Deuda: Guzmán aprovechó otra vez el temor al salto del dólar y logró pasar una prueba
El Gobierno superó el primer test que se autoimpuso, en lo que imagina como una estrategia para calmar la plaza cambiaria, al captar del mercado $254.671 millones, cifra que duplica largamente el monto que necesitaba ($108.000 millones). Fundamentalmente, demostró que ofreciendo instrumentos a la medida de lo que buscan los inversores (en este caso, cobertura contra una posible mayor devaluación del peso) podrá afrontar el cargado cronograma de vencimientos de deuda en pesos que se aproxima en el bimestre final del año, y hasta captar fondos extras como para bajar algo la dependencia de la "maquinita" del Banco Central (BCRA).
Es la señal que buscaba dar el ministro de Economía, Martín Guzmán, en procura de ese objetivo luego de haber resuelto, según confirmó el propio presidente Alberto Fernández, universalizar en las últimas 48 horas las intervenciones sobre los distintos segmentos de mercado para tratar de mantener los precios del dólar "bajo control", en lo que imagina como una transición hasta que se concrete la emisión del bono en dólares con que pretende facilitar el cambio de moneda a los grandes fondos de inversión internacionales para que dejen de presionar sobre el dólar financiero, según su diagnóstico.
"Intervenimos sobre el CCL para que entiendan que no pueden hacer lo que quieren", reconoció Fernández esta mañana en diálogo con Radio 10, en alusión a las ventas de bonos que realizaron en los últimos días entes oficiales para, por caso, acercar de $181 a $162,60 (10,3%) ese valor de la divisa que surge precisamente de operar con activos de cotización pública.
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Es lo que precisamente intentó al volver a ofrecer por segunda vez en el mes un bono en pesos pero atado al dólar (dollar-linked, según la jerga financiera) para sacar ventaja del apetito por coberturas cambiarias y lograr financiamiento más estable (a mayor plazo).
Por eso, al difundir los resultados, la Secretaría de Finanzas destacó que durante el mes en curso obtuvo fondos por $420.583 millones, un ingreso que supera en $250.000 millones las necesidades que enfrentaba por vencimientos de deuda en pesos. "Representa un ratio de refinanciamiento de vencimientos (roll-over) del 246%, el mayor del año", apuntó el secretario Diego Baustorre.
Pero lo que más se destaca en el comunicado es que "dado el sostenido y creciente nivel de refinanciamiento de los instrumentos de deuda pública" se pasará a reducir "la asistencia monetaria brindada por el BCRA en el marco de la pandemia, avanzando hacia una composición de financiamiento consistente con los objetivos de convergencia y estabilidad macroeconómica"
Y para reforzar ese mensaje de moderación monetaria anticipan incluso que en el transcurso de esta semana harán otra "cancelación anticipada de Adelantos Transitorios (AT) al BCRA por un total de $ 100.000 millones "que se suman a las cancelaciones ya efectuadas en octubre por cerca de $26.000 millones".
Las señales llegan cuando el Gobierno enfrenta en el bimestre por iniciarse en unos días pagos de deuda en pesos (entre capital e intereses) por más de un cuarto de la base monetaria. En noviembre, por caso, le vencen unos $300.000 millones en 9 títulos de deuda distintos y en diciembre, mientras tanto, otros $164.000 millones a los que se adosan las letras de cortísimo plazo colocadas hoy.
El único alivio, si se quiere, al respecto es que un 30% de ese total corresponde al pago del Bonte 2020, un título que no debiera tener problemas en renovar ya que es el que los bancos pueden usar para integrar encajes y cobrar intereses por una obligación que usualmente no les reporta ningún ingreso y, por lo mismo, se transforma en un costo. Esto quiere decir que se descuenta que lo podrá sustituir por otro bono de similares características, en coordinación con el BCRA, con lo que tendría una alta demanda de los bancos más que asegurada.
La importancia de la colocación pactada en el día radica en que la atención del mercado ahora está puesta en la capacidad que el Gobierno muestra ya no para refinanciar lo que le vence, sino captar dinero "extra" que le permita bajar su dependencia de la ahora mucho más peligrosa emisión monetaria, dado que está a la vista que los pesos excedentes lanzados al mercado ya no tienen demanda y presionan sobre las menguantes reservas internacionales del BCRA.
Hay que recordar que la entidad conducida por Miguel Pesce ya le transfirió este año al fisco $1,7 billón, dinero creado por la puesta en marcha de la denominada "maquinita", ya que se trata de adelantos transitorios y utilidades del ejercicio 2019 (en concepto de renta de la propiedad), solo posibles por la ingeniería contable utilizada para generarlas.
Por esta razón, el mercado espera que cada peso extra que capte por esta vía sea un peso menos que el BCRA deba imprimir para girarle al fisco cuando además, por la inflación y la erosión que causa en los billetes, la Casa de Moneda se ve en serios aprietos para abastecer adecuadamente la demanda monetaria.
Para lograr ese objetivo el Gobierno diseñó un menú muy completo de títulos en pesos que incluyó 4 reaperturas de instrumentos que ya estaban en el mercado:
- un Bono ajustado por CER (buscaba $10.000 millones) que vence el 17 de abril de 2021 y con el que captó apenas $8827 millones. El título fue colocado a un precio de $1146,54 y con una sobretasa sobre el indexador del 1,5% anual.
- otro Bono a tasa Badlar (por otros $10.000 millones) a vencer en 10 meses (comienzos de agosto 2021), con el que apenas consiguió $1009 millones a una tasa del 36,07% nominal anual.
- una Letra del Tesoro ajustada por CER por $20.000 millones a vencer en apenas 36 días (el 4/12) que le permitió tomar $66.560 millones a un precio de $1138,57 por lámina de $1000 nominales, con una sobretasa del 1% por encima de la inflación que se registre en el período.
- Y otra Letra del Tesoro pero colocada a descuento (Ledes) por $20.000 millones que vence el 30 de diciembre de este año, es decir, en 62 días, con la que logró $48.473 millones, vendiéndola a $943,88 por cada $1000 nominales, lo que supone una tasa del 35% nominal anual.
Pero la apuesta central era el bono atado al dólar a vencer en 18 meses (29 de abril de 2022), una emisión similar a aquella con la que había conseguido a principios de mes $136.100 millones aprovechando el miedo a otra devaluación brusca del peso, que resultó menos rendidora que aquella vez aunque aportó $129.800 millones con una tasa de apenas 0,10% sobre lo que ajuste durante la vida útil del bono el tipo de cambio oficial.
"En el muy corto plazo el dato inmediato más relevante para el mercado era el resultado de esta licitación porque el Gobierno está tratando de desarmar el stock de Leliqs pasando financiamiento al Tesoro. En cierto modo buscan ir acomodando un poco las variables y si siguen con un plan económico coherente, esto debería ayudar al BCRA" explicó Joaquín Bagües, Jefe de Estrategia de Portfolio Personal inversiones (PPI).
"Este resultado puede ayudar a aplacar las expectativas devaluatorias en el muy corto plazo pero es algo que puede diluirse rápidamente si no es acompañado por un claro sendero fiscal/monetario para los próximos meses. Hay que recordar que el mercado se había ilusionado con los datos que mostraron que no hubo monetización del déficit en agosto, pero luego septiembre fue un desastre. Supongamos que octubre fuera otro mes de racionalidad, pero ¿en adelante?". Porque el relativamente bajo nivel de deuda de corto plazo actual encontrará un pronto límite si no se despejan las dudas fiscales/monetarias", advirtieron a su vez los analistas de la consultora Delphos Investment.
Quedaron así reforzadas las señales que trata de dar Guzmán respecto de un muy lento movimiento hacia depender cada vez más de la colocación de deuda en pesos para reducir la cantidad de dinero que tiene que emitir el Banco Central.