Las severas medidas de austeridad de Irlanda podrían debilitar aún más su economía
En un tardío intento por convencer a los inversionistas de que puede afrontar sus deudas, el gobierno irlandés develó el miércoles una serie de medidas que elevarán el impuesto a la venta, reducirán el salario mínimo y eliminarán pues¬tos en el sector público, pero que también podrían empeorar la crisis económica del país.
Mientras Irlanda negocia un rescate internacional valorado en 80.000 millones de euros (unos US$107.000 millones), el primer ministro, Brian Cowen, presentó planes para reducir el gasto en 10.000 millones de euros y elevar los impuestos en 5.000 millones de euros en un período de cuatro años, con el fin de reducir un déficit presupuestario que se prevé alcance este año 32% del Producto Interno Bruto del país, 10 veces el límite de la zona euro.
Funcionarios de la Unión Europea han dicho que el recorte del déficit irlandés al límite de 3% del PIB es crucial para el paquete de ayuda que preparan.
“Ha llegado la hora de que enfrentemos unidos este desafío”, dijo Cowen en una conferencia de prensa en Dublín. “La magnitud de la crisis significa que” todos deben contribuir.
Sin embargo, las se¬veras medidas podrían debilitar la economía irlandesa y reducir su recaudación fiscal, ne¬cesaria para pagar su gigantesca deuda nacional. En los últimos dos años, Irlanda ha eliminado casi 15.000 millones de euros —cerca de 9% de su PIB— de su economía, que está sufriendo de una masiva debacle bancaria.
Estos recortes fueron una de las razones por las que la economía irlandesa se contrajo inesperadamente en el segundo trimestre, exacerbando los problemas del país.
La austeridad de Irlanda podría debilitar aún más la frágil coalición del gobierno de Cowen. En medio de lla¬mados para que renuncie, Cowen se comprometió el lunes a celebrar elecciones generales el próximo año si se aprueba el 7 de diciembre el crucial presupuesto para 2011.
Algunos temen que las nuevas medidas exasperen a legisladores independientes y a miembros des¬contentos del partido oficial, Fianna Fail, bloqueando la aprobación del presupuesto. Esta situación provocaría la convocatoria a nuevas elecciones antes de fin de año que podrían continuar minando la confianza de los mercados en Irlanda a medida que se agrava la crisis europea de deuda.
Los mercados financieros no reaccionaron inmediatamente al nue¬vo plan gubernamental. El euro subió el miércoles a US$1,3388 frente a US$1,3336 horas antes. Pero los precios de los bonos del gobierno irlandés continuaron cuesta abajo: el rendimiento del bono de referencia a 10 años subió a 8,96%, en com¬paración a 8,89% horas antes.
Muchos economistas afirman que Irlanda puede tomar severas medidas porque sus beneficios so¬ciales son relativamente generosos y sus impuestos se encuentran entre los más bajos en Europa.
El salario mínimo irlandés de 8,65 euros por hora, por ejemplo, es el segundo más alto de la UE. El gasto gubernamental en salarios del sector público se disparó 90% entre 2000 y 20008, según el banco italiano UniCredit SpA.
Pero retirar más dinero de la economía podría exacerbar los problemas fiscales de Irlanda. Su tasa de desempleo, de cerca de 14%, es superior al promedio de 10% en la zona euro. Los esfuerzos para reducir el déficit podrían verse frustrados si los esfuerzos de Irlanda repercuten negativamente en el consumo y la recaudación fiscal, lo que crearía una espiral negativa que impediría al país pagar sus deudas sin una reestructuración.
“Lo que propone el gobierno es malo para la economía, la sociedad y la cohesión social”, afirma Sean Healy, director del centro de estudios Justicia Social de Irlanda, con sede en Dublín. “Si Irlanda no está en posición de generar crecimiento, no podrá pagar su deuda”.
Como se esperaba, los funcio¬narios irlandeses se comprometieron a mantener los impuestos sobre empresas —un referente de la economía local durante décadas— en un bajo 12,5%. Sin embargo, el impuesto al valor agregado subiría 1% a 22% en 2013.
En cuanto al gasto, Irlanda recortará su sueldo mínimo un euro, a 7,65 euros por hora. Además, eliminará casi 25.000 puestos del sector público, recortará 10% los salarios de los nuevos empleados guberna¬mentales y reducirá 1.200 millones de euros de su proyecto de ley de sueldos del sector público. El gasto en programas de bienestar social también sufrirá un recorte de cerca de 3.000 millones de euros.
A pesar de la adopción de las inminentes medidas, el gobierno aún espera que la economía crez¬ca un promedio de 2,75% anual de 2011 a 2014
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