crecimiento económico global o la anticipada alza este año de las tasas de interés de corto plazo en EE.UU.