Las fusiones y adquisiciones vuelven a estar de moda en Wall Street
La ola de adquisiciones anunciadas la semana pasada de compañías que van desde la producción de kétchup a las aerolíneas sugiere que, tras casi seis años de ausencia, los grandes acuerdos vuelven a estar de moda en Wall Street.
Las fusiones se desplomaron después de la crisis financiera, afectadas por la incertidumbre económica y la aversión al riesgo.
Este año, sin embargo, parece diferente. Los acuerdos por un valor de US$40.000 millones anunciados el jueves aumenta el total de las fusiones y adquisiciones divulgadas en Estados Unidos en lo que va del año a casi US$160.000 millones, el mejor arranque del año desde 2005, según Dealogic. "La represa explotó", dijo James B. Lee, vicepresidente de la junta directiva de J.P. Morgan Chase & Co. "Las fuerzas eran demasiado poderosas para que fueran contenidas para siempre", señaló Lee. El ejecutivo orquesta su propio negocio: la adquisición por US$24.400 millones de Dell Inc. por su fundador, Michael Dell, y una firma de private equity.
Además de la compra de Heinz, los otros acuerdos destacados del jueves fueron la fusión de US$11.000 millones entre AMR Corp., matriz de American Airlines, y US Airways Group; una revisión a la propuesta del gigante cervecero Anheuser-Busch InBev NV sobre la venta por US$4.750 millones de algunas marcas a Constellation Brands Inc., y la compra por parte de la mayorista de medicamentos Cardinal Health Inc. de AssuraMed por US$2.000 millones.
Los banqueros especializados en fusiones y adquisiciones son reconocidos por su optimismo. Pero Lee y otros aseguran que la oleada de acuerdos, que también incluye la fusión por US$16.000 millones de las compañías de TV por cable Liberty Global Inc. y Virgin Media Inc., así como los US$18.100 millones que Comcast Corp. desembolsará por la participación de General Electric Corp. en NBCUniversal, no es mera coincidencia.
Su argumento es que las compañías ya agotaron los beneficios de recortar costos y mejorar la productividad. Ahora, tienen que buscar otros caminos para impulsar el crecimiento y satisfacer a sus accionistas. Las adquisiciones serían una forma de lograrlo.
Entre 2008 y 2009, la productividad en Estados Unidos saltó 6%, según la Reserva Federal de St. Louis. El ascenso se ha moderado desde entonces y a fines de 2012 era de menos de 1% al año.
Un factor que propicia las fusiones es la convergencia de los mercados de crédito y bursátiles. En 2013, ambos están en auge al mismo tiempo, ofreciendo préstamos baratos para los compradores y la oportunidad de obtener precios razonables para los vendedores.
Las transacciones de H.J. Heinz Co. y Dell son financiadas con grandes préstamos de los bancos. Los grupos financieros vuelven a estar dispuestos a participar en operaciones de semejante envergadura porque confían en que pueden vender la deuda rápidamente a inversionistas ávidos de lograr rendimientos más altos.
No obstante, pocos prevén el regreso de las intrépidas transacciones que caracterizaron el fin de los años 90 o mediados de los 2000, cuando la combinación de acceso al crédito barato, la generosidad de los bancos para conceder financiamiento y la abundancia de agresivos grupos de private equity se tradujo en algunos malos negocios.
Desde entonces, los inversionistas activistas han conseguido una mayor influencia en las juntas directivas de las empresas, a menudo imponiendo una disciplina más estricta sobre los ejecutivos, especialmente los más propensos a realizar operaciones creativas.
El gobierno de EE.UU. también ha tomado cartas en el asunto. Bloqueó la propuesta adquisición de la telefónica T-Mobile USA por parte de AT&T Inc. en 2011 y hace unas semanas presentó una demanda para frenar el acuerdo de US$20.100 millones por el que Anheuser-Busch InBev NV asumiría el control de la cervecera mexicana Grupo Modelo SAB.
Las fusiones podrían seguir dos caminos. En uno, las firmas extranjeras comprarían activos en EE.UU., como ocurrió con la adquisición del grupo de telecomunicaciones Sprint Nextel por parte de la japonesa Softbank.
La segunda opción tiene que ver con acuerdos que racionalicen las industrias en que se realicen. Estos pactos podrían haber sido contemplados durante años, pero no estaban dadas las condiciones del mercado para concretarlos. Entre los sectores que podrían ver una mayor actividad están los de energía, bienes raíces y finanzas.
Matthieu Wirz y David Benoit contribuyeron a este artículo
Dennis K. Berman y Francesco Guerrera
The Wall Street Journal