Las quejas contra la Jabulani, la pelota del Mundial, opacan la campaña de marketing de Adidas
BERLÍN— Adidas AG bautizó al balón de fútbol que diseñó para el Mundial "Jabulani" —"festejar" en idioma zulú— pero el coro de quejas de jugadores y entrenadores sobre su imprevisible trayectoria está opacando la campaña de marketing del gigante alemán de indumentaria deportiva.
Adidas considera el rediseño de la pelota, que realiza cada cuatro años, como parte central de su estrategia de producto, habiendo vendido hasta el momento 13 millones de balones Jabulani. La compañía insiste en que su ingeniería ha transformado la tecnología de los balones de fútbol y mejorado los estándares de juego.
Muchos jugadores y entrenadores discrepan. Tanto los equipos ganadores como los perdedores se lamentan de que la pelota adopta trayectorias misterio¬sas. Adidas señala que las quejas sobre los balones de la Copa del Mundo van y vienen cada cuatro años. "Es casi como una broma", señala Antonio Zea, director de fútbol de Adidas América.
Jabulani es el undécimo balón del Mundial producido por Adidas y varios de sus predecesores tampoco tuvieron una cálida acogida entre los jugadores. La del Mundial 2006, en Alemania, fue "la pelota peor diseñada que jamás haya visto", dijo el portero inglés Paul Robinson. Los jugadores españoles compararon el balón del Mundial de 2002 con una pelota de playa. Pero en una decisión sin precedentes, el organismo regulador de fútbol, FIFA, prometió estudiar las críticas contra la Jabulani tras finalizar el torneo.
Los arqueros, en particular, detestan la Jabulani. "Terrible", dijo el guardameta suplente estadounidense Marcus Hahnemann. El italiano Gianluigi Buffon la calificó de impredecible, mientras que el brasileño Júlio César la comparó con un balón que se puede comprar en un supermercado. El inglés David James la catalogó de "horrible".
Si bien las quejas de los porteros que ya se han ido a casa pueden sonar a justificación, incluso Iker Casillas —cuya selección, España, jugará la final del domingo— ha dicho que la pelota es "pésima".
Muchos expertos coinciden en que el balón tiembla en el aire de una forma extraña después de un remate de larga distancia, haciendo que los arqueros fallen lo que deberían haber sido atajadas fáciles.
El capitán de Eslovenia, Robert Koren, que anotó el gol de la victoria contra Argelia con un disparo desde 27 metros, reconoce que se benefició de la irregular trayectoria de la Jabulani. "Cualquier jugador, si es honrado, dirá que hay algo extraño con el balón", manifestó.
Las quejas, en todo caso, no han mermado las ventas de las Jabulani, cuyos precios en Estados Unidos oscilan entre US$150 para el balón oficial y US$12 por una reproducción pequeña.
La pelota "es inmensamente importante para nosotros", recalcó Zea por teléfono desde Sudáfrica el jueves. "Es el ícono del torneo".
Adidas insiste que la Jabulani es el esférico más perfecto en la historia del fútbol, tiene pequeñas ranuras para mejorar su trayectoria y menos costuras que optimizan el contacto con los botines de los jugadores.
Sin embargo, el secretario general de la FIFA, Jérôme Valcke, reconoció la decepción de los jugadores en una reciente conferencia de prensa, diciendo que la "FIFA no está haciendo oídos sordos a lo que se dice sobre el balón". La Jabulani es "muy diferente" a los anteriores modelos, subrayó.
La FIFA planea analizar el tema con entrenadores, jugadores y especialistas después del torneo, pero el organismo no ha dicho qué medidas tomará en futuros campeonatos.
Zea, el ejecutivo de Adidas, dijo que las quejas empiezan a disminuir a medida que los jugadores se acostumbran al balón y observó que el remate desde 32 metros del defensa holandés Giovanni van Bronckhorst durante la semifinal contra Uruguay acabó en la red como "un rayo láser… que se dirigió exactamente a donde quería que fuera la pelota".
Adidas afirma que hizo exhaustivas pruebas usando robots, túneles de viento y otras tecnologías. Según Zea, la compañía no detectó ningún problema sobre su precisión.
- 1
- 2
Se vende: un fiscal detectó irregularidades en la inminente subasta de un edificio del INTA y pide evitar “posibles hechos de corrupción administrativa”
- 3
Por qué el Gobierno no salió aún del cepo y la “prueba de fuego” que deberá afrontar en 2025, según Martín Redrado
- 4
Opinión. Zonas de exclusión: no es el glifosato sino el asfalto el que mata la vida biológica de los suelos