Esta área dominó los titulares en los últimos meses, pero ¿cuántos de los conceptos que vemos en las noticias realmente entendés?
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A veces, conviene volver a lo básico para entender lo que escuchamos a diario, así que acá va una guía rápida de cinco términos económicos que afectan todo, desde tu mercado semanal hasta las tasas hipotecarias.
1. Inflación
La inflación es un aumento general de los precios, que afecta a todo, desde la pasta hasta los iPhones. Cada país tiene su forma de calcularla. En Reino Unido, por ejemplo, la encargada es la Oficina de Estadísticas Nacionales, y lo hace a través de algunos cálculos numéricos impresionantes: ¡una red de 300 personas visita 20.000 tiendas, en 141 ubicaciones, para amasar 180.000 cotizaciones de precios para 730 bienes y servicios!
Lo que obtienen es el promedio de todos esos aumentos de precios, y eso se conoce como tasa de inflación. Afecta a lo que Richard Davis, profesor de economía en la Universidad de Bristol, describe como: “una especie de persona imaginaria que es el promedio de todos nosotros”.
La inflación puede ser causada por el aumento de los costos. Un ejemplo de inflación impulsada por los costos ocurrió durante la pandemia cuando las empresas cerradas decidieron renovar. La demanda de madera creó escasez y los proveedores aumentaron los precios.
La inflación también puede ser causada por un excedente de dinero en la economía. Cuando hay más dinero en la economía, el valor del dinero puede disminuir, lo que significa que las personas generalmente deben pagar más por los mismos bienes y servicios.
Los expertos coinciden en que una tasa de inflación baja y estable es buena para la economía. Aunque puede parecer contrario a la intuición querer que los precios suban, la mayoría de los economistas concuerdan en que lo contrario es mucho peor.
Si los precios parecen estar cayendo, es menos probable que las personas gasten dinero y entonces todos, desde los comerciantes hasta los fabricantes de automóviles, comenzarían a perder dinero, lo que se extendería por toda la economía y la debilitaría.
2. Tasas de interés (y cómo afectan tu hipoteca)
Las tasas de interés son el precio de pedir dinero prestado a lo largo del tiempo, y es la forma en que los bancos obtienen su dinero. “Recolectan dinero de nosotros como depositantes y luego lo prestan en forma de tarjetas de crédito, hipotecas y otros tipos de préstamos”, explica Davis.
Los bancos cobran intereses para protegerse del riesgo. Usan los intereses que cobran de las personas para compensar las pérdidas que enfrentan cuando otros no pueden pagar sus préstamos por problemas de salud o desempleo, por ejemplo. Los bancos centrales son las instituciones que en la mayoría de los países ejercen como autoridad monetaria y, cuando aumentan sus tasas de interés, significa que es más costoso para los bancos principales almacenar su dinero o pedir prestado, por lo que sus costos aumentan.
Ese costo se lo pasan a sus clientes y aumentan las tasas hipotecarias que les cobran. Si las tasas de interés bajan, las tasas hipotecarias también deberían disminuir. Fundamentalmente, las tasas de interés son una herramienta con la que los bancos centrales pueden influir en la inflación.
Las tasas de interés más altas significan que las personas priorizan el ahorro y dejan de gastar su dinero. Esto reduce la demanda en las tiendas, por lo que baja la inflación. Las tasas de interés más bajas alientan a las personas a gastar su dinero, por lo que esto está destinado a ayudar a que la economía crezca.
3. Crecimiento económico y PIB
El Producto Interno Bruto (PIB) es la medida estándar del crecimiento económico. El PIB se mide de tres formas: el valor total de todos los bienes y servicios que se producen en la economía, gasto nacional (doméstico, empresarial y gubernamental) e ingresos generados (salarios en los hogares, utilidades de las empresas y recaudación de impuestos del Gobierno). Hacer más cosas esencialmente significa más crecimiento en la economía.
Sin embargo, como explica Dimitri Zenghelis, cofundador de The Wealth Economy Project de la Universidad de Cambridge, si ese crecimiento se produce como resultado de prácticas insostenibles, eso generalmente no se considera algo bueno.
Ejemplos de ellas son el uso insostenible de los recursos naturales, un aumento en la producción debido a la guerra o la reconstrucción de los desastres naturales. Los gobiernos pueden fomentar el crecimiento a través de cambios en los impuestos, aunque esto es difícil de calibrar.
Reducir el Impuesto de Sociedades, por ejemplo, puede atraer inversiones y significar la creación de puestos de trabajo, la construcción de nuevas fábricas que proporcionen empleo y actividad en otros sectores.
Pero si los recortes de impuestos se financian con una reducción del gasto público en cosas como infraestructura, hospitales y escuelas, eso puede hacer que un país sea menos atractivo para que las empresas inviertan y puede perjudicar el crecimiento a largo plazo, ya que se necesitan personas sanas y bien educadas.
El PIB no debe ser la única medida para verificar si a una nación le está yendo bien o no, por el hecho de que no muestra el panorama completo. En su lugar, se debe tener en cuenta un panel de medidas que incluya cosas como la felicidad, la salud y la desigualdad.
4. Bonos y acciones
Un bono es en realidad una forma en que un Gobierno o una empresa pueden pedir prestado algo de dinero. Si por ejemplo un Gobierno necesita pedir prestado dinero para construir una nueva línea de tren, pueden preguntarnos si le prestaríamos algo de dinero, prometiendo devolverlo, incluso con algo de interés, como muestra de agradecimiento.
Los gobiernos de países estables generalmente se consideran un lugar seguro para guardar dinero. Eso es porque perduran, a diferencia de las personas que tienden a morir después de 80 años y se les acaba el tiempo para pagar sus deudas.
Además, pueden aumentar los impuestos, lo que significa que si tienen dificultades para pagar su deuda, pueden encontrar más dinero. Es por eso que a los fondos de pensiones les gusta comprar bonos del Gobierno, ya que necesitan un lugar seguro para guardar su dinero, porque tienen que pagarlo muchos años después.
Las empresas pueden vender bonos, pero también pueden vender acciones. El concepto de acciones fue utilizado por primera vez por el conde de Cumberland en 1600. Quería recaudar dinero para una peligrosa y arriesgada expedición a las Islas de las Especias (Islas Molucas, Indonesia). Un total de 218 personas contribuyeron y fueron recompensadas con una parte de las ganancias cuando regresó a casa con un barco cargado de especias para vender.
Hoy en día, esas personas tendrían una participación en lo que se convirtió en la Compañía de las Indias Orientales y seguirían recibiendo una parte de las ganancias cuando se vendieran los productos. Más y más personas comenzaron a pedir dinero de esta manera y eventualmente nació la Bolsa de Valores, donde se negocian acciones cuyo valor de depende completamente de una colección de puntos de vista optimistas y pesimistas sobre cómo les irá.
Si no tenés acciones y te preguntás cómo te afecta una subida o bajada de la bolsa, el eslabón principal es tu fondo de pensiones, que puede verse afectado si hay un gran movimiento hacia arriba o hacia abajo.
5. Recesiones
“La definición técnica de una recesión”, explica Richard Davis, “es cuando una economía pasa por dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo”. Esa es una forma de decir que la economía se estuvo contrayendo. Una recesión puede ser causada por algo que nos hace más pobres o nos hace sentir más pobres y nos impide gastar dinero.
Eso, a su vez, significa que otras personas tienen menos entradas y que tienen menos para gastar. El proceso sigue repercutiendo en la economía, hasta que hace que entre en recesión. Hay dos tipos principales de recesión.
La primera es cuando un choque externo golpea la economía, lo que hace que el valor de los activos, desde el Mercado de Valores hasta el valor de las casas de las personas, se estanque o baje. Cuando estos activos tienen menos valor, las personas ven disminuir su riqueza general y tienden a reducir sus gastos.
Eso, a su vez, conduce a la disminución de los ingresos de otras personas (y en algunos casos al desempleo) y también a la disminución de sus gastos. La recesión también puede ser causada por un largo período en el que el nivel de los salarios sube a un ritmo más lento que el nivel de los precios.
En esos casos, el poder adquisitivo de los trabajadores disminuye y la cantidad que la gente gasta generalmente también disminuye. Los gobiernos pueden desempeñar un papel en la prevención de las recesiones. Idealmente, explica Davis, “cuando los hogares están sintiendo la presión, desea que el Gobierno salga a gastar y reducir los impuestos”.
Si algo golpea la economía y la gente de repente se queda sin trabajo y puede gastar menos, lo ideal sería que el Gobierno empezara a gastar más, construyendo nuevas escuelas y hospitales, y creando más puestos de trabajo para la gente. Esto, en teoría, haría que la gente gastara y la economía volviera a crecer. Pero es un malabarismo hacer que sea sostenible.
*Por Tim Harford
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