Lázaro Báez, más cerca de recuperar Austral Construcciones gracias a la AFIP
Desde algún lugar de la Argentina que sólo unos pocos saben, Lázaro Báez espera expectante cómo evoluciona otra de sus estrategias judiciales. No se trata esta vez de la justicia penal, que lo acaba de condenar a 12 años de prisión, sino del fuero económico. Allí avanza un eventual acuerdo que está más cerca de generar las condiciones para que el santacruceño recupere Austral Construcciones y, de esa forma, gran cantidad de activos, entre ellos, las extensas estancias de la Patagonia.
Báez, condenado por lavar dinero, encontró la llave de su nave insignia en la última moratoria impositiva. Sucede que allí se le da la posibilidad de que las empresas fallidas, así se les llama a las quebradas, también puedan presentarse en la AFIP para entrar al beneficio que permite no sólo un plan de pagos a varios años, sino también acceder a la quita de intereses, punitorios y multas.
Los abogados de Báez ya le anunciaron al juzgado que se presentaron en una agencia de la AFIP de Santa Cruz. Fuentes del organismo recaudador confirmaron que la posibilidad de acuerdo está avanzada. Si el ahora condenado logra que le aprueben la moratoria, Austral Construcciones habrá logrado el acuerdo con el principal acreedor de la quiebra. De esa manera, deberá lograr otros acuerdos con todos los acreedores y levantaría la quiebra por avenimiento. La novedad surge de los últimos movimientos del expediente, cuando los abogados de Austral sostienen que lo único que falta para lograr el acuerdo con la AFIP es que se establezca cómo se pagará la tasa de Justicia (alrededor de 3,6 millones de pesos), único tributo exento de entrar en la moratoria.
"Teniendo en cuenta que la AFIP es el acreedor de mayor importancia en cuanto a monto crediticio que posee esta quiebra y cuyo crédito verificado al quedar totalmente incluido en un plan de pagos en cuotas accede al beneficio de reducción de intereses y condonación de multas y demás sanciones -a excepción de la Tasa de Justicia-, disminuyendo considerablemente el monto verificado que permita la distribución entre los otros acreedores", dice un escrito presentado por los abogados de la empresa.
Las quiebras tienen varias maneras de terminarse. Una de ellas es el avenimiento, que consiste en aportar al expediente la conformidad de todos los acreedores. Ese camino fue muy poco transitado por los quebrados ya que siempre, entre los acreedores principales, estaba la AFIP. Pero la moratoria permitió que la quita a la que acceden todos los contribuyentes que tienen deudas impositivas también pueda ser utilizada por los que ya están en quiebra. Decían en el Congreso que la moratoria tenía nombre y apellido: Cristóbal López, dado que consideraban en la oposición que estaba hecha para permitir que el empresario recupere Oil Combustibles. Pero todo indica que no fue el único beneficiario.
Como se dijo, el pedido se hizo en la Agencia Río Gallegos de la AFIP donde Austral pidió acceder a los beneficios del perdón impositivo de la Moratoria 2020 (ley 27.562) a través del plan fallido, que alcanza las deuda por impuestos, contribuciones a la seguridad social, autónomos y monotributos, además de retenciones y percepciones Impositivas.
Austral Construcciones, la empresa más importante que creó Báez de la mano de la obra pública, se empezó a desintegrar a través de sucesivos remates. Ya fueron vendidos 37 departamentos en la ciudad de Buenos Aires y por esas ventas se recaudaron poco más de cuatro millones de dólares y varios más en pesos, de acuerdo con la reconstrucción del expediente judicial que realizó LA NACION y a los depósitos que constan en el expediente.
El 20 de marzo del año pasado iban a continuar los remates que habían empezado el año anterior. Pero ese mismo día comenzó el aislamiento obligatorio decretado para hacer frente al coronavirus, y las subastas quedaron en pausa. La oficina de subastas de fuero Comercial no abrió nunca más, y los remates quedaron paralizados. Los de Austral y los de todo el fuero.
Apenas se avanzó en la venta de dos dúplex de 70 metros cuadrados aproximadamente, ubicados también en la calle Roosevelt, a media cuadra de Libertador. Cada uno tuvo una base de 122.000 dólares. Un tercero en ese edificio, algo más grande, ya se había vendió en 217.000 dólares. Lo demás, en pausa.
En junio de 2019 se remató otro edificio en la misma calle, pero al 1780, que, si bien estaba subdividido en unidades funcionales, seguía a nombre de Austral Construcciones. Los nueve departamentos se vendieron en la subasta. Todos, menos el 4° A de 76,60 metros cuadrados, tienen entre 52 y 54 metros. En total, el inmueble suma 507 metros y se pagó, en promedio, 2247 dólares cada uno. A eso se le debe sumar el IVA, que es una tasa especial de 10,5%, la comisión del rematador (3%) y sellado (0,25%). Todo se canceló en dólares y se recaudaron 1.140.420 millones.
En la misma calle hay otro inmueble cuya subasta también quedó paralizada. Es un edificio de 795 metros cuadrados en pleno Núñez, más precisamente en la calle Roosevelt 1815. Había que pagar, al menos, 1,2 millones de dólares a principios de marzo pasado. Nada más sucedió por la feria en la que entró el fuero.
El resto del patrimonio quedó congelado. Ahora, si la AFIP lo permite y si Austral negocia con los demás acreedores, todo volverá a manos de Lázaro Báez y de su hijo Martín, los dos principales accionista de Austral Construcciones. Y entonces, escondido en un barrio privado bonaerense, el santacruceño que fuera amigo de Néstor Kirchner podrá tener un trago dulce en medio del sabor amargo de la condena penal. El caramelo se lo entregó la mayoría oficialista en el Congreso, que aprobó una moratoria que le vino como anillo al dedo.