Llantos y silencios en la improvisada despedida de Isela Costantini
La ex presidente de Aerolíneas Argentinas reunió a 120 personas clave y por primera vez no dio espacio para preguntas; la empresa tuvo una tarde de shock
El clima fue de una profunda tristeza. Unas 120 personas concurrieron a las 15.30 al auditorio de Aerolíneas Argentinas. La noticia ya era trending topic. Allí Isela Costantini , flamante ex presidenta de Aerolíneas, les comentó que a partir de ahora comenzaba una transición. Que el traspaso puede extenderse uno, dos o hasta tres meses, ni bien regrese de sus vacaciones programadas desde hace ya mucho tiempo. Los silencios fueron eternos.
Mario Dell'Acqua, un ejecutivo de 62 años, ex Techint y actual director general de Intercargo, la empresa de handling y servicios de rampa estatal, será su sucesor. La salida incluye también la partida de dos directivos claves: el director de Recursos Humanos y el de Legales.
La compañía estuvo hoy en una situación de shock
Al primero lo sucederá Juan Uribe, un ex Molinos y hombre de muchísima confianza del actual ministro de Transporte, Guillermo Dietrich , quien fue el principal responsable de la salida de Costantini. De hecho, el viernes pasado, la presidenta de la línea de bandera y su responsable de finanzas, tuvieron una reunión con el presidente de la nación, Mauricio Macri , en la que se la felicitó por los primeros resultados de su gestión. Los empleados habían tenido también otro encuentro en el que se trazaban metas para el próximo ejercicio.
“La compañía estuvo hoy en una situación de shock. Los integrantes de la mesa chica sabemos la verdad y esto no fue para nada consensuado. Tampoco es verdad la idea de razones personales. Es cierto que ella estaba enojada con varias idas y vueltas pero de ninguna manera planeó una partida así”, se sinceró alguien que tuvo un contacto directo con ella durante los últimos doce meses.
“Se van a decir muchas mentiras. Acá hubo razones personales y nada más”, aducen desde Transporte. Allí no dieron respuesta ante la pregunta de este diario respecto de si el resto del management “también había tenido razones personales” para una partida no consensuada. La respuesta fue poco convincente.
La realidad es que la actual mesa de dirección de la compañía tenía trazado su propio plan y en muchas oportunidades se había encontrado con diferencias sustanciales respecto del cómo llegar al mismo “aeropuerto” de mejora de los costos.
“Es una injusticia lo que hicieron con ella. Estaba saneando la empresa, bajó los gastos, de US$ 1000 millones que enviaban se necesitaron US$ 400 millones, renegoció proveedores y la compra de aviones. No tuvo grandes conflictos gremiales porque supo consensuar. Esta noticia cayó pésimo”, describe uno de los delegados sindicales más beligerantes de Aerolíneas. “Acá nadie lo puede creer. Nos sorprendió a todos. Aplicó todos sus conocimientos y estuvo llevando adelante muy bien la empresa. No es creíble que sea una renuncia. En una empresa privada la hubieran premiado y acá se da todo lo contrario”, se enojó Ricardo Cirielli, titular de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico. Y agregó: “es una gran pérdida para Macri”.
En el encuentro con los 120 gerentes claves de Aerolíneas se dio algo inédito. Por primera vez, Isela no dio espacio para las preguntas. Tal vez porque no había margen para dar las verdaderas respuestas. El llanto se reprodujo en el auditorio y en los principales lugares de trabajo de Aerolíneas donde no podían creer la noticia. La situación de llantos y silencios por la partida de su presidenta es algo totalmente inédito en la historia de la empresa que tiene 12.000 empleados.
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