Sin necesidad de gritar "cambio dólares" a los turistas en la calle Florida o ubicarse en una "cueva", en el comercio porteño todos de alguna manera tienen algo de arbolitos. En los taxis, restaurantes, centros comerciales, en la zona de outlets o en tiendas de las avenidas Santa Fe y Córdoba, es posible comprar en dólares a un tipo de cambio que varía tanto como en las pizarras diarias del oficial y el blue.
Dentro de un mismo centro comercial, por ejemplo, la variación alcanzó un 33% entre uno y otro. Los locales lo toman en una franja que oscila entre los $ 4,50 y los $ 6, cuando el dólar oficial se ubica en 4,72, según el cierre del viernes.
Aunque las vidrieras ya no exhiben carteles con el tipo de cambio y la moneda que reciben, sólo basta con preguntar si es posible pagar en otra divisa para saber el cambio y hacerse de pesos. En un exclusivo local de marroquinería, ubicado en un shopping del microcentro, a un turista se le ofrece –además del descuento que da el tax free– un cambio de $ 6 por dólar, mientras que al lado, en un local de la misma línea, la divisa se cambia a $ 5.
Enfrente del local, el cambio baja aún más: en una tienda de maquillaje se lo recibe a $ 4,75 y en un local de ropa de niños, a $ 4,66. En las islas de perfumes y en otra de comida se cotiza a $ 4,50, y en una de relojes importados, en la que además se admiten reales, a $ 4,68.
"Vemos en Internet la cotización o aceptamos al valor que nos dispongan acá", cuenta una de las vendedoras de una marca de ropa para mujeres en un centro comercial de Barrio Norte. Hasta allí llegan brasileños, colombianos, ecuatorianos, estadounidenses o chilenos que suelen pagar en estas monedas para obtener un mayor beneficio del cambio.
Milagros Gismondi, de Ferreres & Asociados, dice que aunque los negocios deberían tomar el dólar al tipo de cambio oficial por un asunto de balances y liquidación de impuestos, hay casos en los que toman a algo más para dar un incentivo a los extranjeros o a quien pague con dólares. Y, claro, también para hacerse de dólares, lejos del cepo impuesto por el Gobierno.
Por eso más de un argentino recurre a la llegada de turistas conocidos o amigos para obtener dólares a un valor menor al del mercado negro, donde llegó a 6,19.
Carlos, un taxista que suele recorrer la zona norte de la ciudad, dice que en este tiempo no rechaza una oportunidad de pago en moneda extranjera (sean dólares o euros). Hace 15 días, recuerda, unos turistas le ofrecieron pagar en dólares el viaje. "Lo tomo a 4,60, pero ellos querían que se lo pagara a 6 pesos", dice. Al final acordaron un cambio en 5 pesos, que pensaba destinar al ahorro o cambiar luego en el mercado negro.
Aunque hay parrillas que aclaran en sus cartas que no toman moneda extranjera, muchos restaurantes en Palermo o Recoleta lo admiten también según el monto. "Si es para pagar un cortado no, pero en cuentas grandes sí y vemos según el cambio del día", reconoce la camarera de un restaurante en Coronel Díaz y Santa Fe.
Ramiro Castiñeira, de Econométrica, dice en uno de sus análisis que a mayor deterioro macroeconómico, hay mayor dolarización "preventiva" y que es una regla que rigió en los noventa, en la posconvertibilidad y ahora.
