Lo que se hizo y lo que falta hacer para desregular la economía
Domenico Belgrano Peri sabía por experiencia que el comercio, en especial el ultramarino, producía grandes utilidades, pero requería amplios conocimientos que no se podían adquirir en la colonia, por lo que decidió enviar a su cuarto hijo varón, Manuel, a obtenerlos en España. A poco de llegar, el creador de nuestra bandera eligió la carrera de las leyes, por entonces el camino más idóneo para alcanzar los altos estamentos de los pocos cargos que a los nativos se les permitía ocupar (fue secretario perpetuo del Real Consulado de Buenos Aires).
¡Hace dos siglos había que viajar a España para entender los trámites que había que hacer para comerciar en nuestro medio! Ese dato lo documenta Ovidio Giménez, en su monumental biografía de Manuel Belgrano. Notable antecedente para entender la naturaleza de la labor que encara Federico Sturzenegger, el actual ministro de Desregulación y Transformación del Estado.
Al respecto consulté a la australiana Maureen Brunt (1928-2019), quien estudió en las universidades de Melbourne y Harvard y enseñó en la de Monash. Según Allan Fels, “como profesora se destacó por la creación pionera de un seminario interdisciplinario, a nivel graduados, sobre legislación de prácticas comerciales; y a partir de 1975, con gran anticipación, creó un curso para no graduados sobre competencia y regulación.
Además, durante muchos años fue muy importante en el encuentro que, sobre estos temas, un fin de semana por año reunía a destacados abogados, economistas, reguladores y jueces. En Australia, la legislación y la política en materia de competencia, desde mediados del siglo XX, pasó de algo nada prioritario a ubicarse en el centro de la política económica. Australia es considerado hoy un país líder internacional en estas materias, y en estos logros se le debe mucho a la profesora Brunt”. Entre 1975 y 1998 fue miembro del Tribunal de Prácticas Comerciales, y entre 1990 y 2000 miembro lego de la Corte Suprema de Justicia de Nueva Zelanda, a cargo de casos de competencia.
–En la Argentina de 2024 la desregulación de la actividad económica ocupa un lugar importante y creciente de la política económica.
–Así es. Todos los días el Boletín Oficial consigna la eliminación de algún trámite, requisito, obstáculo que tienen que cumplimentar o sortear quienes pretenden ofrecer alguna mercadería o servicio. Por su naturaleza, esta porción de la política económica no satisface el requisito del denominado óptimo de Vilfredo Pareto.
–¿Qué significa?
–Que beneficia a quien antes tenía que cumplir determinado requisito, pero perjudica a quien aprovechaba las consecuencias de su existencia; y por supuesto, le hace perder poder y probablemente ingresos por coimas, a los funcionarios encargados de la operatoria.
–Lo primero es importantísimo. Lo segundo, que se embromen.
–Vamos por partes. Coincido en que lo primero es importantísimo, porque, como bien afirmó usted hace mucho tiempo, pensando en las energías empresarias, no es lo mismo trabajar que estar ocupado. Un empresario trabaja cuando piensa en sus consumidores, en su personal, en sus instalaciones, en los competidores, etcétera, y está ocupado cuando le tiene que prestar atención a los trámites, a los discursos ministeriales, a los asesores económicos, etcétera. De manera que, para los beneficiarios, la desregulación económica libera energías empresarias, para ponerlas al servicio de la toma de decisiones que le sirve al crecimiento.
–Los funcionarios que se embromen.
–También coincido. La eliminación de una traba que nunca tuvo sentido, o que lo perdió con el paso del tiempo, en vez de demandar comportamientos “angelicales” de los funcionarios, les elimina la razón de ser. Ese funcionario al que, por razones de poder, usted tiene que rendirle pleitesía, ¿de qué trabajaría en su empresa?, les pregunto a los empresarios. ¡No de cadete!, me responden con frecuencia. Pues bien, los funcionarios a cargo de restricciones eliminadas, tendrán que salir a la calle a buscar trabajo, como hace buena parte de los mortales.
–Hasta ahora todo fenómeno, pero…
–Como casi siempre, hay un pero. El pero tiene que ver con aquel empresario que se beneficiaba con la existencia de una restricción. Ejemplo imaginario: para importar determinado producto había que contar con el acuerdo de un representante de los productores locales, o de quienes decían que podían producir la mercadería en cuestión. Para el productor local, el trámite hacía las veces de un arancel; porque para los fabricantes, las restricciones no arancelarias tienen un equivalente arancelario. Pero esto quiere decir que varias de las restricciones implementadas por Federico Sturzenegger equivalen a reducir aranceles de importación.
–¿Y?
–Que hay que sincronizar, sobre todo desde el punto de vista temporal, cómo se implementan las desregulaciones. Hace unos días, un fabricante de cosechadoras de maní expresó en una nota en la nacion que los insumos importados de las máquinas que fabrica pagaron impuesto PAÍS, pero que el producto terminado se beneficiará primero con la reducción de la alícuota, y luego con su desaparición del gravamen. Esto es lo que se denomina protección efectiva negativa.
–Tiene razón, pero es un problema de timing.
–Timing o no timing, el productor de cosechadoras está legítimamente enojado. ¿Cuántos casos parecidos hay hoy en su país? Kelvin John Lancaster y Richard George Lipsey, a Sturzenegger le dirían: “Ojo con esto, Federico”.
–¿Con qué criterio el ministro de Desregulación fija la secuencia de las iniciativas que encara?
–Ignoro, pero como ocurre con frecuencia, en política económica las disposiciones se adoptan a medida que las autoridades van identificando las trabas que quieren eliminar, y no es siempre el mismo el tiempo que pasa entre el momento de la identificación y el momento en que se puede hacer algo. Si alguien sueña con que el Presidente de la Nación o cualquiera de sus ministros tiene en su computadora una tecla que dice “terminemos con las jodas”, por lo que sé, eso es soñar.
–Cuando la población se entera de buena parte de las restricciones, no lo puede creer.
–Muchas de las cuales son contraproducentes con la ideología de las autoridades que las crearon. ¿Qué tiene de “progresista” que los familiares de los empleados públicos tengan prioridad en la cobertura de las vacantes? Quienes enfatizan el rol de la educación en la movilidad económica y social deberían ser los primeros en festejar la eliminación de la mencionada restricción, para que los hijos de “nadie” puedan incorporarse a la fuerza laboral formal, si resultan idóneos para ello. Si en 1963 hubiera existido esa restricción usted, De Pablo, nunca hubiera podido ingresar al Consejo Nacional de Desarrollo.
–Doña Maureen, muchas gracias.