Las proyecciones de la Fed darán pistas sobre sus compras de bonos
En cada uno de los años transcurridos de la recuperación de EE.UU. después de la crisis financiera, la Reserva Federal ha sobrestimado el crecimiento de la economía. Muchos economistas creen que lo está volviendo a hacer.
La encuesta mensual que realiza The Wall Street Journal entre economistas del sector privado encontró que la mayoría prevé una expansión de 2,3% este año y 2,8% el próximo.
La Fed es más optimista. Sus más recientes proyecciones de crecimiento, dadas a conocer en marzo, promedian cerca de 2,6% para 2013 y 3,2% para 2014. Después de su reunión de dos días que concluye el miércoles, la Fed divulgará sus previsiones actualizadas de crecimiento, inflación y desempleo.
La evolución de estas cifras ha adquirido una importancia crítica. Es improbable que el banco central estadounidense altere en esta reunión su programa de compra de bonos por US$85.000 mensuales, lanzado para estimular el crecimiento, al reducir las tasas de interés a largo plazo e impulsar el precio de los activos, e incentivar el gasto, el empleo y la inversión.
No obstante, lo que diga la Fed sobre la economía enviará importantes señales sobre sus futuras decisiones. Si la entidad mantiene la confianza en sus pronósticos, podría enviar la señal de que se encamina a comenzar a reducir el programa en el segundo semestre de este año.
Ben Bernanke, el presidente de la Fed, afirmó hace poco en testimonio ante el Congreso que el banco central podría comenzar a reducir la cantidad de compras mensuales en una de sus próximas reuniones si la economía sigue mostrando señales de mejoría, dejando a los inversionistas ansiosos por obtener información más detallada sobre los planes.
En épocas normales, alcanzar un crecimiento de 2,6% no sería mayor motivo de celebración. Pero estas no son épocas normales y la proyección ya a mediados de año parece una valla difícil de salvar. El crecimiento del segundo trimestre parece débil. Economistas encuestados por The Wall Street Journal estiman que EE.UU. se está expandiendo a una tasa anualizada de 1,9% en el trimestre actual, luego de crecer 2,4% en los tres primeros meses del año. Si tienen razón, eso significa que el crecimiento debería acelerarse en la segunda mitad del año —en medio de la carga continua que representan los recortes de gastos y alzas de impuestos— para cumplir con las expectativas de la Fed.
Los economistas del banco central hablan como si aún pensaran que el crecimiento repuntará en el segundo semestre, lo que sugiere que no realizarán grandes cambios en sus pronósticos. Consideran que más allá de algunas cifras decepcionantes, la economía muestra fortalezas importantes en áreas como el mercado inmobiliario y el consumo.
En promedio, los economistas privados creen que la Fed comenzará a reducir el programa de compras de bonos en octubre, pero que no lo va a terminar hasta mayo de 2014. No es el fin abrupto que muchos participantes del mercado parecen temer. The Wall Street Journal encuesta a 52 economistas a comienzos de cada mes.
Una cantidad de estos economistas opina que el crecimiento estará por debajo de las expectativas de la Fed —como ha sucedido tantas veces en esta recuperación que lleva cuatro años— y que una reducción del volumen de los bonos comprados llegará después de lo que algunos anticipan.
La economista de BNP Paribas, Julia Coronado, cree que la Fed recién empezará a reducir las compras en diciembre y que no pondrá fin al plan sino hasta diciembre de 2014. "Querrán ver una serie de datos más sólidos antes de dar el primer paso", aseveró.
Numerosos economistas le dan al banco central una baja calificación por su manejo comunicacional. La Fed parece estar diciendo que está dispuesta a reducir el programa de compra de bonos "luego de datos económicos no tan buenos", dijo Coronado.
Esto sugiere que están ansiosos por dejar de lado sus políticas de crédito barato, un mensaje que claramente preocupa a los inversionistas, agregó.
En medio de la incertidumbre sobre la política de la Fed, las tasas de interés de los bonos del Tesoro de largo plazo subieron en semanas recientes mientras que los precios de las acciones han registrado fuertes oscilaciones.
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