Las empresas se ajustan a la nueva realidad de un menor crecimiento chino
BEIJING—La desaceleración de la economía está llevando al gobierno chino a buscar nuevas fuentes de crecimiento, mientras que tanto las multinacionales como las empresas locales ponen en marcha sus planes de contingencia para prosperar en la segunda economía del mundo.
Los chinos han aprendido a convivir con un crecimiento menos dinámico. El gobierno había preparado en los últimos meses el camino para el anuncio de una expansión de 7,4% en 2014 que divulgó el martes, la menor en décadas, con su discurso del "nuevo normal".
Empresas extranjeras y nacionales se están ajustando a una economía menos vibrante, lo que a menudo ha resultado en bruscas caídas en las ventas y traspiés en su oferta de productos que pueden tener consecuencias drásticas.
Unilever PLC, por ejemplo, ha enfrentado grandes dificultades en los últimos seis meses. El gigante anglo-holandés de productos de consumo informó el martes que sus ventas en China se desplomaron 20% interanual por segundo trimestre consecutivo.
El dueño de marcas como Dove, Lipton y Axe indicó que suministró menores volúmenes a las grandes cadenas minoristas debido a que los consumidores chinos están menos dispuestos a pagar extra por productos de marca y que el menor crecimiento en los principales centros urbanos la ha llevado a expandirse a las ciudades más pequeñas.
"La calidad de las ventas (en las grandes ciudades) y la desaceleración económica nos hacen realizar estos ajustes", afirmó su presidente ejecutivo, Paul Polman.
Por su parte, el presidente de General Motors Co., Dan Ammann, dijo la semana pasada en una conferencia con inversionistas que la automotriz estadounidense está tratando de aumentar sus ventas en ciudades más chicas, apuntando al mercado de autopartes y accesorios y modificando su línea de productos hacia todoterrenos y Cadillacs, que tienen un mayor margen de ganancia. "Este mercado está madurando rápidamente", sostuvo el ejecutivo.
Otras empresas están respondiendo al menor crecimiento con drásticos recortes de empleos y producción, que desaceleran aún más el flujo de dinero y la actividad económica.
Zhen Jiangke, de 47 años, cuenta que la petroquímica en la que trabaja se propone recortar 10% de su fuerza laboral, lo que lo ha obligado a ajustarse el cinturón.
"No estoy comprando nada, debido a que mis ingresos son tan bajos", dice Zhen, quien agrega que las condiciones probable-mente empeorarán en la industria petroquímica a medida que los costos aumenten. "No soy muy optimista", se lamenta.
Muchos economistas proyectan que el crecimiento seguirá perdiendo fuerza este año, ya que Beijing probablemente man-tendrá una estrategia mesurada para estimular la economía. La prioridad de los líderes chinos es prevenir un aterrizaje forzoso sin alimentar más deuda incobrable y cambiar el motor de la economía desde la inversión y las exportaciones hacia los servicios y el consumo.
"Deberíamos ver cifras de crecimiento que empiecen en 6 en 2015. Prevemos una expansión de 6,8% en 2015 y una desaceleración a 6,5% en 2016", escribió en un informe Andrew Colquhoun, director de cobertura soberana de Asia-Pacífico de Fitch Ratings.
Pese a sus temores de acumular más deuda para proyectos antieconómicos, el gobierno aún pretende estimular sectores y empresas que considera valiosos.
Por ejemplo, Beijing intenta canalizar el crédito hacia emprendedores, agricultores e infraestructura necesaria, donde es más probable que las inversiones generen un mayor crecimiento. No ha sido sencillo. Algunas empresas son renuentes a endeudarse y los bancos evitan otorgar créditos a firmas pequeñas por miedo a que no puedan pagarlos, dicen analistas.
"Muchas de las compañías que están altamente endeudadas son estatales, pero desafortunadamente son las que tienen acceso al crédito", asevera Julian Evans-Pritchard, economista de la firma de investigación Capital Economics. "Por ende, tienden a desplazar a las firmas privadas".
Mientras tanto, muchas compañías en sectores problemáticos —como el saturado mercado inmobiliario, que representa cerca de 25% del Producto Interno Bruto si se incluyen la siderurgia, el cemento y otras industrias relacionadas— albergan la esperanza de que una mejora de las condiciones de crédito genere nuevos negocios.
Jiang Yixiong, gerente en la tienda en línea Fujian FOCH Group, que fabrica y ofrece servicios de mantenimiento de equipos de plomería, indica que el negocio se ha enfriado en los últimos seis meses debido al exceso de viviendas.
"Creo que si el gobierno pudiera relajar las condiciones del crédito, sería una gran ayuda para empresas como la nuestra", afirma.
De todos modos, lo que Beijing puede hacer es limitado, incluso para ayudar a sectores que considera cruciales como el agrícola.
Por ejemplo, el Ministerio de Finanzas de China acelera su plan para otorgar a los agricultores 4.000 millones de yuanes (US$643,7 millones) en subsidios que pueden usar en maquinaria, según funcionarios al tanto de la medida, que originalmente estaba prevista para más adelante este año.
"Los fondos están siendo adelantados para impulsar el gasto", reconoce uno de los funcionarios. De todos modos, es poco probable que el ministerio eleve el monto total de subsidios agrícolas este año, agrega.
La principal agencia de planificación de China anunció en noviembre siete proyectos de transporte, oleoductos y otros re-lacionados que desea que los gobiernos provinciales y municipales lleven a cabo en el primer trimestre. No obstante, muchos distritos son reticentes a seguir las directrices de Beijing, por temor a elevar sus altos niveles de endeudamiento y afectados por las nuevas reglas para controlar los préstamos de la banca en la sombra.
Algunos analistas dudan que los proyectos comiencen a tiempo. "Sin financiamiento, todas esas aprobaciones de proyectos no tienen sentido", dice Peng Junming, un ex funcionario del banco central que dirige la firma de inversiones privada Junfan Investment Co.
Jiang, el empleado de la empresa de plomería, dice que es perfectamente natural que China se adapte a la nueva realidad de un menor crecimiento. "Es la ley de la economía de mercado", asevera. "Las economías suben y bajan".
—Kersten Zhang, John Stoll y Ted Mann contribuyeron a este artículo.
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