Leo Werthein
El sepelio
Cuando este año comiencen los remates de hacienda, en Palermo faltará uno de sus grandes animadores. Ayer, a los 69 años, falleció Leo Werthein, protagonista notable del empresariado y del ámbito agroindustrial. La noticia entristeció a quienes conocieron su empuje, versatilidad y calidad humana.
Era presidente del grupo familiar que maneja la mayor compañía aseguradora del país (La Caja), que posee fuertes inversiones en el sector agroindustrial y que ingresó en el mercado de telecomunicaciones con la compra del 50% de la sociedad controlante de Telecom Argentina.
Nieto de inmigrantes rusos que ganaron, gracias a no pocos esfuerzos, un lugar en la vida argentina, Werthein nació en la ciudad de Buenos Aires y hasta los 13 años vivió en Miguel Riglos, una localidad ubicada a 70 kilómetros de Santa Rosa, La Pampa.
Antes de dedicarse de lleno al campo comenzó la carrera de Derecho, que abandonó cuando sólo le faltaban tres materias porque entonces se dio cuenta de que su pasión eran las leyes naturales que se expresan en la producción de ganados y carnes, antes que el orden jurídico establecido por los hombres.
"Después de mi familia, la ganadería es lo más hermoso que me ha regalado la vida. No lo cambiaría por ninguna otra actividad de orden económico o profesional. Nada me ha brindado más satisfacciones", había manifestado en una nota publicada en la revista Angus.
A partir de 1961 se instaló en la Cabaña La Paz, ubicada en Gonzales Chaves, provincia de Buenos Aires. En 1979 empezó a dirigir la empresa Gregorio, Numo y Noel Werthein SA, dedicada a la actividad agropecuaria. La sociedad explota hoy unas 110.000 hectáreas y cuenta con 65.000 cabezas.
Como cabañero alcanzó sus más altos logros. La Paz se destacó en la exposición ganadera de Palermo por obtener el mismo año los grandes campeones Hereford y Angus, en varias ocasiones. En la pista de arena Leo Werthein se convirtió en uno de los cabañeros con mayor cantidad de primeros premios.
El reconocimiento al mejoramiento genético también le llegó de los mismos criadores de esas razas, que eligieron a La Paz como la mejor cabaña del año, a mediados de los noventa. Ese establecimiento pecuario es el primer proveedor local de carne Angus certificada y el mayor vendedor de vacunos de pedigree y puro controlado: cada año remata unos 600 toros y unas 1500 vaquillonas.
Un mensaje
Recientemente, ya débil de salud, dirigió una carta a los criadores que participarán el 28 del actual del remate organizado en la estancia La Moderna. Refleja en ella una síntesis de su pensamiento: "Estamos muy contentos por los logros que, a nuestro juicio, hemos alcanzado. Pero también sabemos que un cabañero persigue toda su vida ese animal ideal que tiene en su mente y por qué no, en su corazón. Es un camino de ida, sin final, en el que cada día construimos el futuro. Son nuestras vivencias como ganaderos y nuestras convicciones como empresarios las que han empujado a nuestra familia por el camino de la superación, que venimos forjando desde hace décadas".
Era presidente de la Asociación Argentina de Angus (en octubre de 2004 había comenzado un segundo mandato) y director de la Sociedad Rural Argentina. Desde estos lugares estaba dispuesto a impulsar el desarrollo de la ganadería, en general, y de la raza de sus amores, en particular. "No hay que ser investigador para darse cuenta de que entre el 55 y el 66 por ciento de la hacienda local está pintada de negro y colorado (en referencia a la genética Angus)", había dicho a LA NACION a fines de julio de 2004. "Tenemos una raza formidable, un rodeo que es número uno en el mundo y que tiene, también, una fenomenal pureza", señaló entonces.
Confiaba en el futuro del negocio porque, a diferencia de lo que ocurría en el pasado cuando los criadores orientaban la selección para obtener premios en Palermo, "hoy las cabañas producen lo que se necesita porque tienen el ojo puesto en el mercado".
Fue jurado de selección en torneos ganaderos de razas de carne, tanto en la Argentina como en el exterior. En 1998 obtuvo de la Fundación Konex un Diploma al Mérito por su trayectoria como empresario rural.
Era la tercera generación de su familia en la Argentina. Reconoció a su padre, Noel, como su gran referente en la ganadería, aunque también sentía mucho agradecimiento por Ezequiel Tagle y Marcos Aguirre.
Con sus hermanos Daniel y Adrián, y su primo Gerardo, compartía en partes iguales el paquete accionario del Grupo W SA. Estaba casado con Norma Gold, con quien tuvo tres hijos: Darío, Cynthia y Judith. El próximo 17 de diciembre Leo Werthein iba a cumplir 70 años. Hoy, a las 11, sus restos recibirán sepultura en el Cementerio Israelita.
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