Ladrillos de plástico. El método que busca romper con la caridad tradicional y llegó a la Quinta de Olivos
CORDOBA.- Nació como un proyecto de impacto social; tiene unas 20 casas construidas -entre ellas el sum de la Quinta de Olivos- dos fábricas y un laboratorio. 3 Construcciones introdujo la tecnología de construcción del fardo de Pet que supone la re-destinación de botellas y otros plásticos para ser utilizados en la construcción. El empresario Lucas Recalde proviene del negocio de organización de eventos y diseñó este modelo cuando detectó los problemas que enfrentaban varias de las mujeres que trabajan en sus salones y organizaciones.
"Empezamos a mezclar las inversiones de la empresa con cuestiones sociales, pero no era fácil porque los inconvenientes requerían otro abordaje -cuenta a LA NACION-. Me crucé con el cura Mariano Oberlín, sintonizamos y arrancamos. No construimos casas sociales, sino para segmentos de mejor poder adquisitivo". Facturan un millón de pesos al mes aproximadamente.
Oberlín es un cura muy conocido por su trabajo con jóvenes en una de las zonas más vulnerables de Córdoba (barrios Muller y Maldonado), hay unos 400 chicos involucrados en las iniciativas laborales y de talleres que lleva adelante para luchar contra la droga. Recalde le ofreció un espacio en su propiedad de Agua de Oro para unos chicos y allí empezaron a perfeccionar el sistema de construcción que es ecológico y más económico. Levantar una casa implica menos agua, menos hierro y cemento y menos consumo de energía por las propiedades del plástico. El costo se reduce un 40% respecto del sistema tradicional."Es un mix entre el sistema pre fabricado en madera, pero con aislación de plástico post consumo -describe Recalde-; la técnica mixta permite eficientizar el ensamblaje y la estética final es la de una casa tradicional. El plástico es ideal porque no es degradable, no es transmisor y es liviano. Las terminaciones y la tipología de la vivienda definirán el costo final, pero siempre es más barato por la tecnología". Por metro cuadrado se utilizan 13 kilos de plásticos. Un camión lleva 17 metros cúbicos de botellas; una casa de 60 metros cuadrados insume dos camiones.
Para cumplir la parte social, las fábricas deben estar en los lugares donde está el problema. Hay una en Campo de la Ribera (la que gestiona Oberlín) y una en La Para (a 150 kilómetros de la capital de Córdoba ); el laboratorio funciona en Agua de Oro. Son zonas cercanas a basurales, a donde trabajan los carreros. Así se crean circuitos de tránsito para los "eco-ladrillos" que apuntan a formalizar y mejorar las condiciones laborales de los recolectores informales de basura; también se involucra a escuelas y municipios.
El objetivo es una integración socio-comunitaria. "El precio del plástico impacta poco en el valor final de la casa, cerca del tres por ciento, por lo que les podemos pagar mejor por lo que entregan. Es un paso más en el agregado de valor social al producto", apunta Recalde. La empresa tiene acuerdos firmados con las universidades de San Martín , de Quilmes , con la Católica de Córdoba, con la Nacional de Villa María y con las municipalidades de La Para, Unquillo y Salsipuedes. Además, construye para privados.
"Vendemos tecnología y las fábricas se encargan de las ejecuciones. Cada uno suma su capital social y cultural que se caracteriza porque mientras más se comparte, más se tiene. Hacemos integración más que inclusión", resume el empresario. A los jóvenes que trabajan les pagan por fardo en base a un cálculo que alcanza un "salario digno" pero que no se entrega a fin de mes, porque "necesitan la plata en el día; la ventaja es que podemos responder a eso"."No tenemos ni queremos vender casas sociales -enfatiza Recalde-. Esas llegarán por otros mecanismos comunitarios que estamos trabajando; posicionamos un sistema competitivo. Construimos con basura, pero bajo la premisa de que ‘no hay gente que es basura’". Hicieron salones de fiesta, una casa de té en Yacanto de
Calamuchita , un aula taller para la Universidad Provincial de Córdoba, casas particulares y Oberlín está a punto de inaugurar un edificio en el que hace unos ocho años venía colaborando el Sedronar, pero no se concluía; se usaron los fondos para este método y se concluyó.El presidente Mauricio Macri visitó el laboratorio de Agua de Oro hace más de un año y se asombró de un loft construido con el sistema; así las botellas llegaron a la
Quinta de Olivos . Como es un modelo escalable los impulsores hicieron capacitaciones en Posadas , Corrientes , Neuquén , Salta y Jujuy : "Esta es una tecnología que debe ir de abajo hacia arriba y no a la inversa; por eso no sólo es mostrar cómo se hace una casa, es muy superador. Hace falta tiempo y mucho trabajo". En Abra Pampa están por comenzar con la experiencia.
"Es una empresa diseñada para romper la lógica de la caridad; construir para salir de la pobreza trabajando, con impacto ambiental positivo y con un aporte social", dice Recalde.
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