Los bancos de la UE miden su propio riesgo
Presuntas valoraciones artificiales generan preocupación
LONDRES—Reguladores e inversionistas están preocupados de que algunos bancos europeos estén elevando de manera artificial una medida clave de su salud financiera, lo que erosiona aún más la confianza en las instituciones financieras del continente.
Las inquietudes se han venido acumulando desde hace más de un año y han aumentado últimamente, ante una racha de anuncios de bancos de que buscan incrementar sus coeficientes de capital —un parámetro clave de su capacidad de absorber pérdidas futuras— en parte modificando la forma en que calculan el riesgo de sus activos. Los bancos españoles, incluido Banco Santander SA, están entre los que han anunciado planes de elevar sus relaciones de capital "optimizando" su ponderación del riesgo.
Varias agencias reguladoras europeas han empezado a estudiar el asunto. La Autoridad de Servicios Financieros del Reino Unido ha sido una de las más activas, al vetar hace poco las formas propuestas por los bancos de valorar sus activos, según personas al tanto.
El eje es la manera en que los bancos calculan y divulgan sus relaciones de capital. Este coeficiente está compuesto de ciertos tipos de capital expresado como porcentaje de los "activos ponderados por riesgo", una medida vaga de la que un creciente número de reguladores e inversionistas teme que abusen los bancos.
El argumento detrás de este tipo de medición del capital es que no todos los activos son iguales. Un bono emitido por una em-presa sólida supuestamente tiene menos probabilidades de generar pérdidas que un título hipotecario de un propietario muy endeudado. Bajo los sistemas de ponderación del riesgo, los bancos pueden mantener menos capital como garantía contra activos más seguros de lo que deben tener para los más riesgosos.
Los bancos, no obstante, disfrutan de una amplia discreción en la forma en que ponderan diferentes activos. Si las instituciones consideran ciertos activos como de bajo riesgo, eso reduce el denominador de la relación y tiene el efecto de elevar los niveles de capital.
Un creciente conjunto de investigaciones de reguladores, analistas y expertos indica que la práctica se lleva a cabo de forma inconsistente entre los diferentes bancos y países y que se presta a posibles manipulaciones. La presión está aumentando para utilizar un método estandarizado que determine las ponderaciones de riesgo.
Si los bancos subestiman el riesgo de sus activos, sus colchones de capital para absorber pérdidas podrían resultar peligrosamente delgados en una crisis.
Confiar en las autoponderaciones de riesgo "es como si sus hijos calificaran sus propias tareas", sostiene James Ferguson, estratega de Westhouse Securities en Londres. "Es crucial que nada haya salido mal con estos cálculos, o estamos en problemas".
El actual "método socava la confianza en el sistema, y esto obliga a los inversionistas a exigir que los bancos reserven más capital", afirmó Richard Black, gestor de fondos de Legal & General Investment Management en Londres.
Algunos ejecutivos bancarios en Estados Unidos, en especial el presidente ejecutivo de J.P. Morgan Chase & Co., James Dimon, han dicho que los bancos europeos están jugando con el régimen de ponderación del riesgo.
Las preocupaciones se están intensificando porque los bancos tienen plazo hasta fin de junio para cumplir con la orden de la Autoridad Bancaria Europea de conseguir más de 100.000 millones de euros (US$127.000 millones) en capital fresco, un intento de los reguladores por calmar los temores sobre la salud del sistema financiero del continente.
Existen amplias discrepancias en la forma en que los bancos calculan el riesgo de sus activos.
El año pasado, Deutsche Bank AG tenía el año pasado 2,16 billones (millones de millones) de euros en activos, pero sobre una base ponderada por el riesgo esa cifra se redujo a 381.000 millones de euros (US$483.000 millones), una relación de 18%. Por su parte, el español Banco Bilbao Vizcaya Argentaria SA mantenía cerca de 331.000 millones de euros (US$420.000 millones) en activos ponderados por riesgo de un total de 598.000 millones de euros (US$759.000 millones), o 55%.
La diferencia podría reflejar simplemente los variados niveles de riesgo en los balances de los bancos. Según ese cálculo, los activos de Deutsche Bank son en general mucho más seguros que los de BBVA. Sin embargo, algunos inversionistas y reguladores empiezan a considerar las ponderaciones de riesgo bajas como señales de alarma.