Los bancos europeos dejan para mañana los problemas que no quieren afrontar hoy
LONDRES—Pese a las señales de mejoría en la banca europea, las entidades en todo el continente están adoptando una variedad de estrategias para eludir, o al menos retrasar, una solución a los posibles problemas que se asoman en sus libros contables.
Algunos bancos están elaborando estructuras poco ortodoxas diseñadas para mejorar sus relaciones de capital, sin tener que recaudar fondos ni transferir activos indeseados de sus balances. Otras entidades están recurriendo a complejas transacciones con algunos de sus clientes atribulados con el fin de evitar que caigan en cesación de pagos, si bien es posible que los bancos queden expuestos a problemas en el futuro.
Ahora, el sector financiero tiene mayor flexibilidad para ensayar estas tácticas gracias a los casi US$1,33 billones (millones de millones) en créditos baratos a tres años que el Banco Central Europeo concedió recientemente a al menos 800 entidades. El programa, conocido como Operación de Refinanciación a Largo Plazo (LTRO, por sus siglas en inglés), ha sido reconocido como el salvavidas que previno una posible catástrofe cuando los bancos pasaban apuros para cumplir con los plazos para pagar sus deudas.
El programa del BCE, sin embargo, también está permitiendo que la industria place su proceso de saneamiento, dicen algunos banqueros, inversionistas y otros expertos.
"La LTRO ha posibilitado extender el período de tiempo para que el banco emprenda su reconstrucción, y los daños para la zona euro podrían ser significativos", dijo Alastair Ryan, un analista de UBS. Estas tácticas son más frecuentes en España, donde los bancos están inundados de préstamos del BCE pero también se tienen que apretar el cinturón ante la carga cada vez mayor de las hipotecas inmobiliarias impagas. Las entidades están ofreciendo condiciones especiales a prestatarios de pequeño y medio tamaño con tal de darles un respiro de corto plazo, aunque lo más probable es que eso les cause problemas a futuro.
Por ejemplo, esta es la situación que enfrentan varias compañías de toreo. Dada la profundidad del bajón de la economía, están pasando apuros para llenar los asientos de estos eventos tradicionalmente populares. Los organizadores tienen problemas para pagar la publicidad y mantenimiento de las plazas de toros, según las propias empresas y una organización que las representa.
Por eso, a principios de año, la firma sevillana Empresa Pagés, cerró un acuerdo inusual con su banco, Banca Cívica, que estaba a punto de ser absorbido por el gigante nacional Caixabank SA. La entidad accedió a prestar dinero a los fanáticos de los toros para que pudieran comprar abonos para la temporada, que suelen costar varios cientos de euros. Empresa Pagés recibe el monto de los billetes por adelantado. Los aficionados generalmente tienen que devolver el préstamo, con intereses, en el plazo de un año.
Un vocero de Banca Cívica dijo que el acuerdo ayuda a atraer consumidores y además sirve para echarle una mano a un cliente fiel.
Esta clase de medidas también son beneficiosas para los bancos, que eviten costosas cesaciones de pagos, al menos por otro año.
Mientras tanto, están asumiendo préstamos personales sin colateral, un sector que se está volviendo cada vez más riesgoso conforme la tasa de desempleo sigue creciendo en España. El portavoz de Banca Cívica asegura que dichos préstamos no son muy riesgosos ya que se trata de sumas relativamente pequeñas.
En otras partes de Europa, los bancos se están volviendo cada vez más creativos a la hora de encontrar maneras de mejorar sus relaciones de capital sin deshacerse de activos o vender nuevas acciones, dos de los métodos que según la mayoría de expertos son clave para fortalecer el sector.
Algunas instituciones están colocando determinados portafolios de activos, normalmente hipotecas comerciales, en vehículos recién creados fuera de su balance general. Entonces, contratan a asesores independientes como firmas de capital privado para que los gestionen. En algunos casos, el banco accede a absorber la primera ola de pérdidas, pero las siguientes o las ganancias después de eso se reparten entre el banco y el gestor.
"Es más barato que salir y recaudar capital fresco", dice Richard Thompson, que ayuda a algunos bancos europeos a estructurar transacciones de esta clase para Portfolio Advisory Group.
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