Las automotrices de Alemania apuestan fuerte fuera de Europa
El anuncio de Volkswagen AG el viernes de que invertirá 50.000 millones de euros (unos US$65.000 millones) en sus operaciones globales en los próximos tres años constituye el ejemplo más reciente de la ofensiva de la robusta industria automotriz alemana para limitar su exposición a una Europa azotada por la crisis y ampliar su liderazgo sobre el resto de los fabricantes de la región.
El plan de inversión, en gran parte orientado a expandir la presencia de Volkswagen fuera de Europa, representa el esfuerzo de la compañía alemana por pisar el acelerador en su lucha por destronar a la japonesa Toyota Motor Corp. como la mayor automotriz del mundo.
El plan de Volkswagen llega después de los lanzados por BMW AG y Mercedes Benz, la filial de Daimler AG, que también se han embarcado en programas de inversión inusitados fuera de Europa en los próximos años. Las fuertes ventas en Estados Unidos y Canadá, al igual que en China, América Latina y otros mercados emergentes, han ayudado a los fabricantes alemanes a eludir lo peor de la crisis de la deuda soberana europea.
Lejos de recortar sus gastos de capital, Volkswagen indicó que aumentará sus inversiones a alrededor de 16.700 millones de euros al año según el plan más reciente, un alza de 4.200 millones de euros desde los alrededor de 12.500 millones de euros anuales bajo planes anteriores. La medida contrasta con el ajuste de cinturón que han tenido que afrontar rivales como la francesa PSA Peugeot Citröen SA y la italiana Fiat SpA, que se han desprendido de activos o archivado cambios tecnológicos y renovaciones de modelos este año debido a que las magras ventas en Europa agravaron sus problemas financieros.
"A pesar del complejo entorno económico, estamos invirtiendo más que nunca antes para alcanzar nuestras metas a largo plazo", afirmó el presidente ejecutivo de Volkswagen, Martin Winterkorn.
El plan incluye una inversión de casi 25.000 millones de euros para modernizar y expandir rangos de modelos en las 12 marcas de Volkswagen, que van desde Audi y Porsche a Skoda.
Unos 14.500 millones de euros serán destinados a inversiones como una nueva planta de Audi en México, más capacidad de producción en Rusia y la expansión de la fábrica de Porsche en Leipzig el año próximo para construir un nuevo utilitario deportivo más pequeño que se prevé registre la mayor parte de sus ventas en EE.UU. y China.
Además de los 50 millones de euros, Volkswagen informó que sus empresas conjuntas en China invertirán 9.800 millones de euros en plantas y modelos nuevos hasta 2015, alrededor de 3.000 millones de euros más de lo previsto originalmente.
Los analistas afirman que los denodados esfuerzos de expansión de las automotrices alemanas no reducirán su dependencia de Europa, pero dificultan que sus rivales cuyos negocios dependen de Europa se pongan al día en los próximos años. "Las automotrices capaces de realizar tales inversiones son las que van a salir mejor paradas de la recesión y eso incluye casi sin duda a las alemanas", indicó Tim Urquhart, analista senior de IHS Automotive.
BMW, que este año inauguró una segunda planta en China, está invirtiendo otros 500 millones de euros con su socio chino Brilliance China Automotive Holding Ltd. para elevar la producción. En tanto, está gastando US$900 millones para expandir la capacidad en su planta de Spartanburg, Carolina del Sur, EE.UU., y el mes pasado finalizó sus planes para construir una planta de US$261 millones en Brasil.
Daimler hizo planes el año pasado para invertir 2.000 millones de euros en la empresa conjunta con su socio chino Beijing Automotive Industry Corp. y otros US$2.400 millones para expandir su planta en Alabama.
La expansión no está exenta de riesgos. El lucrativo mercado chino ha enviado cada vez más señales de enfriamiento y la economía mundial corre el riesgo de caer en otra recesión, según el Fondo Monetario Internacional. Con tanta capacidad generada con tanta celeridad, los analistas advierten que las automotrices podrían encontrarse con un exceso de producción si cae la demanda.
Otro riesgo es apostar al tipo de crecimiento equivocado. Los grandes sedanes de lujo han impulsado gran parte de las ganancias de las automotrices alemanas en China, por ejemplo. Pero los clientes adinerados se están inclinando por los todoterrenos bien equipados, un cambio que Daimler, por ejemplo, percibió de forma tardía y por lo que sufrió menores ventas.
Christoph Rauwald contribuyó a este artículo.