Las ventas de celulares y notebooks se desplomaron un 58%
Totalizaron US$221 millones, frente a los US$525 millones del mismo período de 2023; en volúmenes, el descenso fue menor, de entre un 5 y un 10%
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Si bien durante el segundo trimestre de este año hubo una ligera recuperación, las ventas de informática (notebooks, celulares, computadoras, monitores, entre otros) cayeron un 58% durante los primeros seis meses del año respecto de igual período del año pasado, de acuerdo con un relevamiento de la Cámara Argentina de Distribuidores Mayoristas de Informática, Productores y Afines (Cadmipya).
Los importadores de marcas como Dell, Hp, Lenovo, Cisco, Microsoft y Samsung hablan de una combinación entre la devaluación del peso, la inflación y los cambios en la demanda y las estrategias de precios, aunque fuentes del sector también apuntan a un crecimiento del contrabando por la menor brecha cambiaria y a una mayor duración de los equipos, entre otras razones.
Según los datos de Cadmipya, las ventas en el primer semestre de las empresas nucleadas en la cámara, que representan un tercio del negocio informático del país, totalizaron US$221 millones frente a los US$525 millones del mismo período de 2023. Se trata de una baja que supera a la de abril de 2020 en plena pandemia de Covid-19, que había llegado al 50%. Pero, si se mide en volúmenes, el descenso fue menor, de entre un 5 y un 10%.
“Hemos cerrado un semestre muy difícil. No obstante, empezamos a ver algo de actividad, especialmente en el sector de ventas corporativas. Ojalá la tendencia se mantenga y podamos revertir en algo la caída que hemos tenido hasta junio”, sostuvo Alejandro Boggio, presidente de Cadmipya. “De las conversaciones que hemos estado manteniendo con las autoridades, entendemos que una pronta reducción del impuesto país y la posible eliminación del cepo cambiario, ayudarán a reactivar el sector informático, siempre muy sensible a la realidad cambiaria e impositiva. Es fundamental avanzar en una reducción de la alta carga tributaria que tienen nuestros productos, que hacen que por ejemplo una notebook importada tenga en nuestro país un 66% de impuestos, cuando en Brasil es un 55%, en Chile un 26% y en Colombia, un 19%”, agregó Boggio.
La carga impositiva hace que siempre haya un incentivo a traer productos desde el exterior, pero, cuando la brecha cambiaria se reduce como sucedió en el primer semestre de este año, crece aún más el mercado gris o contrabando, porque de esta forma se evitan pagar impuestos varios. Según datos de una empresa que fabrica celulares en el país y mide las activaciones de equipos, el contrabando se amplió de un 1 a un 15% en la primera parte del año.
Pero, por otro lado, una fuente del sector apunta que los precios quedaron muy altos por el dólar al que se pagaron las importaciones. “El año pasado, el mercado de las notebooks, que no estaba regulado, priceaba a un dólar no menor al CCL de $650, mientras que el de los celulares, dentro de Precios Justos, se manejaba según el dólar oficial hasta noviembre, cuando se enteraron de que no iban a poder pagar las importaciones hasta abril y ajustaron los valores a un dólar de $2000. En el caso de las notebooks, los valores empezaron a bajar en marzo para no quedarse con un stock viejo, mientras que en celulares recién ahora se ven descuentos, pero bajando desde el Everest a medida que se arregla el tema de las deudas del sector”, explicó.
Por último, el especialista Enrique Carrier apuntó a varios factores que habrían incidido en la baja de las ventas. “En primer lugar, hay que hablar de una suba del dólar desde diciembre, sobre todo en los primeros meses, aunque luego se quedó. También hubo un arrastre de restricciones de acceso al dólar oficial, lo que obligó a usar dólares financieros cuando no blues. Y, por último, hay un tema de recambio: las computadoras nuevas y también los celulares no ofrecen mejoras significativas en el uso. A modo de ejemplo, tengo una computadora que tiene 10 años y no me impide utilizar ninguna de las aplicaciones de oficina (básicamente Office y navegador). La computadora que uso habitualmente tiene 5 años y no siento ninguna necesidad de cambiarla”, concluyó.