Las economías emergentes no pueden salvar al petróleo
Durante la mayor parte de su historia, el petróleo fluyó en una dirección: de los países en vías de desarrollo, donde se producía, a los países industrializados, donde se consumía. Este patrón ya no es válido, y el cambio podría desatar fuerzas económicas que debiliten aún más los precios del crudo.
Los mercados emergentes han representado la mayor parte del consumo mundial de petróleo desde 2014, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE). En el cuarto trimestre de 2015, la demanda de los países en desarrollo ascendió a poco más de la mitad de los 95 millones de barriles consumidos por día en el mundo.
Esto constituye un giro radical después de décadas en las que Estados Unidos y otros países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos dominaron la demanda. En los últimos años, esta se ha estabilizado en los países desarrollados gracias a una mayor eficiencia en el uso de combustible, tendencia que los analistas esperan que continúe en el largo plazo. Al mismo tiempo, los mercados emergentes aumentaron su consumo a medida que sus economías fueron creciendo.
A pesar del fuerte aumento de la producción de EE.UU. en los últimos años, los mercados emergentes también producen la mayor parte del petróleo mundial.
Sin embargo, dado que los países productores de Medio Oriente, América Latina y otras regiones son responsables de una tajada cada vez mayor del consumo, la caída de los precios del petróleo podría provocar un círculo vicioso en el que una reducción de los ingresos por exportación de crudo lleve a un debilitamiento de la demanda y del crecimiento económico en esos países.
"Los mercados emergentes son mayormente mercados basados en commodities", señala Richard Soultanian, copresidente de la firma de consultoría de energía NUS Consulting Group. "Con la enorme tensión que están sufriendo como consecuencia de la crisis más amplia de las materias primas (...) es difícil encontrar nichos de demanda significativa".
La principal preocupación ha sido el debilitamiento del crecimiento económico en China, país responsable de gran parte de la demanda de petróleo en los mercados emergentes. Sin embargo, otros consumidores de crudo del mundo emergente también se están replegando ante el debilitamiento del crecimiento global. Debido a los menores ingresos procedentes de las exportaciones de petróleo, algunos países de Medio Oriente han recortado los subsidios a la gasolina que entregan a sus ciudadanos, lo que a su vez podría reducir la demanda de los consumidores.
Las economías de Brasil y Rusia, ambos exportadores de petróleo, se contrajeron en 2015 y su consumo de petróleo también cayó. Una desaceleración inesperada de las economías de los mercados emergentes podría ser un obstáculo importante para la recuperación de los precios del petróleo, afirman los analistas. "Las preocupaciones por la demanda están en todas partes", dice Harish Sundaresh, gestor de cartera de Loomis, Sayles & Co., que administra US$229.000 millones.
En cuanto a la oferta, muchos analistas pronostican que el exceso de crudo que desató la caída de precios desde mediados de 2014 podría aliviarse para finales de 2016. Se prevé que la producción se desacelere en EE.UU. y otros países, lo que permitiría que los abultados inventarios comiencen a disminuir.
No obstante, muchos analistas dicen que es difícil predecir un crecimiento de la demanda para este año. Si el consumo, especialmente en los países emergentes, aumenta menos de lo esperado por la debilidad del crecimiento económico, la recuperación del precio del petróleo tendría que esperar hasta 2017 o más tarde, dicen los analistas.
"La carrera es entre la desaceleración de la oferta y la desaceleración de la demanda", indica Bill Herbert, analista de Simmons & Co. International. "Todos están 95% enfocados en la oferta (...) pero el hecho es que también tenemos una demanda que se desacelera".
Simmons recientemente redujo su pronóstico de crecimiento de la demanda global de crudo en 2016 a 800.000 barriles al día, lo que equivaldría a un alza de 0,8%. Eso está por debajo de las proyecciones de la AIE y la Administración de Información de Energía de EE.UU., ampliamente seguidas en la industria, que prevén que la demanda aumente en 1,2 millones de barriles por día y en 1,4 millones de barriles por día, respectivamente.
Vitol, una firma de corretaje, también espera que la demanda crezca entre 800.000 y un millón de barriles diarios este año, dijo el martes Christopher Bake, miembro del comité ejecutivo de la compañía, durante la Semana Internacional de Petróleo en Londres.
Al contrario de lo que ocurre en los países desarrollados, donde el abaratamiento de la gasolina anima a los conductores a hacer más viajes en auto o a comprar vehículos más grandes, en las economías emergentes una baja de la cotización del petróleo no se traduce necesariamente en un menor precio del combustible. En enero, la AIE dijo que debido a los recortes de subsidios a los consumidores en Arabia Saudita y otros países de Medio Oriente, la demanda de crudo crecerá más lentamente este año en esa región. En otros países, la devaluación de la moneda local compensó el ahorro que podría haberse obtenido de la baja del precio del crudo.
El aumento del consumo de petróleo en el mundo en desarrollo contribuyó al alza de los precios de la energía en los últimos años. El sólido crecimiento de China contribuyó al auge de los precios de las materias primas durante 10 años desde comienzos de la década de 2000. El país sigue representando más de una décima parte de la demanda mundial de petróleo.
Algunos analistas advierten que a medida que China se transforma de una economía industrial a otra más orientada a los servicios, podría también pasar a consumir menos crudo.
Michelle Stevens, gestora sénior de cartera de Baird Investment Management, que administra US$3.500 millones en activos, cuenta que se desprendió de la exposición de sus fondos a empresas de energía después de que China devaluó su moneda en agosto. "A medida que el yuan se devalúa, el dólar subirá y (...) los precios de las materias primas, especialmente el petróleo, van a caer", sostiene
.
Enfriamiento
La demanda de petróleo pierde fuerza en los mercados emergentes, lo que puede crear nuevos problemas para los precios.
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