Llega el fin de la "era de las Lebac": qué opciones hay para invertir los pesos
En el menú a disposición de los ahorristas aparecen Lecap, letras emitidas por provincias, fideicomisos financieros y fondos comunes de inversión
Fin de una era. Esta semana vence la última tanda de Letras del Banco Central (Lebac) y de esta manera, sucumbe la inversión estrella de 2016 y 2017, pero cuyo crecimiento exponencial y posterior desarme causaron fuertes dolores de cabeza en el presente año. Tras tocar un pico de alrededor de $1.300.000 millones a mediados de marzo -134% de la base monetaria-, los errores propios y la delicada situación de los mercados emergentes provocaron una caída notable en la demanda real de dinero, lo cual estimuló el fuerte desarme del stock de Lebac.
No obstante, el contexto actual es notoriamente más ameno. Ante los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el nuevo esquema monetario, que puso a la Leliq como la principal herramienta de política monetaria, la problemática de las Lebac fue disminuyendo poco a poco. Puntualmente, en el último súper martes se desarmaron los últimos $70.000 millones en estos instrumentos. Esa cifra resulta módica si se la compara con las de los vencimientos anteriores. Sin ir más lejos, entre los meses de marzo y agosto, el vencimiento promedio de estas letras rondó los $550.000 millones, alcanzando un máximo de $615.000 millones en mayo.
Ahora bien, pensando hacia adelante, la volatilidad del tipo de cambio en las últimas semanas captó nuevamente la atención del mercado. En este sentido, surge el siguiente interrogante: ¿qué hará el Banco Central (BCRA) ante la liberación de estos pesos? Utilizará a su favor el aumento de la demanda de billetes y monedas por la estacionalidad propia de diciembre, por lo cual se espera que no absorba vía Leliq la totalidad de los pesos que se liberen. No se descarta, así, cierta presión alcista sobre el tipo de cambio en el último trecho de 2018.
Más allá de la cautela por la incertidumbre electoral y los factores (¿transitorios?) que generarían ruidos para la cotización del dólar, se sugiere mantener una posición de la cartera en pesos. Esto, en un contexto donde la acelerada corrección del déficit externo favorecerá a la estabilidad cambiaria en el mediano plazo, y permitirá un dólar más cercano a la banda inferior de la zona de no intervención. En conclusión, las altas tasas en pesos le ganarían a la depreciación del tipo de cambio.
Sin embargo, si solo los bancos pueden acceder a las Leliq, ¿qué alternativas en pesos se barajan para el resto de los inversores?
El reemplazo natural de las Lebac son las Lecap. Estas letras emitidas por el Tesoro Nacional a corto plazo fueron ganando su espacio durante los últimos meses. Cuentan con la ventaja de ofrecer un rendimiento superior al de un plazo fijo tradicional -en especial, dada la baja de la tasa pasiva de las últimas semanas-, y permiten optar dentro de un abanico de duration mayor.
Todavía no poseen la misma liquidez que tenían las Lebac en el mercado secundario y no hay un cronograma de licitaciones preestablecido (ni plazos de colocación). Sin embargo, en el último trimestre del año, el stock de estas letras creció significativamente y ya alcanza una cifra de alrededor de $370.000 millones repartido entre todos los plazos. En la actualidad, la curva de Lecap presenta rendimientos de entre 48-43% para plazos que van desde los 15 a los 500 días.
En la misma línea, otros activos muy similares son las letras emitidas por los distintos gobiernos provinciales, las cuales por lo general son a descuento (cupón cero) y de corto plazo. Estas ofrecen incluso tasas por encima de las Lecap (lógico, al ser de un riesgo mayor), aunque su poca liquidez no es un detalle menor. Para tener una idea, la provincia de Buenos Aires colocó el 22 de noviembre cerca de $9320 millones en tres tramos de 28, 48 y 91 días con rendimientos de entre 1-3 puntos por encima de las Lecap, en ese momento.
Por otra parte, una alternativa adicional son los fideicomisos financieros, que se basan en la securitización de activos. A la hora de analizarlos como inversión, al individuo le ofrecen rendimientos atractivos (cortes que van desde 70% hasta 90% de tasa nominal anual) y que superan a otros instrumentos tradicionales en términos de tasa. En tanto, otorgan un riesgo contenido y diversificación. ¿La contra? Su baja liquidez en el mercado secundario.
Por último, otra opción para los inversores minoristas son los fondos comunes de inversión (FCI). Estos permiten la diversificación de activos, una mayor liquidez, y además, disponer de una administración profesional de las inversiones. Hoy, después de un año turbulento para la industria, el patrimonio neto administrado por los fondos de renta fija en pesos t+0 y t+1 alcanza los $156.700 millones. Aquí, a modo de ilustración, los fondos t+0 en pesos presentaron en noviembre un retorno de entre 3,2% y 3,3%, en tanto para los t+1 se mantuvo en el rango de 4,2 y 4,3%.
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