Las mineras se preguntan si lo peor ya pasó
Gigantes como BHP y Rio Tinto debaten entre invertir en grande o esperar una recuperación firme
SÍDNEY—Los conglomerados mineros globales enfrentan un dilema urgente ante el prolongado bajón de los commodities: invertir grandes sumas en nuevos proyectos pese a la falta de indicios firmes sobre una mejoría o esperar hasta que se afiance una recuperación de los precios.
En el fondo de la decisión de cada empresa está la pregunta de si China dejó de ser el motor de una voraz demanda de recursos naturales o se prepara para aumentar el gasto en bienes de consumo como refrigeradores y sistemas de aire acondicionado. En caso de que sea lo segundo, el país requerirá materias primas que no han estado a la vanguardia de su industrialización.
Para los ejecutivos mineros, significa navegar un ciclo que, según los expertos, difiere de cualquier otro en los últimos 100 años. La minería normalmente experimenta ciclos de auge y caída de alrededor de cuatro años, si bien algunos superciclos pueden durar décadas. No se sabe con certeza si la industria se encuentra en el umbral de un renovado auge o si aún se está replegando después del último.
Rio Tinto PLC está entre las pocas mineras que apuestan en grande. La compañía anglo-australiana acordó en mayo una expansión de US$5.300 millones de una mina de cobre en Mongolia que reducirá su dependencia del mineral de hierro. También avanza en un proyecto de bauxita de US$1.900 millones en el este de Australia para producir aluminio y en una mina de mineral de hierro en la remota región occidental de Pilbara.
“La estrategia de crecimiento de Rio de aquí en adelante será construir y comprar de forma inteligente”, asegura Jean-Sébastien Jacques, quien asumió en julio la presidencia ejecutiva de Rio Tinto.
El gigante minero cree que el cobre, en lugar del mineral de hierro, será una de las primeras materias primas cuyos precios se recuperarán y Jacques ha proyectado una escasez del metal rojo dentro de dos o tres años.
Otras mineras, sin embargo, son más cautas.
“Estamos seguros de que el mercado en este momento no necesita más toneladas”, señala Nev Power, presidente ejecutivo de Fortescue Metals Group. La empresa no contempla expandir la producción de mineral de hierro.
BHP Billiton Ltd., que desde hace tiempo ha querido ampliar su mina de cobre Olympic Dam, redujo sus ambiciones debido a la debilidad de los precios de los commodities. Ahora busca extraer minerales de forma más barata, pero esas pruebas no se completarán hasta al menos 2019, lo que significa que una expansión no ocurrirá hasta por lo menos la próxima década.
“Podríamos haber llegado un poco tarde a la fiesta”, reconoce Jacqui McGill, ejecutiva de BHP responsable de Olympic Dam.
La magnitud del último auge de los precios de los metales fue mayor que en los años de bonanza de la industrialización de Estados Unidos o de la reconstrucción de Europa tras la Segunda Guerra Mundial. Bilge Erten, profesor adjunto del departamento de economía de la Universidad Northeastern, dice que el alza de más de 300% de los precios de los metales en los 13 años hasta 2012 representa al menos el doble del aumento registrado en cualquiera de los tres superciclos previos, que generalmente se definen como períodos de al menos dos décadas. Además, los precios de más materias primas se apreciaron al unísono que en cualquier otro momento de la historia reciente.
Con la decisión sobre el proyecto Olympic Dam aún pendiente, un equipo de analistas de BHP visita con regularidad fábricas y vertederos en busca de indicios de la demanda futura de materias primas.
“¿Cuánto cobre fue recuperado de un auto hace dos años, cuánto cobre fue recuperado de un auto hace cinco años, cuánto cobre pensamos que se recuperará de un auto en 10 años? Esas son las tendencias que estamos buscando”, dice Arnoud Balhuizen, ejecutivo de BHP a cargo de evaluar la demanda global de commodities.
BHP también acudió a fabricantes de unidades de aire acondicionado de Asia para poner a prueba sus proyecciones de los precios de las materias primas.
Se prevé que China venda sistemas de aire acondicionado comerciales y residenciales por un total de US$70.500 millones este año, según la firma de investigación de mercado IBISWorld. Cada unidad normalmente requiere cerca de 5,3 kilos de cobre.
“Es realmente importante para las compañías que planifican con antelación”, dice Erten, el profesor de Northeastern. “Obviamente no querrá invertir en un commodity que registrará caídas de precios por más de 20 años”.
Aun así, los ejecutivos del sector minero a menudo interpretan mal las tendencias del mercado. Las grandes mineras globales fueron criticadas en los últimos años por inundar el mercado con mineral de hierro justo cuando la demanda se desaceleraba, lo que dejó el mundo con un exceso de suministro del principal ingrediente del acero.
Los pronósticos sobre los commodities también se ven frustrados por la innovación y el cambio político. Las perspectivas del carbón varían según la evolución de la política china sobre la industria local y la polución del aire.
Igualmente, nuevas operaciones tardan en comenzar. Una mina de cobre de considerable envergadura demora un promedio de 12 años en pasar del descubrimiento a la producción. La expansión de Oyu Tolgoi por parte de Rio Tinto reconfigura el panorama de suministro cobre, con su producción inicial estimada para 2020, lo que podría aplazar una recuperación de los precios.
“Es muy difícil acertar el momento preciso”, dice Graham Kerr, presidente ejecutivo de South32 Ltd., una minera que nació de activos escindidos por BHP Billiton. “La industria no ha sido particularmente buena a la hora de predecir cuándo el mercado siderúrgico va a estar en su cénit, o cuándo el cobre tendrá un exceso de oferta o un déficit”.
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