Varados: diálogos insólitos en un chat dominado por la angustia
El ingenio y la desesperación conviven en un grupo de WhatsApp llamado “Argentos varados en Miami”
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Parecen historias o imágenes de una noche de sueño entrecortado. A veces el chat es servicio, y otras, sólo catarsis. “Gente, ahí me contacté con un paraguayo que les cobra 1000 dólares por cuatro pasajeros desde Asunción a Buenos Aires. El tipo hace el trabajo todos los días de su vida”, propone Marta. Anabel no parece convencida. “¿En qué te cruza?”, pregunta. “En lancha y te lleva en auto a Buenos Aires. Te va a buscar al aeropuerto”, le contestan. No es el regreso soñado desde Miami, pero acaso sirva. “¿Te hace el regreso al país de forma legal?”, quiere saber Pablo, que coincide con otro respetuoso de la institucionalidad, Ariel, que advierte: “Pero estás entrando ilegal”. Lucas refuerza: “Claro”. Marta concluye: “No hay otra forma”.
Los une una sola causa: el espanto de no poder volver. Han quedado en hoteles, aeropuertos y casas de amigos en el exterior por la decisión administrativa 643, que restringió el 26 del mes pasado los vuelos, y decidieron armar un grupo de WhatsApp. “Argentos varados en Miami”, se llama, y reúne a 260, el máximo de integrantes de esa red. Es probable que no sea el único chat. Leerlos, incluso eligiendo un día al azar, es un ejercicio de empatía: se percibe angustia, bronca y cierta resignación.
“Yo llamé a la aerolínea y están confirmados por ANAC, dicen, esto es de recién”. Darío, que manda el mensaje en la tarde de anteayer, habla de los vuelos y cree estar viendo la luz en el final del túnel. Brenda no es tan optimista: “Los llamados y WhatsApp de las aerolíneas no sirven. Te lo dicen para dejarte tranquilo”, le dice. Darío no está dispuesto a resignarse: “Llamé a Buenos Aires y me dijo que desde tráfico ya está confirmado”, insiste. “Sí, esperemos, no queda otra”, agrega alguien que eligió presentarse con un corazón celeste. Pero Brenda ha recorrido ya esa ilusión fugaz. “Yo llamé también: uno me dice que no y el otro me dice que sí”, contesta, y anticipa la próxima frustración: “Entonces queda esperar para ver cómo no los aprueban nuevamente. Día a día es más angustiante”. Corazón celeste baja entonces los brazos: “Esto es desesperante”.
El problema es la falta de criterio. Porque, por ejemplo, no existe lista de espera. Aquellos pasajeros que están varados desde los primeros días no tienen prioridad sobre los nuevos. Al contrario: si, en una de esas, el Gobierno decidió aprobar un vuelo, las aerolíneas respetarán los lugares asignados para ese trayecto y sólo podrán agregar a los postergados si sobran asientos. La razón es jurídica: ante cualquier demanda, que las hay y han empezado a proliferar, la explicación de las empresas será que todo se debió a una decisión del Estado argentino. “Las líneas aéreas no sabemos qué vuelos aprobará la ANAC más allá de 15 días, y recién hoy (por ayer) aprobaron los vuelos desde mañana hasta el 31”, se queja ante LA NACION una fuente de Jurca, la cámara que agrupa a las empresas en la Argentina. “Imprevisibilidad total para planificar y programar”, agrega.
El sector ve venir una andanada de presentaciones en la Justicia. Ya ocurrió el año pasado con el mismo conflicto. Para saber cómo sigue esta película, Varados II, habrá que volver a meterse en el chat de Miami. “Simplemente me dan sus nombres por email aclarando que es para demandar por daños y perjuicios a los funcionarios responsables y al Estado”, propone Natalia, que consigna el teléfono y el correo de un abogado. Los reclamos invocan múltiples razones porque el problema tiene derivaciones impensadas. “El consulado dice que no tienen nada que ver con el vencimiento de las visas y que llame a Migraciones, Migraciones no atiende y los formularios de la web no extienden la estadía”, protesta María Laura. “Che, de mi laburo me dicen que me tengo que adelantar las vacas del año que viene porque, si no, me van a poner ausencia injustificada. ¿A alguien le está pasando? ¿Es legal?”, pregunta otro. “A mí me obligaron a tomar vacaciones adelantadas”, cuenta otro varado. Por eso los recursos de amparo vienen siendo extensos. “¿Qué atribuciones tiene el jefe de Gabinete para impedir a un habitante ingresar al territorio nacional?”, se pregunta en uno de los textos un matrimonio que recuerda lo que establece el artículo 100 de la Constitución para ese cargo. Tienen 58 y 56 años y viajaron el 24 del mes pasado a Miami para vacunarse. “Hace meses nos registramos en el Plan Vacunate. Pasaron las semanas y los meses y no nos llegaba el turno”, dicen, y señalan que tenían pasaje de regreso para el 1 de julio con American Airlines, pero que les fue reprogramado para el 5 de agosto.
Al contrario de lo que pasaba al principio, el chat no abunda en consideraciones políticas. Probablemente porque sus integrantes no se conocen. Cada tanto, sin embargo, alguno publica algo. María Cristina, por ejemplo, una noticia con una frase de Axel Kicillof: “Cuando la variante Delta tenga circulación comunitaria será culpa de los que la traen de afuera”, consigna el texto que ha dicho el gobernador. “Simpático”, concluye ella. “Capaz que la trajo Ginés, ojo”, acota Fergie. Pero la mayoría prefieren callar. Y unos pocos han empezado ya a despedirse. “Conseguí vuelo para el 24 en Latam, gente. Mucha suerte. Dejo mi lugar. Hay que moverse y quejarse para que te den pelota, pero en las oficinas: por teléfono no sirve”, saluda Jerónimo. El resto espera. Entre ellos José, que se las ingenia buscando socios para una alternativa: un vuelo en jet privado a 167.000 pesos cada uno. “Tenés chances”, le ofrece a una tal Fer, que agradece la posibilidad con ecumenismo: “Dios, o en lo que creas, te escuche”.
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