Los aumentos de salarios en Asia repercuten en la economía global
Cada vez más gobiernos asiáticos están presionando a las empresas para aumentar los salarios como una manera de evitar olas de agitación laboral. Esto podría provocar un salto en los costos manufactureros de las multinacionales, así como de los productos que venden en el mundo.
El gabinete del gobierno de Malasia acaba de aprobar la adopción del primer salario mínimo en la historia del país, según fuentes cercanas. Tailandia e Indonesia han imitado los esfuerzos de China en los dos últimos años para elevar los salarios tras años de diferencias cada vez mayores entre ricos y pobres.
En el último año, las compañías globales han visto un alza en los precios de la mano de obra en China, pese a la debilidad de la economía mundial, a medida que los trabajadores empiezan a exigir una mayor tajada del auge económico. En meses recientes, la presión también se ha intensificado en países del Sudeste Asiático que se ofrecían como alternativas para las compañías que buscan eludir el encarecimiento de las operaciones en China.
En los últimos 12 meses, el minorista estadounidense de moda masculina Jos. A. Banks Clothiers Inc. trasladó parte de su producción de China a otros enclaves asiáticos más baratos, como Indonesia, conforme fueron subiendo los precios de la mano de obra y los bienes. Su presidente ejecutivo, Neal Black, dijo que si bien aún no había notado una inflación en los salarios en Indonesia, la anticipa. "El negocio de la confección siempre se mueve en torno al mundo en desarrollo", afirmó Black. "Genera empleos y estas personas adquieren habilidades profesionales que luego les permiten pasar a otros productos como los electrónicos". Consciente de esto, Jos. A. Banks, que también tiene plantas en Sri Lanka y Malasia, está sumando capacidad en otras partes del mundo, incluyendo América Central y países como Haití y Jordania.
En algunos casos, los gobiernos asiáticos respaldan las reivindicaciones salariales, en parte para evitar la clase de conflictos sociales que desembocaron en el derrocamiento de varios regímenes en Medio Oriente y también para calmar el incipiente movimiento obrero en sus países.
Otra esperanza es que el alza en los sueldos aumente el gasto de los consumidores, aportando un nuevo motor de crecimiento en un momento en que la débil demanda de exportaciones de los países más ricos y el encarecimiento del petróleo preocupan a las autoridades de la región.
Los líderes políticos aseguran que no les queda más remedio que actuar, a medida que los votantes están más informados sobre los aumentos salariales en otras partes, de los que pueden enterarse a través de Internet. Recientes protestas de obreros de bajos ingresos en lugares como Indonesia y Tailandia han incrementado la presión sobre los gobiernos para que suban los sueldos.
"Hay un verdadero sentimiento de que los segmentos de menores ingresos (de la población asiática) no han progresado mu-cho en los últimos años" mientras la brecha entre ricos y pobres se ha ensanchado en algunas áreas, reconoció Edward Teather, economista de UBS en Singapur.
Los economistas argumentan que, en algunos aspectos, los aumentos en los salarios mínimos en países como Tailandia sólo están colocando a algunos trabajadores donde estaban hace una década, al tomar en cuenta la inflación.
Beijing subió su salario mínimo mensual 8,6% a 1.260 yuanes (US$199) a partir de enero, según la agencia de noticias estatal Xinhua. En febrero, el centro industrial de Shenzhen, en el sur del país, incrementó su salario mensual obligatorio casi 14% a 1.500 yuanes. La ciudad portuaria de Tianjin hará lo mismo a partir de abril, con lo que su salario mínimo subirá 13% a 1.310 yuanes, informó Xinhua.
Las medidas de China, en parte, han provocado iniciativas similares en la región. Los trabajadores indonesios en algunas áreas han conseguido aumentos del salario mínimo de más de 20% en los últimos meses.
Tailandia planea introducir un alza del salario mínimo a partir de abril. Sindicatos en Camboya, Sri Lanka y Bangladesh también demandan incrementos.
La propagación de este movimiento obrero presenta desafíos para las compañías que desde hace años dependen de sus ope-raciones en Asia para mantener a raya sus costos. Entre las multinacionales afectadas se encontrarían Nike Inc., Adidas AG, Dell Inc., al igual que sus proveedores.
El minorista de moda femenina New York Co. Inc. empezó a sacar su producción de China en 2009 y 2010, a medida que los salarios subieron, y trasladó gran parte de ella a Vietnam. "El costo de la mano de obra en China definitivamente ha subido en el último año y medio, lo que nos lleva a mirar a otros países", dijo Grez Scott, presidente ejecutivo de la compañía, que produce trajes, chaquetas, pantalones y faldas en Vietnam. En comparación, añadió Scott, los aumentos de salario en Vietnam están a la par de los de China, pero de todos modos, siguen siendo más bajos. "Ahora mismo, sigue siendo un buen lugar para nosotros para producir".
Dana Mattioli, James Hookway, Kuala Lumpur y Patrick Barta