Las sanciones a Rusia tienen un fuerte impacto en Occidente
Surgen interrogantes, ya que es principal proveedor de energía del mundo
MOSCÚ.- Una vez al año, los CEO de las petroleras más grandes del mundo vuelan a San Petersburgo para un foro económico. Allí tienen la posibilidad de reunirse con el presidente Vladimir Putin y su segundo en el negocio de la energía, Igor I. Sechin.
En el debate de un panel el año pasado, líderes de compañías petroleras importantes como BP, Chevron, ConocoPhillips, Eni, Royal Dutch Shell y Statoil se encontraron en un auditorio, mientras Sechin anunciaba oportunidades en pozos offshore en el Ártico y explotación de esquistos en Siberia.
Ahora las relaciones -entre las estatales rusas y las grandes multinacionales- están complicadas. Como parte de la última ronda de sanciones por la crisis ucraniana, el lunes la administración Obama apuntó a Sechin, el presidente y número uno de la junta de conducción de Rosneft, el gigante petrolero estatal ruso.
Las medidas de la administración, y otras similares en Europa, se centraron en compañías, funcionarios y empresarios ricos con fuertes vínculos con el gobierno ruso y Putin. El sector energético ha sido una prioridad particular: las últimas sanciones de Estados Unidos cubren 17 firmas concentradas en la construcción y el financiamiento del petróleo y el gas, así como Sechin y otras seis personas.
Si bien las implicancias financieras para grandes multinacionales no han sido significativas, las sanciones crean dolores de cabeza para las compañías occidentales. A Visa se le pedirá que suspenda los servicios de tarjetas de crédito a un puñado de bancos rusos como Banco SMP, Rossiya, InvestCapitalBank y Sobinbank. MasterCard dijo que dejaría de trabajar con las tarjetas emitidas por esos bancos.
Tien-Tsin Huan, un analista de J.P. Morgan, estimó que Rusia representa sólo el 1% de los ingresos de Visa y que el impacto de las sanciones este año sería de "centavos". Pero es el negocio energético el que se enfrenta a una danza delicada. Desde 1999, cuando Putin comenzó su segundo período como presidente, Rusia consolidó sus compañías de commodities y energía bajo el control de oligarcas leales o el Estado. Empresas como BP, Exxon Mobil y Shell dedicaron años a construir relaciones en Rusia, prometiendo transferir tecnología y capital. BP es dueña de casi el 20% de las acciones de Rosneft. Shell es socia en una instalación de gas natural licuado grande en la isla de Sakhalin en Rusia oriental. Exxon Mobil tiene una joint venture con Rosneft para la exploración del Ártico. Rusia produce alrededor de 10 millones de los 90 millones de barriles de petróleo que se bombean a diario en el mundo. Sechin, asistente de Putin desde 1993, ha sido llamado el "hombre más siniestro del mundo" por sus antecedentes en el espionaje. Y como agente de inteligencia militar actuó en la guerra civil angoleña. Desde que BP y sus socios rusos vendieron su joint venture a Rosneft, Sechin fue el contacto del gigante petrolero británico en Rusia.
"Tengo mucho respeto por él", dijo Bob Dudley, de BP, en enero respecto de Sechin, con quien tiene una relación lo suficientemente cercana como para intercambiar mensajes de texto. Dudley es parte del directorio de Rosneft al igual que Sechin.
La relación con Rosneft es una importante fuente de ganancias para BP. Rusia aporta alrededor de un tercio de la producción total de petróleo y gas de BP a nivel mundial, más de lo que extrae la compañía en Estados Unidos.
La lista refleja los problemas delicados que enfrenta la administración Obama al imponer sanciones. Estados Unidos aún depende profundamente de la energía importada pese al aumento de la producción local. Si se considera conjuntamente el petróleo y el gas natural, Rusia es el mayor país exportador de energía del mundo, superando a Arabia Saudita.
Bill Carter y Vindu Goel