Las refinerías chinas pueden serla solución que busca la OPEP
En una reunión hace dos años, cuando comenzó el derrumbe del crudo, los ministros de hidrocarburos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo se apoyaron en la demanda de las petroleras estatales chinas y los esfuerzos de Beijing por acumular reservas estratégicas para elevar los precios. Por Brian Spegele en Beijing y Jenny W. Hsu y Dan Strumpf en Hong Kong.
Hoy en día, la OPEP se basa cada vez más en un factor nuevo, y mucho menos previsible, para aumentar las exportaciones: refinerías privadas chinas, conocidas como “teteras”, cuya demanda de crudo extranjero está ayudando a reconfigurar los mercados mundiales de crudo.
En momentos en que el bajón del petróleo muestra pocas señales de cambiar de rumbo, las refinerías independientes de China han surgido como la fuerza tal vez más importante y poco conocida en los mercados. Estas han constituido la mayor parte del aumento de 13,5% registrado este año en las importaciones de China, que compite con Estados Unidos como el mayor comprador mundial de crudo.
Hace unos años, las refinerías del sector privado eran actores diminutos en un sector dominado por el Estado. Sus orígenes eran tan humildes que hace más de 20 años muchas de ellas dependían de modelos de negocios que obligaban a sus empleados a recorrer los caminos interiores de la provincia de Shandong, en el litoral del país al sur de Beijing, para vender gasolina directamente en garrafas, cuenta Luo Wenbo, gerente general de Sunshine Oil, la filial de corretaje de Shandong Chambroad Petrochemical.
Ahora, las calles de Shandong están llenas de estaciones de servicio propiedad de teteras, Chambroad cuenta con unas 200 de ellas, y las importaciones de petróleo crudo a la provincia han crecido más de 60% en lo que va del año, generando colas de semanas de buques cisterna que esperan desembarcar su carga en Quingdao, el puerto de Shandong.
“Todas las refinerías, sin importar su tamaño en estos momentos, tuvieron un comienzo humilde”, dice Luo.
Convertir a estas refinerías en nuevos clientes y conseguir participación de mercado en China se ha vuelto un imperativo para los países de la OPEP, que se reúnen en Argelia esta semana en una reunión que será seguida de cerca y que puede ofrecer pistas sobre los planes de producción del cartel.
El organismo de 14 miembros que controla un tercio del petró- leo del mundo solía ayudar a fijar los precios del crudo a nivel global al regular sus niveles de producción. No obstante, el auge de la energía de esquisto en EE.UU. le restó relevancia a la producción de OPEP y redujo las importaciones de petróleo de EE.UU., desatando una batalla por participación de mercado en el resto del mundo en la que China ha asumido un papel estelar.
Al interior de la OPEP, hay competencia por la demanda de las teteras. Angola, en particular, se ha beneficiado al ofrecerles crudo con un menor contenido de azufre, que es más fácil de refinar. Las importaciones chinas de petróleo angoleño aumentaron 14,6% en los primeros ocho meses del año, para superar los 900.000 barriles diarios, es decir cerca de la mitad de la producción total del país.
En comparación, las importaciones chinas de crudo saudita acumulan una expansión de apenas 1% en lo que va del año a cerca de 1,05 millones de barriles al día. Arabia Saudita ha preferido desde hace mucho tiempo hacer negocios con refinerías estatales como China Petroleum & Chemical Corp., más conocida como Sinopec. El reino incursionó en el mercado de las teteras con la venta de un cargamento a precios spot en abril a Shandong Chambroad Petrochemical, pero no ha repetido el experimento.
Los cambios que afrontan la OPEP y el sector de hidrocarburos demuestran cómo las decisiones del gobierno chino repercuten a nivel global. La nueva demanda de las refinerías privadas chinas proviene de un cambio en la política de gobierno realizado el año pasado, permitiendo la importación de crudo por primera vez.
La medida puso fin al monopolio que detentaban los gigantes petroleros estatales sobre las importaciones del país. Desde entonces, muchas teteras han buscado acuerdo en mercados sobreabastecidos, en desmedro de los grandes productores de Medio Oriente de OPEP. “Para otros es una oportunidad; para la OPEP es un desafío,” señaló Michal Meidan, analista de China de la consultora Energy Aspects. “Están creando una apertura para otros proveedores, otros operadores, y la OPEP tiene que estar a la altura de este desafío”.
Durante una conferencia reciente organizada en Singapur, ejecutivos del sector energético desde el Golfo Pérsico hasta EE.UU. llenaron un salón de conferencias en un hotel para escuchar las palabras de Zhang Liucheng, vicepresidente de corretaje y comercialización de Dongming Petrochemical Group, la mayor tetera de China por capacidad. “Los refinadores independientes siguen siendo mucho más pequeños que las empresas estatales, pero somos más flexibles y podemos ajustarnos rápidamente a los cambios” manifestó el ejecutivo.
Las refinerías independientes de China han sido grandes compradoras de petróleo ruso. Las cifras más recientes de aduanas muestran que las importaciones chinas de crudo proveniente de Rusia crecieron 50% interanual en agosto para exceder 1,1 millones de barriles al día, con lo que Rusia superó a Arabia Saudita ese mes para convertirse en el principal proveedor de petróleo a China.
El alza se debió en parte a las condiciones menos estrictas impuestas por los rusos, quienes otorgan a las teteras cuatro meses para pagar desde el momento de entrega, dice Nelson Wang, analista de la corredora CLSA, en lugar de los dos meses que habitualmente exigen los proveedores de Medio Oriente.
Las políticas de precios de proveedores de Medio Oriente como Arabia Saudita e Irán son mucho más caras e inflexibles, señaló Zhang, el representante de Dongming. “Lo primordial para las teteras son los precios,” subrayó.
Brian Spegele, Dan Strumpf y Jenny W. Hsu