Una carta que el célebre pintor italiano escribió al duque Ludovico il Moro ofrece enseñanzas que pueden aprovecharse en la actualidad
"Pintor", "inventor", "ingeniero", "genio". Podría pensarse que, en una hipótetica entrevista de trabajo, el currículum de Leonardo da Vinci realmente no se la pondría nada fácil a ningún otro candidato al puesto. Pero ¿podría ser contratado hoy día?
BBC Capital le pidió a dos expertos que revisaran el "CV" de Da Vinci -una carta al duque Ludovico il Moro incluida en Codex Atlanticus, la recopilación de documentos de Da Vinci-, tomando en consideración las cosas que tantos de nosotros hacemos mal a la hora de elaborar nuestros propios documentos de presentación para buscar un empleo.
Y nos entregaron algunas sorpresas. No basta ser genio para conseguir trabajo. A juzgar por su CV negativo, poco sustancioso y mal enfocado, Da Vinci tendría dificultades para lograr que lo llamaran a una entrevista.
La escritora de CVs para ejecutivos y antigua cazatalentos de Denver, EE.UU., Laura Smith-Proulx ha revisado miles de CVs en su carrera. Y siempre ve los mismos problemas. Que, aparentemente, se remontan al siglo XV, a juzgar por la presentación de Da Vinci.
Si estuviera vivo hoy y buscando un nuevo empleo (sin duda un rol con menos exigencias de tiempo y una remuneración considerablemente mayor, se aventura a decir Smith-Prouix) su CV fallaría en algunos aspectos clave al "insistir en lo negativo, no tomar en cuenta sus contribuciones esenciales y desviarse demasiado de las aptitudes que le interesan a los empleadores".
"Tendría los mismos problemas que muchos buscadores de empleo actuales", sintetiza.
Destacar lo positivo
Y cita un ejemplo que viene al caso. "Se dice que cuando pintaba su famoso cuadro 'La Última Cena', Da Vinci se esforzó trabajando durante muchos días, sin convencerse de que su producto final era exactamente lo que estaba buscando (a pesar de su fama posterior como una de las obras de artes más admiradas de todos los tiempos)".
Su CV del siglo XV delata su falta de confianza al indicar: "Proyecto parcialmente finalizado, entregado ante un plazo imposible, que me ganó fama por preocuparme de cada detalle y por perder la perspectiva del cuadro general…" [broma intencionada].
Para tener mayores probabilidades de ser contratado, Da Vinci podría usar un artificio moderno, convirtiendo su agotamiento en una combinación ganadora que seguramente será exitosa con su próximo potencial empleador, apunta Señala Smith-Prouix.
"Entregas de alta calidad (que me ganó el reconocimiento en la industria) terminadas en plazos ajustados, lo cual se logró haciendo horas extras y manteniendo a la gerencia informada sobre la marcha del trabajo".
Aprovecha el valor de la influencia
Esa es solo una modificación a un texto. Pero no hay que perder de vista cuánto peso tiene hoy en día que lo vean a uno como una persona de influencia global.
"En el caso de Da Vinci esto exigiría exponer que 'inspiró admiración entre la población civil, la realeza y los escritores', y quizás soltar una frase acerca de lo que significa haberse mantenido vivo como un personaje en la serie de videojuegos 'Assasin's Creed', mucho después de haber dejado este mundo", recomienda Smith-Proulx.
"Hablando en serio, esa estrategia es mejor que intentar convencer a los empleadores del valor de su interés por actividades más complejas (y dudosas), tales como su fascinación con la ciencia médica y el estudio de la fisiología humana comparadas con las emociones derivadas del corazón y el hígado". Es mejor guardar esos temas para discutirlos durante la entrevista.
No distraer al nuevo jefe
Y aunque todos estamos bastante orgullosos de nuestras contribuciones al mundo, más allá de nuestras carreras, francamente a los empleadores no les interesan y esos detalles solo servirán como elemento de distracción.
En el caso de Da Vinci, eso significa concentrarse "más en su éxito que en sus emprendimientos en temas aparentemente no relacionados", agrega Smith-Proulx.
"Un empleador que necesita un ingeniero, por ejemplo, encontraría fascinantes sus dibujos técnicos y diseños para puentes, vuelos, bombas hidráulicas y un cañón de vapor".
Sin embargo, su afición por investigar "diseños para caminar sobre el agua o mencionar que 'estudié caras y emociones, dibujé bebés en el útero y escribí textos con escritura en espejo', simplemente no tienen el mismo tono".
Lo esencial, dice Smith-Prouiz, para atraer la atención de uno de los mejor empleadores actuales sería modificar su CV para limitarse "a los detalles relevantes, resistir el impulso de impresionar – u horrorizar – a los empleadores con proezas extravagantes, y abstenerse de presentar hechos irrelevantes".
Las apariencias importan
Mientras tanto, Adam Lloyd, presidente de la firma global de búsqueda de ejecutivos basada en Florida, EE.UU., Webber Kerr Associates, indica: "Debido a que ahora todo va a la velocidad de la luz, necesitamos que [un CV] se presente a una rápida revisión, que establezca una credibilidad a la medida del puesto buscado".
En ese sentido, el documento de Da Vinci se queda corto.
Inteligente selección de meta, modernizada
Eso no quiere decir que el gran maestro hiciera todo mal. Cabe felicitarlo por el "claro objetivo precisamente definido, escrito específicamente para el empleador que tiene como meta: el Duque", apunta Lloyd. "Bien hecho, muy personalizado".
Sin embargo Da Vinci falla en algo crucial para las personas que buscan empleo en el mundo moderno. No ha desarrollado "una marca coherente, mucho menos alguna marca para esta obra de marketing personal".
¿Y qué hay con respecto a tener una presencia social, un URL para ver su vasta colección de obras? Indispensable.
"Bravo", acota Lloyd, por la presentación que hace Da Vinci de un CV que no está lleno de estrambóticas fuentes de letras, combinaciones de colores o imágenes. "Sin embargo, creo que es un poco simplista. Un poco más de espacios blancos a la vista serán de ayuda con algunas variaciones de fuentes, titulares y clasificaciones".
"Es necesario que el documento sea ojeado y procesado en cuestión de segundos, en vez de que haya que tomar minutos para leer párrafos", señala Lloyd.
El CV no lo es todo
Si bien Da Vinci tiene claro lo que hará para el Duque (por análisis de necesidades) y de lo que es capaz, "le faltan ejemplos específicos de obras terminadas que guardan relación" al trabajo que quiere hacer para su posible empleador.
Para remediar eso, a Da Vinci le haría falta claramente "mostrar sus triunfos profesionales, experiencias y resultados, y vincularlos a lo que dice, generando confianza en los ojos del Duque", dice Lloyd.
"Con las correcciones hechas, confío en que el Sr. Da Vinci sea contratado. Viene con buenas referencias y tiene una sólida reputación, bien respaldada", dice Lloyd.
"El CV convencional es solo uno de muchos factores que validan la habilidad de un candidato para hacer un trabajo…No es una lista final de todos los atributos".
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