Los bancos de Wall Street no logran seducir a Argentina con nuevos bonos
A Argentina le quedan pocos amigos en el mundo financiero, pero eso no ha minado el interés de Wall Street por atraer de nuevo a ese país al mercado de bonos.
Las mayores firmas financieras pasaron buena parte del primer semestre de 2014 delineando rutas de escape para Argentina, que se encuentra sumida en una batalla legal contra algunos fondos de cobertura que amenaza con empujar al país a su segunda cesación de pagos en 13 años.
Un grupo de grandes bancos ofreció colocaciones de bonos que habrían allanado el camino para llegar a un acuerdo con los llamados acreedores "holdouts" liderados por Elliott Management Corp. El plan no obtuvo la aprobación de los funcionarios argentinos, y no está claro cuán seriamente lo consideraron, dada la amplia brecha que divide las posiciones del gobierno austral y los fondos y la limitada popularidad de las firmas financieras globales en Argentina.
Aun así, el esfuerzo podría resultar en un éxito para Wall Street. Muchos analistas dicen que las firmas estaban buscando ante todo atraer nuevos negocios en momentos en que necesitaban buenas noticias. "Muchos bancos están ofreciendo activamente negocios a Argentina", dice Tony Volpon, director de investigación de mercados emergentes en Nomura Securities. "Argentina fue el mejor cliente de Wall Street por 10 años y mucha gente cree que eso se puede repetir".
Los esfuerzos del sector financiero subrayan las comisiones lucrativas que los bancos podrían ganar en momentos en que sus ingresos están bajo presión debido a un crecimiento económico débil, reglas más estrictas y un mayor escrutinio regulatorio. Argentina emitió bonos por US$56.000 millones entre 1995 y 2001, lo que generó un estimado de US$720 millones para los bancos que administraron la venta, según Dealogic.
Las ofertas de los bancos han sido impulsadas en parte por una fuerte demanda de los fondos de inversión que se concentran en deuda en problemas. La iniciativa también socava la presunción del mercado de que los deudores morosos se convierten en unos parias internacionales que no pueden ser rehabilitados.
Si se llega a producir una nueva venta de bonos, "habrá mucha gente interesada y nosotros seremos uno de ellos, dependiendo del precio", señala Jonathan Kolatch, fundador de Redwood Capital Management LLC.
Bank of America Corp., Goldman Sachs Group Inc., J.P. Morgan Chase & Co. y UBS AG expusieron ante funcionarios argentinos sus propuestas de una potencial venta de bonos, de acuerdo con personas al tanto de la situación.
Los representantes argentinos pusieron fin a las conversaciones en junio luego de que la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos rechazó escuchar una apelación de Argentina, lo que, según los abogados del país, podría poner al gobierno en riesgo de incumplir una cláusula en sus bonos que promete tratamiento igualitario para todos los tenedores de su deuda, dijeron personas al tanto.
Luego, al menos uno de los bancos presionó a Elliott, el acreedor líder en la pelea, para que considerara un acuerdo bajo el cual Argentina compensaría los costos legales de los fondos que no aceptaron un canje de deuda, que se estima exceden los US$100 millones, dijeron las fuentes.
Por ahora, no parece evidente ni una venta ni ningún tipo de acuerdo. Funcionarios argentinos se rehúsan a reunirse con los fondos en disputa y si las partes no llegaran a un acuerdo, el país entraría en default sobre un pago de más de US$800 millones que venció el 30 de junio y se encuentra en período de prórroga por 30 días.
Por más de una década, Argentina se ha negado a negociar con estos acreedores, a los que llama buitres, que se rehusaron a aceptar las reestructuraciones con las que más de 90% de los bonistas estuvieron de acuerdo. Últimamente, funcionarios del país han dicho que no pueden negociar debido a la cláusula de tratamiento igualitario, conocida como RUFO por sus siglas en inglés.
La cláusula, incluida en bonos por más de US$54.000 millones que Argentina emitió en las reestructuraciones de 2005 y 2010, estipula que cualquier acuerdo firmado antes de fines de 2014 con los acreedores que no aceptaron el canje sea ofrecido a aquellos que aceptaron las pérdidas en las reestructuraciones previas.
Analistas dicen que un nuevo bono podría facilitar un acuerdo similar al de US$5.000 millones que el país firmó con la petrolera española Repsol SA como pago por la expropiación de su filial YPF. Argentina emitiría los bonos a los acreedores en disputa, que inmediatamente los revenderían a otros fondos de cobertura a través de un banco de inversión, dijeron las fuentes al tanto.
Argentina enfrenta posibles reclamos por US$14.500 millones de acreedores como Elliott. Es poco probable que se haga un pago completo, dijeron analistas, pero el país podría necesitar en algún punto recaudar miles de millones de dólares en bonos para pagar a los holdouts.
En los últimos años, los fondos de cobertura de EE.UU. se han abalanzado a la deuda de Argentina, en una apuesta a que la economía prosperará y que los precios de los bonos subirán cuando la presidenta Cristina Fernández de Kirchner sea reemplazada en las elecciones de 2015. Entre esos fondos están Fortress Investments, Hayman Capital Management LP, Monarch Alternative Capital LP, Perry Capital, Redwood Capital, Silver Point Capital y Third Point LLC.