Las petroleras se entusiasman con la flexibilidad cambiaria que promete Guzmán, pero esperan una señal concreta
En el sector creen que se habilitaría que las empresas puedan acceder a dólares por el 20% de la producción incremental de petróleo y gas; no esperan que sea un punto de inflexión
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El conflicto bélico en Europa revitalizó a la industria petrolera local sin necesidad de los estímulos fiscales que el Gobierno promete desde incluso antes de asumir, en diciembre de 2019. Pese a que se prometió una ley de promoción de inversiones en hidrocarburos (y hasta fue presentado por el propio Presidente en un acto en Casa Rosada), el texto nunca fue tratado en el Congreso. Ahora, la expectativa está puesta en el decreto que diseña el ministro de Economía, Martín Guzmán, que facilitaría el acceso a divisas a las empresas que hagan nuevas inversiones.
Luego de cerrar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), Guzmán concentró la mayor parte de su agenda en el sector energético. Mientras que, por un lado, intenta avanzar con el aumento de tarifas, por otro lado, analiza mecanismos para incentivar nuevas inversiones en Vaca Muerta en un contexto de extrema escasez de dólares.
En la industria se entusiasman con la flexibilidad cambiaria que promete el ministro, pero ninguna petrolera considera que será un game changer [punto de inflexión]. En el sector creen que Guzmán habilitará que las empresas puedan acceder a dólares por el 20% de la producción incremental de petróleo y gas que logren. Se trata de un avance con la situación actual, pero no sería de gran beneficio para las empresas que ya invirtieron en el país y que deben desembolsar millones de dólares todos los años solo para mantener los mismos niveles de producción. Los pozos de Vaca Muerta, por caso, tienen una rápida declinación de productividad (mucha mayor que los pozos convencionales) y por eso se necesita hacer perforaciones constantes en los yacimientos.
Hay otras empresas que todavía se preguntan por la “ley Massa”, como le dicen coloquialmente al proyecto que presentó el presidente de la Cámara de Diputados. Se trata de un texto de 35 artículos, mucho más corto que el de 115 que había presentado el Presidente en septiembre pasado, pero que ofrecía acceso a divisas por el 20% de la producción total. En detalle, las empresas que realizaran nuevas inversiones por no menos de US$50 millones dentro de los próximos tres años podrían exportar el 20% de la producción resultante con una alícuota de 0% de retenciones y disponer libremente de las divisas que generen, sin necesidad de tener que liquidarlas en el mercado interno.
“Para que la industria crezca, solo se necesita un proyecto de una carilla, que sea clara y tenga dos o tres artículos: que permita un porcentaje de libre disponibilidad de las exportaciones, que podría ser de entre el 30% y el 40%; un esquema de libre disponibilidad de divisas, que se van a poder utilizar para pagar el financiamiento y también para tener una ganancia; y que no se interfiera con el mercado local”, dijeron en una de las principales empresas del sector. Y señalaron: “Para desarrollar Vaca Muerta se necesitan entre US$5000 y US$7000 millones más de inversión por año de lo que se desembolsa actualmente”.
Este tipo de propuestas no son nuevas en la Argentina. En 2013, el entonces gobierno de Cristina Kirchner también prometió, a través del decreto 929, que las empresas que invirtieran más de US$1000 millones en un plazo de cinco años iban a poder exportar hasta el 20% de su producción sin retenciones e iban a tener derecho prioritario a comprar divisas en el mercado oficial. En su momento, la normativa estuvo hecha a medida para Chervron, la petrolera internacional que se había asociado con YPF para invertir en Vaca Muerta. Lo curioso es que en 2019, cuando Chevron estuvo habilitada a hacer uso de sus derechos, en el Banco Central no había dólares para darle.
A favor de la Argentina -admiten las empresas-, la roca de Vaca Muerta sigue dando resultados que sorprenden hasta a los más optimistas. Las empresas lograron acortar los tiempos de perforación y fractura de los pozos y los costos de producción cada vez son más parecidos a los de Estados Unidos. La mano de obra en el país es más económica, pero el atraso del tipo de cambio y la aceleración de la inflación cada vez encarecen más los costos en dólares.
“La roca de Vaca Muerta es excelente y los márgenes de rentabilidad no son malos. Por eso las empresas siguen apostando por la Argentina, más allá de lo que ocurrió con Chevron. El problema es que cada vez se van a necesitar más compañías de servicios [las que perforan, operan y mantienen los pozos] y no van a traer al país los sets de fractura si después no pueden girar los dividendos al exterior”, indicó un ejecutivo petrolero en reserva.
La industria petrolera es capital intensiva, y las inversiones realizadas se repagan durante varios años. Por eso, la imposibilidad de acceder a dólares limita el crecimiento de Vaca Muerta. Este pedido fue hecho incluso por el sindicato a través de Marcelo Rucci, secretario general del gremio Petroleros Privados, quien reclamó “normalizar el flujo de divisas al exterior”, luego de regresar de Houston, donde visitó yacimientos similares a los de Vaca Muerta.
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