Por segundo mes consecutivo las acciones fueron la mejor alternativa de inversión en el mercado local: el índice Merval cerró abril en 6782 puntos con una mejora del 6,4%, acumulando en lo que va del año una ganancia en pesos del 25,8%. Y si en marzo fueron los papeles bancarios los que lideraron las subas, el mes pasado el podio lo ocuparon las compañías energéticas con Edenor y Pampa, con alzas de 30% y 28%, respectivamente.
De las 13 acciones que componen el panel de acciones líderes, sólo Tenaris e YPF finalizaron en rojo con caídas del 2,5% y 9,5%. Claramente, siguen las apuestas a un escenario económico y financiero local más favorable en el mediano plazo que vuelva a poner a los activos argentinos, que aún luego de las subas siguen estando subvaluados en la comparación regional, dentro del menú de opciones de los inversores externos. Los mercados se anticipan; una señal es el crecimiento de los volúmenes negociados tanto en el mercado local como en el de los ADR que cotizan en Wall Street. En el corto plazo, habrá que evaluar los balances del primer trimestre que ya comenzaron a llegar -Petrobras Argentina y Siderar sorprendieron positivamente-, para convalidar la tendencia que también necesita de que se mantenga el buen clima en los mercados externos.
Tendencia dispar, en cambio, tuvo el cierre de los bonos en abril: hubo algunas subas puntuales en los títulos más largos en dólares, pero bajas leves en las paridades del Boden 2015 y el Bonar X, los dos instrumentos más negociados del mercado local. Los cupones del PBI que se derrumbaron a fines de marzo tras la polémica presentación de los datos de crecimiento de 2013 finalizaron el mes pasado con leves subas para las series en dólares. La denominada en pesos siguió a la baja.
El precio del dólar volvió a despertarse: a fines de la semana anterior había dado un salto en el segmento informal, que se trasladó en las últimas ruedas al precio de la divisa implícito en la curva de bonos. Aquí también los mercados se anticipan, ya que la liquidación récord de los exportadores es una buena noticia, al permitirle al Banco Central aumentar las reservas. Pero por otro lado es una señal de preocupación, ya que la compra de dólares implica una mayor emisión de pesos por parte de la autoridad monetaria, que se suma a la emisión para financiar al Tesoro, y a la que habrá que agregar la emisión para pagar los crecientes intereses por la colocación de Lebac y Nobac. La mayor cantidad de moneda en circulación es un desafío para el BCRA, que tendrá que optar entre objetivos para definir la política monetaria, con una sola herramienta: la absorción de pesos, ya que sigue sin observarse una mejora de la situación fiscal. Si la prioridad es recomponer reservas tendrá que sostener tasas altas, a costa de una caída en la demanda de crédito y, por ende, del nivel de actividad. Si la opción es atenuar la desaceleración económica, tendrá que aceptar una mayor inflación y una creciente presión sobre el tipo de cambio.
