Las proyecciones oficiales para 2023 marcan que las tarifas de electricidad no se ajustarán por la inflación
El presupuesto para el año próximo indica que los usuarios pagarán 49% del costo real de la energía; la programación estacional de Cammesa hasta abril indica que, en promedio, se cubrirá el 53% de los costos; así, el Estado no podría reducir los subsidios para cumplir con la pauta de déficit fiscal
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CÓRDOBA.- Los documentos internos con la programación estacional que circulan entre la Secretaría de Energía y Cammesa, la comercializadora del mercado mayorista de energía, ratifican que hay problemas con la segmentación de tarifas y la consecuente quita de subsidios diseñada por el Gobierno. El esquema no avanza a la velocidad requerida para la reducción de aportes del Estado que se requiere para cumplir con el déficit fiscal presupuestado, del 1,9% del PBI.
Una proyección desde noviembre de este año hasta abril de 2023 de Cammesa revela que en ese mes las tarifas eléctricas cubrirían 53% de los costos; menos de lo que debería ser -según los especialistas consultados por LA NACION- si la segmentación de tarifas se cumpliera y, además, se ajustaran los precios de la electricidad por inflación. Si ese segundo aspecto no se pone en marcha, rápidamente el Estado debería volver a poner plata en subsidios en iguales proporciones que ahora.
En un cuadro titulado “Demanda abastecida por contratos entre privados + electrodependientes, prevista para noviembre-abril ‘23, se establece ese valor en 3158 GWh. Aclara que los números de la segmentación de la demanda total residencial por nivel es “estimado”.
En ese apartado se analizan diferentes sectores. Para los “ultra electro intensivos” la cobertura de tarifa será del 69% de los costos, y en la demanda general no residencial menor a 300 Kw pasa a 49%.
Hay un cálculo destinado a la demanda residencial que ingresó a la segmentación. La proyección hecha es que el N1 (mayores ingresos y quienes no se anotaron en el registro para mantener los subsidios) pagará el 42% del costo total de la tarifa; el N2 (menores ingresos y tarifa social), cubrirán el 26%, mientras que el N3 (ingresos medios) estará en el mismo nivel, 26%, y los N3 excedente (que consuman más de 400 kwh/mes) pasarán al 42% como el N1.
Los únicos casos en los que los costos de la tarifa quedarán cubiertos son los que compran directamente en el Mercado Mayorista Eléctrico (MEM). Están contemplados los Grandes Usuarios Mayores (GUMA) y los Grandes Usuarios Menores (GUME), que cubrirán el 100%, y los Grandes Usuarios del Distribuidor (GUMI), para los que la proyección es del 114%. Ya en los GUDI del sector público, salud y educación, la relación cae al 51%.
De acuerdo al cronograma original de Economía -demorado un mes por la postergación de la puesta en marcha del régimen-, el N1 perdía los subsidios en enero, por lo que es llamativo que en abril esté pagando en promedio el 42% de la tarifa total.
Alejandro Einstoss, economista del Instituto Argentino de la Energía General Mosconi, señala que los datos de esa programación están “en línea” con el proyecto de presupuesto 2023, que establece que el año que viene el 49% de los costos mayoristas del sistema eléctrico sean cubiertos por la tarifa eléctrica que abone el usuario: “El número no cierra con la segmentación anunciada. Hay dos posibilidades. O que no se actualice por inflación o que no se cumpla con los escalones de la segmentación”.
Repasa que el documento técnico del FMI advierte, en el caso puntual de los subsidios energéticos, que habría fallas en la base de datos; que los topes al consumo del segmento de ingresos medios son demasiado generosos (400 Kw por mes) y que el Gobierno debería realizar “mayores esfuerzos en la focalización”.
La demanda eléctrica argentina se compone de 45% de usuarios residenciales, 20% de generales no residenciales (los que compran directamente a las distribuidoras) y la industria representa el resto. Con el esquema de recorte de subsidios planteado e iniciado, en abril casi el 70% de la demanda debería estar pagando tarifa plena.
Hace unos días LA NACION contó que a la decisión de postergar hasta este mes la aplicación de la segmentación tarifaria eléctrica, podría seguirle un aplazamiento temporal del segundo escalón de la quita de subsidios, que es del 40%.
No hay decisión tomada, sino que la posibilidad está latente y depende de la reacción social al primer aumento. Si se avanzara en esa línea, en el bimestre diciembre-enero no habría cambio tarifario y la progresión continuaría en febrero-marzo para terminar con el otro 40% de quita de subsidios en marzo-abril.
Un tema que los economistas siguen de cerca es que Cammesa les paga en dólares a las generadoras -viene acumulando deuda de unos dos meses- y cobra en pesos. Para la deuda de $500.000 millones que acumulan las distribuidoras hay una moratoria que, además, licua los montos.
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