Las ciudades y su rol en el desarrollo sostenible
Tacloban (Filipinas) acaba de entrar en la lista cada vez mayor de ciudades –incluidas Nueva Orleans, Bangkok, Moscú, Nueva York, Pekín, Río de Janeiro y Puerto Príncipe, por nombrar algunas– azotadas en los últimos años por catástrofes climáticas. Muchas de las mayores ciudades del mundo, construidas en riberas marinas y fluviales, afrontan la amenaza del aumento del nivel del mar y la intensificación de las tormentas. Así, pues, el nuevo programa de desarrollo mundial que ahora se está formulando debe capacitar a las ciudades para que contribuyan a encabezar la marcha hacia el desarrollo sostenible en el siglo XXI.
La importancia de las ciudades en la economía mundial actual carece de precedentes. Hasta la Revolución Industrial, la historia humana era abrumadoramente rural. Sólo el 10% de las personas vivía en ciudades. Hoy, el porcentaje de habitantes de ciudades asciende al 53%, aproximadamente, y es probable que aumente hasta el 67% de aquí a 2050.
Como los ingresos por habitante son mayores en las zonas urbanas que en las rurales, se calcula que las ciudades concentran más del 80% de la renta mundial. Alrededor de la mitad corresponde a las 600 más grandes. En los próximos decenios, la mayoría de los nuevos puestos de trabajo creados corresponderán a ciudades, con lo que ofrecerán medios de vida a centenares de millones de jóvenes.
Además, las ciudades son los centros de innovación para las políticas públicas. Los alcaldes son quienes deben proporcionar agua potable, recolección de basura, viviendas seguras, infraestructuras, suburbios mejorados, protección contra desastres y servicios de emergencia. No es de extrañar que, mientras que los gobiernos nacionales quedan con frecuencia paralizados por partidismos, las administraciones urbanas fomenten la adopción de medidas y la innovación.
En los Estados Unidos, por ejemplo, Martin O’Malley, ex alcalde de Baltimore y hoy gobernador muy popular de Maryland, encabezó el uso de los sistemas de información avanzados para la gestión urbana. El alcalde saliente de Nueva York, Michael Bloomberg, trabajó incansablemente para aplicar un nuevo plan de sostenibilidad (llamado PlaNYC). Y el alcalde entrante de esa ciudad, Bill de Blasio, abandera un audaz programa de innovaciones educativas para reducir diferencias en ingresos, riqueza y oportunidades.
El desarrollo sostenible ofrece una nueva concepción de la economía mundial en el siglo XXI. En lugar de centrarse exclusivamente en los ingresos, el desarrollo sostenible alienta a las ciudades, los países y el mundo a centrar la atención simultáneamente en tres objetivos: la prosperidad económica, la eliminación de la exclusión social y la sostenibilidad en el plano medioambiental.
La prosperidad económica no requiere explicación. La eliminación de la exclusión social significa que todos los miembros de la sociedad deben tener los mismos derechos y oportunidades para beneficiarse de la prosperidad en alza. Y la sostenibilidad medioambiental significa que debemos reorientar nuestras economías y tecnologías para prestar servicios básicos, como agua potable y saneamiento, luchar contra el cambio climático y proteger la diversidad biológica.
Las ciudades tienen las mejores oportunidades para aplicar soluciones. Como asentamientos de gran densidad y productividad, pueden brindar un acceso mayor a los servicios de todo tipo. El gran imperativo es darlos en forma sostenible y no excluyente.
Una parte importante de la solución se deberá a tecnologías avanzadas, incluidos los sistemas de información y la ciencia de materiales. La revolución de la información y las comunicaciones ha engendrado la idea de la "ciudad inteligente", que sitúa las tecnologías pertinentes en el núcleo de los sistemas que recogen y utilizan la información: edificios y redes eléctricas y de transporte inteligentes. Los avances en la ciencia de materiales brindan la posibilidad de viviendas y edificios comerciales mucho más eficientes.
La tecnología será sólo una parte de la historia. Se debe mejorar la gestión, brindar un papel mayor a las comunidades más marginadas y permitir una coordinación más eficaz en áreas que abarcan a varias ciudades.
Los gobiernos del mundo negocian hoy los objetivos de desarrollo sostenible, que guiarán el programa de desarrollo mundial de 2015 a 2030. En una reunión celebrada el 25 de septiembre, la Asamblea General de las Naciones Unidas acordó que la adopción de los objetivos se haría en una cumbre mundial en septiembre de 2015. En los dos próximos años se seleccionarán las prioridades. Las ciudades estarán en la vanguardia de la lucha en pro del desarrollo sostenible.