Las mujeres pagan mejor y tienen mayores depósitos, pero son menos consideradas por los bancos
En su trabajo como directora de la Alianza Bancaria Mundial para Mujeres (GBA), Rebecca Ruff trata diariamente con proveedores de servicios financieros. Cuando les pregunta a cuántas clientas mujeres atienden, la mayoría no lo sabe. Y quienes se animan a mirar las estadísticas confiesan que están muy lejos del 50/50. "Las clientas muestran mayores metas de crecimiento, pagan mejor y tienen mayores depósitos. Si son tan buenas clientas, ¿por qué no las atienden?", se preguntó en el panel, en el marco del W20 , que se lleva cabo en el CCK .
En los países del G20 , solo el 40% de las mujeres tienen acceso a una cuenta bancaria, y si bien ellas poseen un tercio de las pequeñas y medianas empresas, reciben el 10% de los préstamos otorgados por los bancos.
Para Ruff, la información desagregada por género es vital para la inclusión financiera de las mujeres. "Permiten ver quién está incluido, quién no y cómo se generan las políticas para atender a los que están afuera. La data a nivel institucional muestra una foto de lo que es el mercado femenino", explica. Una de las mejores armas: comenzar por reflejar la diversidad dentro de las empresas financieras.
Gema Sacristán, directora de inversiones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ayuda a delinear la magnitud del fenómeno: "La inclusión financiera de las mujeres es la mayor oportunidad económica del mundo. Consumimos 28 billones de dólares, generamos alrededor de 18 billones de dólares, lo que representa más que el PBI de Estados Unidos o China. Influimos en el 80% de las decisiones de compra y el 33% de las empresas del mundo son mujeres. En América Latina hay una oportunidad de 100.000 millones de dólares de financiar a estas mujeres, pero los bancos no la ven". Desde 2012, el BID viene trabajando codo a codo con bancos alrededor del mundo para que puedan ver esa oportunidad financiera.
Al igual que Ruff, a lo largo de los años ha visto la misma tendencia: "Es muy difícil ser el banco de la mujer si no eres el empleador de la mujer". Al terminar su presentación en el marco del W20, Sacristán anunció que el BID lanzará en conjunto con la Corporación de Inversión Privada en el Extranjero (OPIC) la creación del primer fondo de inversión con enfoque de género para América Latina y el Caribe.
Para Alfred Hanning, director ejecutivo de la Alianza para la Inclusión Financiera (AFI), la inclusión financiera está sucediendo, pero es complicada y toma tiempo. Ya hay claros ejemplos como el caso indio, donde cuatro de cada cinco adultos abrieron una cuenta en 2017. Y otros por fuera del universo del G20, como Zambia o Tanzania.
Pero el acceso debe estar siempre acompañado de la educación financiera para no ser contraproducente. Por tal caso, gran cantidad de las cuentas abiertas en India no se utilizaron desde que fueron abiertas. "Hay que trabajar muy fuerte para que el acceso se complemente con el uso", explicó. Según sus cálculos, la equidad de género podría generar un incremento en el PBI de US$12 billones, aproximadamente para 2025, con la inclusión en segmentos financieros y digitales siendo los más determinantes.
Consultada acerca del impacto social de la inclusión financiera de las mujeres, Denise Ferreyra, directora de la organización Pro Mujer, explica que frente a microcréditos, hombres y mujeres tienden a comportarse distinto. "Cuando una mujer tiene acceso a la inclusión financiera se observa una mejor alimentación de la familia, mayor inversión en educación de los hijos, mejor acceso a los servicios de salud, este es el uso que le da la mujer al acceso financiero: una inversión en el bienestar común", dijo. Ahí radica entonces otra enorme oportunidad .
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