Ley de góndolas: pan lactal, papas fritas, mermeladas y cervezas quedaron en la mira
Después de la media sanción que le dio la Cámara de Diputados al proyecto de ley de góndolas, algunas industrias quedaron en la mira. La lista de sectores que podrían caer bajo la nueva regulación por contar con una empresa con una participación en las ventas superior al 30% incluye desde mermeladas hasta papas fritas, pasando por pan lactal y cervezas.
Una de las industrias más complicadas ante una eventual sanción de la ley es la del pan de molde. Tras la compra de la empresa argentina Fargo (aprobada durante el gobierno de Cristina Kirchner), el grupo Bimbo pasó a controlar cerca del 70% de este mercado, conocido popularmente como pan lactal, aunque Lactal en realidad es una marca que, casualmente, está en manos del tándem Bimbo/Fargo.
Para aprobar la compra de Fargo, el gobierno kirchnerista obligó a Bimbo a desprenderse de un par de etiquetas (Lactal y Trigoro), aunque finalmente el grupo comprador cambió sobre la marcha y terminó vendiendo a la marca Sacaan, y conservó la propiedad de Lactal.
La categoría mermeladas es otra con un jugador con una clara posición dominante. Tras la compra de La Campagnola, concretada en 2005 (durante el gobierno de Néstor Kirchner), el grupo Arcor pasó a ser líder del negocio con un market share superior al 50%. Hace unas semanas, Arcor anunció que iba a avanzar en un proceso de fusión societaria por el que la sociedad La Campagnola S.A. iba a ser absorbida por Arcor, aunque el proceso no alcanza a las marcas La Campagnola y BC que seguirán estando presentes en las góndolas
Algo parecido ocurre con el negocio de los snacks. En los ‘90, el grupo Pepsico protagonizó un raid de compras, que incluyó a varias empresas nacionales como Bun y Pehuamar y a la división de papas fritas de Kellogg’s. Tras estas operaciones, Pepsico pasó a controlar más del 70% de las ventas de la categoría, con un arsenal de marcas que incluye (entre propias y compradas) a Lay’s, Doritos, Bun, Pehuamar, Stax y Cheetos.
Otro rubro que tiene que seguir con detenimiento la posible sanción de una ley de góndolas es el de las cervezas. Después de un proceso de compras y fusiones, hoy Quilmes (filial local de la multinacional AB InBev) controla cerca del 75% del mercado cervecero argentino, con un portafolio comercial que incluye marcas nacionales como Quilmes e internacionales como Stella Artois, Brahma y Budweiser.
La posibilidad de que se aplique la nueva normativa se presenta como más complicada si se tiene en cuenta que Quilmes solo enfrenta un rival de peso: la firma CCU -controlada por el grupo chileno CCU y la holandesa Heineken-. Entre estos dos jugadores en la actualidad suman cerca del 98% de las ventas de cerveza en la Argentina, lo que torna incierto la posibilidad de destinar un 25% de las góndolas para las pymes, ya que las marcas artesanales independientes controlan menos del 2% del negocio, con un altísimo nivel de atomización en centenares de pequeñas etiquetas.