
La vertiginosa historia de la yegua de carrera que se convirtió en estrella, pero "se mancó en el final"

La aparición de Zenyatta fue tan fulminante como su final. En solo tres años esta yegua cosechó récords de todo tipo, conquistó el corazón de la afición general y se convirtió en uno de los pura sangre de carrera más consagrados de la historia del turf; pero una aciaga tarde de noviembre perdió la oportunidad de su vida y desapareció de las pistas.
Su historia comienza el 1° de abril de 2004, fecha en la que nació, en un establo de Kentucky, estado estadounidense conocido como "capital del turf". Al cumplir un año, fue comprada en una subasta por Jerry y Anne Moss, que fueron los que le pusieron el nombre que se hizo famoso: la llamaron Zenyatta en honor al álbum Zenyatta Mondatta, de The Police, que había sido grabado justamente en los estudios A&M, propiedad de Jerry.
Como si supiera que su nombre remitía a la música, con el tiempo Zenyatta se convirtió en una autentica bailarina, con un estilo poco habitual en los pura sangre de carrera, que más bien se caracterizan por ser briosos. Lejos de eso, ella no solo era mansa, sino que además parecía disfrutar del baile.

Esbelta ( 1,78 cm tomada desde el piso a la cruz ) y con 550 kilos de puro musculo, saltó a las pistas por primera vez a finales del 2007, en una carrera común, en la que embolsó solo 25.000 dólares de premios por llegar primera. Desde allí, no paro de ganar carreras de grado II y grado I, de las que quiso y contra quien quiso.
Según se cuenta en el sitio especializado www.anecdotashipicas.net, pasaba por una especie de baile precarrera y terminaba con un remate escalofriante y demoledor que arrancaba los gritos de las multitudes en el hipódromo y frente a los televisores. Rompió récords de distancia, récords nacionales de apuestas, récords de asistencia a los hipódromos.

Pero nada de eso podría compararse con su mayor proeza: hilvanó 19 victorias en 19 presentaciones seguidas, igualando el récord mundial. Su fama se disparó: llegó a estar nominada como mejor atleta femenina de los Estados Unidos, embolsó en toda su carrera de la serie Breeders Cup ganancias por 5 millones de dólares y obtuvo un lugar en el Salón de la Fama del Turf.
En apenas tres años, como se dijo, Zenyatta cautivó al público apostador y a la afición general, se convirtió en ídolo de los más chicos, ocupó las primeras planas de los diarios y revistas más importantes de los Estados Unidos y se llegó a decir que era al turf lo que Michel Jordan había sido para el básquet.
Según www.anecdotashipicas.net, Zenyatta fue la última gran heroína del hipismo en el mundo. La gente quería verla triunfar. Fue elegida tres años consecutivos (2008-2010) por la Asociación Nacional de Carreras de Purasangres para el Moment of the Year Award, el premio que se otorga a los mejores momentos en las carreras de cada año."Ella hizo el hipismo norteamericano nuevamente internacional. Y llevó las carreras de caballos a hogares donde nunca antes se habían visto", se destaca en el sitio web.

Pero había más: de ganar su próxima carrera, la Breeders Cup edición 2010, pasaría a la historia con el récord absoluto de 20 victorias sobre 20 carreras. Llegó a esa competencia como amplia favorita en las apuestas. Estaba, se podría decir, en su mejor momento. Pero... siempre hay un "pincelazo" que lo arruina todo.
El sábado 6 de noviembre de 2010, en el mítico hipódromo Churchill Downs, en Kentucky, alentada por una asistencia récord en el lugar y por récord de espectadores que se pegaron al televisor solo para verla a ella, la estrella del momento salió de las gateras en busca de la gloria, pero una distracción, una desinteligencia, hizo que lo perdiera todo: en el último codo, entrando a la recta final, ella quiso volcar hacia afuera y su jockey entendió que debía volcarla hacia adentro, quedó encerrada y perdió un tiempo divino medido en milésimas de segundo.
Cruzó el disco segunda y perdió, como dice el tango de Carlos Gardel (música) y Alfredo Lepera (letra), "por una cabeza". Ironías de la vida: el caballo que le ganó se llamaba Blame, que en inglés significa "culpa": una culpa que nunca se supo con certeza si fue de ella o de su jinete.
Un mes después de su triste final, Zenyatta fue destinada a una nueva carrera, pero no una que la tendría a ella con un jockey encima y con millones de televidentes obsrevándola: sería, de allí en más, una yegua de cría. Para eso, fue alojada en el famoso rancho Lane's End Farm, ubicado en su tierra natal, Kentucky.
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