Lo que cobramos los jubilados no depende del FGS
Los haberes se reajustan con frecuencia trimestral en base a la evolución de la recaudación de la Anses y de los salarios; hablar de Fondo de Garantía de Sustentabilidad suena muy bonito, pero es pura poesía
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Según la fórmula vigente, las jubilaciones y pensiones se reajustan con frecuencia trimestral en base a la evolución de la recaudación de la Anses y de los salarios. De manera que no dependen, para nada, del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS). ¿Podrían por favor dejar de decir que el compulsivo canje de títulos en poder de la Anses implica pegarle un manotazo “al dinero de los jubilados”? Ya bastantes problemas tenemos con los problemas existentes.
Sobre el FGS prestémosle atención a tres leyes: la 24.241 (del 23.IX.93, en la presidencia de Menem) creó las AFJP; la 26.222 (del 27.II.07, en la presidencia de Néstor Kirchner) posibilitó que quienes habían optado por el régimen privado de jubilación pudieran volver al público pero -como sólo 10% lo hizo- la ley 26.425 (del 20.XI.08, en la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner) “democráticamente” estatizó el sistema. A propósito: luego de nueve años gané un juicio que me permitió recuperar los aportes voluntarios al sistema privado. Claro que, con lo que me dieron, apenas pude comprar el 20% de los dólares que había depositado. ¿Quién estafó más a los jubilados?
En manos de las AFJP, empresas privadas, los títulos públicos eran un activo que integraba la cartera con la cual se preservaba “el dinero de los jubilados”. Pero cuando se estatizaron… Para que se entienda: Juan le debe a Pedro $50, deuda que escribe en un papel.
Pedro lo tiene en su bolsillo; es uno de sus activos. Pero un día Juan le saca el papel y se lo mete en su bolsillo. ¿En qué sentido puede Juan considerar que tiene un activo si es una promesa de pago escrita por él mismo?
En el actual sistema previsional, quienes aportaron mucho cobran poco; quienes aportaron poco también cobran poco. Además de lo cual, vía jubilaciones de amas de casa e innumerables moratorias, se incorporan al “club” millones de compatriotas que no aportaron nada, y también cobran poco. En este contexto, hablar de Fondo de Garantía de Sustentabilidad suena muy bonito, pero es pura poesía.
No siendo abogado, no me meto con la legalidad del canje compulsivo de títulos denominados en dólares por otros denominados en pesos; no siendo dirigente político, tampoco me meto con el esfuerzo de la oposición por frenar la medida. No digo que no sean aspectos importantes, sino que no tengo nada que aportar. Pero aquello de al pan, pan, y al vino, vino, también se aplica a cómo se determinan las jubilaciones.