Las firmas europeas prefieren los bonos en desmedro del crédito
Las empresas europeas han acudido en masa a los mercados de capital para satisfacer sus necesidades de financiamiento y reducido su dependencia de los bancos, un cambio significativo en el panorama financiero de la región.
Durante el primer trimestre, las compañías europeas recurrieron más a menudo al mercado de bonos que a los bancos en busca de fondos, según la proveedora de datos Dealogic. Se trata de un fenómeno muy poco común en Europa, donde los bancos han sido los actores dominantes durante mucho tiempo.
Empresas tan variadas como el grupo holandés de químicos LyondellBasell Industrials NV y el fabricante alemán de autopartes Schaeffler AG emitieron bonos por un total de US$179.500 millones en el primer trimestre, un alza interanual de 38% según Dealogic. Los créditos corporativos otorgados por la banca en el mismo período cayeron 45%, a US$112.900 millones, el nivel más bajo desde el tercer trimestre de 2009.
El cambio, aunque podría ser fugaz, tendría importantes repercusiones al tomar en cuenta la tradicional dependencia de las empresas europeas de los créditos bancarios. En el primer trimestre de 2007, por ejemplo, el volumen de préstamos en Europa quintuplicó la cantidad de bonos emitidos.
Endeudarse en los mercados de bonos es, con frecuencia, más expedito y fácil de orquestar. Las empresas, además, pueden acceder a inversionistas de ambos lados del Océano Atlántico.
El ejercicio, en todo caso, no está exento de riesgos. Los mercados pueden cambiar de parecer de un momento a otro. Los bancos, en cambio, forjan una relación de largo plazo con sus deudores, otorgándoles una mayor seguridad en tiempos de vacas flacas.
El único otro período en el que la emisión de bonos superó a los créditos bancarios como fuente de financiamiento de las firmas europeas en los últimos años tuvo lugar en el primer trimestre de 2009, cuando los mercados financieros aún sentían los efectos de la crisis del año anterior.
En esta ocasión, los bancos europeos sufren las consecuencias de la crisis de la deuda soberana europea y sienten la presión de los reguladores para aumentar su capital y mejorar la calidad de sus activos. Estos factores se han combinado para reducir su disposición a prestar.
"Con las nuevas regulaciones de capital, a los bancos les va a convenir menos tener préstamos en sus balances", señaló Patrick McKee, director de ventas de crédito de Estados Unidos de BNP Paribas SA. "La alternativa es que las empresas se financien en el mercado de bonos".
A su vez, los inversionistas no quieren tener nada que ver con la deuda soberana de los países de la periferia de la zona euro y prefieren invertir en empresas sólidas, cuyos bonos ofrezcan un retorno alto en comparación con el de los bonos soberanos alemanes, la referencia del mercado.
Y a medida que el volumen de la emisión de bonos corporativos aumenta, se reduce su costo. Eso se compara con un aumento generalizado en los costos de los préstamos bancarios, dicen banqueros y analistas.
De persistir, el giro les daría a las compañías europeas un acceso expedito al dinero que necesitan para financiar sus actividades, desde adquisiciones y gastos de capital a recompras de acciones. Los préstamos bancarios, no obstante, son a veces más ventajosos ya que se pueden estructurar en tramos que coincidan con el flujo de caja de la compañía o como líneas de crédito que sólo se usan cuando es necesario. También pueden ser más fácilmente prorrogados o renegociados, según analistas.
Numerosas empresas, provenientes de una serie de industrias y países, han aprovechado la bonanza del mercado de bonos. Algunas se están endeudando, aunque no necesitan los fondos de inmediato, para aprovechar las condiciones favorables del mercado y apuntalar sus finanzas.
La siderúrgica ArcelorMittal SA emitió un bono por US$3.000 millones en febrero. La empresa usará parte del dinero para pagar deuda que vence en 2013. LyondellBasell, que salió de la bancarrota en 2010, vendió US$3.000 millones en bonos y también usará los recursos para pagar deuda.
The Wall Street Journal