"Las metas de este año no serán fáciles de cumplir"
-¿Cambió la configuración macro del país?
Sí. Se pasó de un sistema de tipo de cambio fijo con controles de capitales y una política monetaria expansiva dominada por el financiamiento al fisco a un sistema de tipo de cambio flotante sin controles y una política monetaria autónoma para reducir la inflación. También se explicitaron metas de baja gradual del déficit fiscal y la inflación para el período 2016-2019. Es imposible no estar de acuerdo con la orientación general del plan de estabilización diseñado para corregir el "mundo del revés K". Pero las metas de este año (baja del déficit fiscal de 1 punto del PBI e inflación de 20/25%) no serán fáciles de cumplir. En democracia, existe siempre la necesidad de "conciliar" la política y la economía. Aquí, con el fin de conservar poder político, se optó por un plan correctivo gradual y medidas compensatorias para atenuar su impacto. Así, la suba de la tarifa eléctrica para bajar subsidios fue compensada con reducción de impuestos y suba del gasto social. Pero con gradualismo y medidas compensatorias, el déficit fiscal puede subir en vez de bajar. Y aquí se presenta el primer problema: cómo financiarlo.
-¿De qué depende el gradualismo estabilizador?
-El Gobierno no puede seguir financiando el rojo fiscal con emisión porque no habría meta inflacionaria viable. El objetivo de 2016 es congelar la emisión en el monto nominal de 2015 y recurrir primordialmente a la colocación de deuda. Los límites para colocar deuda interna son bajos porque ésta tiende a reducir el crédito al sector privado, lo que resiente el nivel de actividad, que ya está estancado. Por ende, el plan gradual requiere volver urgentemente a colocar deuda externa, para lo cual es necesario arreglar con los holdouts (o que, aún sin arreglo, Griesa reponga el stay). La colocación de deuda externa es la llave para que el Banco Central gane autonomía y pueda cumplir con la meta de inflación. El segundo problema son las paritarias. El Gobierno intentará persuadir a sindicatos y empresas para que la negociación sea en función de la inflación proyectada (20/25%) y no de la inflación pasada (11% entre diciembre y febrero, con una suba anual de 32/33%). Pero si la "persuasión" no fuera exitosa y se intentara cumplir con la meta inflacionaria, la economía podría entrar en recesión.
-¿Cuál es la moraleja?
-La herencia llevó a un cambio en la configuración macro; la economía política llevó a optar por el gradualismo estabilizador; el éxito depende de la rápida vuelta a los mercados internacionales y de paritarias razonables. Aun así, en 2016 el país no crecerá y será muy difícil bajar la inflación. Pero el horizonte post-2016 es mucho mejor: convertirse en país normal "paga".
El autor es economista del Estudio Broda & Asociados