Las remesas ayudan a los países emergentes
Los trabajadores inmigrantes enviaron más dinero a sus familias en los países en vías de desarrollo el año pasado que en 2010, y se espera que sus remesas aumenten incluso más este año, pese a la incertidumbre económica en todo el mundo.
Estados Unidos es la mayor fuente de remesas del mundo, enviadas en su mayoría por los millones de latinoamericanos que trabajan en el país.
En total, los 215 millones de migrantes internacionales transfirieron cerca de US$372.000 millones a países en desarrollo en 2011, frente a US$332.000 millones en 2010, según el Banco Mundial. La institución proyecta que los envíos de dinero alcanzarán los US$399.000 millones este año y US$467.000 millones para 2014.
Las remesas juegan desde hace mucho tiempo un papel clave en el sustento de las familias y la estabilización de las economías en vías de desarrollo. Su rápida recuperación después de un bajón temporal en 2008 y 2009 ha amortiguado los efectos potencialmente devastadores de la desaceleración global.
A pesar de que el débil mercado laboral estadounidense, un endurecimiento de las leyes de inmigración y la violencia en la frontera con México han reducido las llegadas de inmigrantes, los bancos centrales en América Latina reportaron un sólido crecimiento en las remesas este año. México reportó un incremento de 5%, a US$13.700 millones, en los primeros siete meses del año. Los salvadoreños enviaron US$2.600 millones entre enero y agosto, 7% más que en el mismo período de 2011, según el banco central de El Salvador. Las remesas de los guatemaltecos equivalieron a 12% de su Producto Interno Bruto, también por encima del porcentaje del año pasado.
El Diálogo Interamericano, un centro de estudios con sede en Washington, predice un aumento de 7% a 8% en las remesas a América Latina y el Caribe este año. La región recibió US$69.000 millones en giros en 2011, frente a US$64.000 millones en 2010.
Manuel Orozco, su director de remesas, dijo que varios factores mantienen un flujo de fondos saludable, especialmente a México, que alberga la mayoría de los migrantes en EE.UU. Por otra parte, Washington ha emitido un número récord de visas para trabajadores temporales: cerca de 270.000 en 2011, frente a 144.000 en 2006.
Las mujeres que cuentan con un nivel más alto de educación también impulsan las transferencias de dinero. Cerca de un tercio de las mexicanas que trabajan en EE.UU. tiene una licenciatura universitaria u otro título de educación superior, y cada vez son más. "Son las que más dinero envían", apunta Orozco.
Además, los inmigrantes que llevan varios años en EE.UU. cada vez mandan más dinero para fines como construcción de casas, pequeños negocios y organizaciones comunitarias. Los llamados migrantes transnacionales comprometidos componen sólo 8% del total, pero en promedio envían 10% más dinero que los demás, agrega Orozco.
Las remesas siguen siendo una fuente clave de moneda dura para países en desarrollo y usualmente sobrepasan tanto la inversión directa como la ayuda proveniente del extranjero. Un nuevo libro del Banco Mundial dice que los países como Indonesia, India y México fueron prácticamente in-munes a la desaceleración global gracias al ingreso de transferencias de efectivo de sus ciudadanos en el extranjero.
De 2008 a 2009, las remesas globales cayeron 6%, mucho menos que la reducción de dos dígitos en la inversión extranjera directa en países como India, Indonesia y Filipinas.
"Había expectativa de que las remesas descendieran a raíz de la crisis en los países donde trabajan los migrantes", dice Dilip Ratha, economista del Banco Mundial y coeditor del libro. "Pero tras caer durante el punto álgido de la crisis en 2009, los envíos de dinero no sólo han reputando sino que están en su mayor nivel".
Agrega que muchos migrantes asumieron el bajón en los salarios y la inconstancia de los empleos gastando menos, compartiendo los costos de vivienda y haciendo otros sacrificios para seguir enviando remesas.
El jornalero salvadoreño Antonio Chávez, que vive en Maryland, dice que se las ha arreglado para mandar dinero incluso cuando el trabajo escaseó durante la recesión. "Soy carpintero, pero estoy dispuesto a hacer cualquier trabajo en construcción o jardinería".
Las remesas interregionales también están en alza. "Dada su fuerte economía, Brasil se está convirtiendo en una enorme fuente de remesas para Argentina, Perú y otros países de la región", señala Eugenio Nigro, subdirector de desarrollo de negocios de Xoom Corp., una empresa de transfe-rencias de dinero vía Internet que el año pasado tramitó más de US$1.700 millones a 30 países.
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