Lazos de familia conducen los caminos de Volkswagen
En tanto que Volkswagen AG informó esta semana ganancias récord y continúa avanzando en su objetivo de convertirse en la mayor automotriz mundial, el poderoso presidente de su junta directiva, Ferdinand Piëch, envió un nuevo mensaje: el gigante automotor alemán es en realidad sólo una empresa familiar.
El control de Volkswagen por parte de la familia se acentuó el lunes cuando la junta de supervisión de la compañía nominó a la esposa de Piëch, Ursula, de 74 años, para unirse al órgano. Dado que la familia Porsche-Piëch —que desciende de Ferdinand Porsche, el legendario diseñador del icónico modelo "Escarabajo"— controla la mayoría de los derechos de voto de VW, su membresía es casi segura.
Al mismo tiempo, la iniciativa solidificó la influencia y el legado de Piëch —que alguna vez enumeró sus tres grandes amores diciendo "Volkswagen, familia y dinero"— en la compañía que él transformó en un imperio automotor mundial. También sirvió como recordatorio de qué tan envuelta está la crucial industria automotriz de Alemania en las intrigas de una dinastía que a menudo no se pone de acuerdo. En la medida en que el desempeño de Volkswagen ha sido brillante, los inversionistas extranjeros han tolerado tales enredos.
"Volkswagen es ahora básicamente una compañía de una familia austríaca que también cotiza en bolsa", dijo Ferdinand Dudenhöffer, director del Centro de Investigación Automotriz de la Universidad de Duisburgo-Essen. Aunque los inversionistas se han beneficiado de la visión y la expansión de Piëch, añadió, "no es exactamente una empresa conducida por sus accionistas".
Si bien las empresas controladas por familias abundan en Alemania y más allá, los intereses corporativos del clan Piëch-Pors-che están inmersos tanto en VW como en el fabricante de autos deportivos Porsche SE. El esfuerzo de Volkswagen para completar su compra de Porsche —el resultado de una lucha de poder entre Piëch, un maestro de la táctica, y su primo Wolfgang Porsche, de caracter más suave— subraya los complejos y conflictivos intereses del clan.
Ambos son nietos de Ferdinand Porsche, a quien Hitler le pidió diseñar el original "auto del pueblo"—Volkswagen en alemán— y quien sentó las bases para el epónimo fabricante de autos deportivos en los años 30. Tras la Segunda Guerra Mundial, el hijo de Ferdinand, Ferry, creó el primer auto deportivo con el nombre de Porsche, mientras que su hija, Louise, madre de Piëch, asumió la distribución de Volkswagen en Salzburgo, ahora la mayor concesionaria europea de la organización.
Aun así, la tercera generación de las familias Porsche y Piëch estuvo marcada por tantas disputas que Ferry Porsche prohibió a los Piëch intervenir en la gestión de la empresa a principios de los 70. Desprovisto de una carrera en Porsche, Piëch, un ingeniero obsesionado con los autos, hizo su fortuna llegando a la cima de Audi, luego comprada por Volkswagen, donde se convirtió en su presidente ejecutivo en 1993 y presidente de la junta una década más tarde.
Si bien es un entusiasta por preservar su legado y la fortuna familiar, Piëch y sus familiares han forcejeado sobre quién dirigiría su curso. Bajo un plan impulsado por el entonces presidente ejecutivo de Porsche, Wendelin Wiedeking, fue Wolfgang Porsche quien terminó al timón. Porsche acumuló 51% en Volkswagen en el período previo a la crisis financiera de 2008. Pero tras sumar en el proceso 10.000 millones de euros (unos US$13.000 millones) en deudas, Porsche tuvo que ser rescatada por Volkswagen, en vez de adquirirla.
Como parte de ese plan, Volkswagen compró 49,9% de las operaciones de Porsche a fines de 2009. Así, ya integra su conjunto de marcas, tales como Audi, Skoda y Bentley, y ha colocado a gerentes de Volkswagen para conducir al fabricante de autos deportivos.
Sin embargo, las potenciales responsabilidades de las batallas legales vinculadas al intento de adquisición frustrado han enfriado los planes de una fusión formal de ambas compañías. Volkswagen estudia ahora una medida que le permitiría hacer uso de las opciones para comprar en su lugar el resto de las operaciones de Porsche.
La medida convertiría esencialmente a Porsche SE en un holding con un solo activo, la participación en Volkswagen. Eso preserva los intereses de la familia y particularmente los de Piëch, quien, además de su propio poder en la junta de VW, posee 7% en la junta de Porsche SE y 10% del negocio de distribución en Salzburgo. Otros accionistas de Porsche, sin embargo, perderían la oportunidad de comprar en Volkswagen mediante sus tenencias en Porsche.
La incorporación de Ursula Piëch a la junta de VW solidifica el poder de su esposo allí y en Porsche aún más, llevando a cinco el número de miembros de las familias Porsche o Piëch en la junta de 20 integrantes en VW.